Un pequeño capricho, una gran consecuencia.

4to. Capitulo

Todo era duro, todo era como nunca había imaginado que pasaría, me odiaba por el capricho que cumplí, me odiaba porque tenía que separarme de mis padres. Me odiaba y mi autoestima no podría estar mejor, notase el sarcasmo.
Más encima, ahora, en el avión con un increíble antojo "chocolates blancos rellenos de avellanas", me sentía mareada, Pedro estaba al lado mío mientras revisaba unas cosas en su bolso, no quería decirle, me daba vergüenza, pero cuando una mujer embarazada tenía un maldito antojo, se ponía insoportable. Me moví otra vez en mi asiento, él dejó de hacer sus cosas para mirarme con el seño fruncido.

Pedro: ¿Te sucede algo? -me preguntó, tan frío como siempre-

Anny:No -mentí, removiéndome de nuevo en mi asiento-

Pedro: No soy estúpido Anahi, ¿qué te pasa? -me dijo mirándome seriamente, suspire-

Anny: Chocolates Blancos -dije, él no me entendió para nada, frunció el seño, pasaron unos segundos, entonces él...

Pedro: Ohhh -dijo, pude ver una pequeña sonrisa de lado en su rostro, me sorprendí. Llamó a la chica que atendía a todos; azafata- disculpe, señorita, por si acaso, tiene ¿chocolates blancos? -preguntó, suspire con alivio, ella me miró y luego mi estomago, sonrió dulcemente-

Azafata: Si creo que tenemos -dijo, sonreí, me miró nuevamente- ¿rellenos? -asentí- ¿de que? -dijo. Me sonroje-

Anny: De avellanas -le dije, ella río y fue hacía no sé donde- gracias -le dije a Pedro, él me miro y prosiguió con su trabajo-

Después de comer los chocolates y quedar totalmente satisfechame dormí escuchando música de mi iPhone, no sé cuantas horas dejé pasar, sólo sé que ya estábamos en camino hacía la casa de Poncho, joder,mis nerviosa seguían ahí, es que, ¡ahhhh!, sentía como todo en mi interior se removía, tenía ganas de vomitar.

Era tarde, noche, eran como las ocho y media, al parecer, ya había llamado a mi mamá y ella estaba bien al igual que mi papá, bien, suspire, este barrio si que era alto, habían subidas, y era muy grande, con casas muy grandes y hermosas. Entonces nos detuvimos, abrí los ojos como platos.

El señor, el cual no conozco y creo que es uno de los empleados de Poncho,bajó mis cosas y las dejó en mi habitación, cosa que yo aún no conozco. Al entrar a la enorme casa,me fije en ese auto nuevo, azul eléctrico, obviamente era de Ponchoy él estaba aquí. Mi corazón palpitaba rápidamente, me sentía enferma con esto.

Pedro: Bien ahora te diré algunas reglas ¿okay? -me dijo él, lo mire sin comprender, ¿había reglas?-1.- No pasar al pasillo izquierdo, está prohibido. 2.- Si sales, sales con Lupita quien es la ama de llaves.3.- No puedes decirle a nadie que estás aquí, en está casa, si conoces a alguien por supuesto. 4.- Cuando vayas a los controles con tú bebé procura que nadie te siga, o te vea saliendo de aquí. 5.- Y por último, no te acerques a Alfonso,no puedes estar cerca de él a menos que él quiera, ósea, si él quiere acompañarte a los controles y todo aquello, lo dejas, pero tú, no, él si.

La última me sorprendió demasiado, no acercarme a Poncho,bufe, estuve demasiado cerca una noche, 'pero con eso no basta' asentí en todo lo que dijo Pedro y por último me enseñó ir al pasillo hacía la izquierda "nunca ir al pasillo derecho" me recordaba yo, al llegar a mi dormitorio quedé asombrada, era un amplio cuarto, con una cama de dos plazas, un mueble de noche, una especie de escritorio, un lapto, un closet gigante y por último un gran ventanal con vista a la piscina y jardín.Era todo muy hermoso, decorado a la perfección. Dejé mi bolso y me puse a investigar, está casa si que era gigante, de seguro me perdía.

Empecé a desempacar para dejar mi ropa en el closet y todo donde corresponda, cuando estuve lista con la ropa fui con mis cuadros para dejarlos en el mueble de noche o en el escritorio, en el mueble dejé un cuadro con mis padres, los tres salíamos riéndonos, sonreí al mirarla, los voy a extrañar demasiado.