6. Pequeña ventana y pantalla calida

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A PARTIR DE AQUI ES LA CONTINUACIÓN DE DONDE SE QUEDÓ EL MANHUA.

Capítulo 6- Pequeña ventana y pantalla cálida

Después de unos consecutivos días nublados Tongan finalmente otorgó cielos despejados. La hermosa luz del sol se extendió hacia todos los rincones de esta antigua ciudad llena de grandes edificios exorbitantes esparcidos al azar, lo que subrayaba aún más la magnanimidad y la gracia de la ciudad, y al mismo tiempo vestía más elegante y refinada la pequeña casadel puente Yue Long en la que Lu Cang temporalmente residía.

-Hermano mayor Lu, ¿terminaste? -Xi Zhen se incorporó en el salón al tiempo que llamaba sonriente a Lu Cang, que estaba cambiándose en las cámaras interiores.

-Sí, vámonos- Lu Cang respondió enérgicamente caminando fuera de la habitación mientras apretaba los nudos de su túnica.

Hoy era el día de la sexta ronda de la Asamblea de los Héroes. En otras palabras, mientras pudiera derrotar a rival de hoy, escaparía de las garras de aquel monstruo mutante llamado Jing y volvería a su vida libre como rey de los bandidos de las montañas de Hangzhou.

Inesperadamente, el bastante joven muchacho que había conocido ayer, Xi Zhen, llegó temprano en la mañana y dijo que quería ir a la Asamblea de los Héroes junto con él, lo que hizo que un brote súbito de deleite subiera por el pecho de Lu Cang. En la víspera del encuentro que determinaría su destino para sus próximos diez años de vida, estaba inmensamente nervioso. Tener a alguien para acompañarlo alivió sus nervios un poco.

-Hermano Mayor Lu...- Dándole a Lu Cang una sonrisa atractiva, Xi Zhen pareció indescriptiblemente inocente y lindo.

Al menos, mucho más adorable que cierto fenómeno. Gruñendo en su mente, Lu Cang y Xi Zhen salieron de la casa juntos, en dirección a la base del encuentro en el este de Tongan a pasos rápidos.

-Hermano Mayor Lu, voy primero. Buena suerte a usted hoy - A las puertas de la arena, Xi Zhen saludó a Lu Cang. Sonrió como una flor, y luego caminó hacia la plataforma de su división.

Lu Cang también dio una leve sonrisa y le devolvió el saludo, luego tomó amplias zancadas en dirección contraria hacia la plataforma de su propia división en el otro extremo. Antes de que pudiera llegar a la plataforma, oyó el ensordecedor sonido de gongs, tambores, aplausos y vítores que emanaban como olas. Esta plataforma parecía mucho más viva que cualquier otra.

Apretó su camino hacia el frente de la multitud y miró hacia el escenario. En la plataforma estaba un hombre de mediana edad que se alzaba majestuosa e imponente en el centro, mientras que un joven yacía al pie del hombre, sangre corría por la comisura de su boca, obviamente herido recibía la notificación de la derrota en la última ronda.

-El ganador de esta ronda es Tian Nan de la secta Luo Dong Xia- La voz del oficial era monótona pero clara. En la esquina de la boca de ese hombre colgaba una sonrisa pomposa; él estaba claramente muy complacido con su victoria.

Sus ojos buscaron en el público alrededor y a continuación, de forma inesperada, se detuvo y durante unos segundos sus ojos cayeron con frialdad en el rostro de Lu Cang. Antes de Lu Cang pudiera reaccionar el hombre ya había retirado su mirada, saltando fuera del escenario como si nada hubiera ocurrido y dirigiéndose hacia el área designada para el descanso.

Las competiciones procedieron. En poco tiempo, fue el turno de Lu Cang. Su primer rival le causó un poco de dificultad, pero estaba evidentemente un escalón por debajo de él en habilidad. Después de su victoria esperada, dio un paso fuera del escenario.

Ya fuera, se limpió el sudor de su frente y pensó para sí mismo, si gano sólo una ronda más voy a ser capaz de entrar en los cien primeros lugares, y luego escapar del enredo de ese monstruo. Su cuerpo desgastado pareció recuperar el espíritu de la batalla por ese mismo pensamiento. Apretó los puños, diciéndose a sí mismo que no importa qué, tenía que ganar esta pelea.

Hua Hua you longDonde viven las historias. Descúbrelo ahora