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"We will discuss your intentions later. If you're still alive that is" // "Discutiremos tus intenciones después. Si sigues con vida, claro está."
- Lord Sesshomaru
Era una tarde soleada en la Aldea, el viento fluía tan fresco como el agua del río a principios de Octubre.
-Será mejor que me apresure si quiero llegar a la hora de la comida señorita Sango- decía una chica de 11 años con cabello negro como el ébano y largo hasta la cintura, mientras se ponía de nuevo el Kimono naranja con adornos de color verde esmeralda que acostumbraba a usar mientras permanecía al lado de Sesshomaru.
-Me parece bien, mañana seguiremos con el entrenamiento, has mejorado bastante Rin, y veo que has estado entrenando a Yukari para que sea un excelente compañero.- dijo la exterminadora al tiempo que se amarraba el listón en su largo cabello castaño.
-Así es, cada día me sorprendo más de las habilidades de mi pequeño mononoke, siento que es más poderoso de lo que aparenta.
-Se puede ver a simple vista pequeña, por cierto, ¿Porqué no usas otro Kimono?, puedo prestarte uno mío si quieres, es solo que ese te queda ya muy arriba y puede que alguno de los hombres de la aldea te falte al respeto. ¿Qué opinas?- la voz de Sango sonaba temblorosa, no sabía cómo reaccionaría Rin ante aquel comentario pero quería cuidarla de cualquier pervertido que la hiciera pasar un mal rato.
Ella sabía perfectamente cómo eran las mujeres cuando se aferraban a algo, y sabía que aquel Kimono era el que siempre traía consigo.
-Ya lo sé Señorita Sango, pero me es difícil deshacerme de él, me siento más segura, pero por otro lado no quiero que los hombres pervertidos se muestren interesados.- dijo mientras se abrochaba el Kimono con el lazo verde que siempre llevaba. Suspiró al darse cuenta que el lazo le quedaba más grande que antes, siendo esto algo incoherente, pues ella había crecido. Bastaron solo milésimas de segundo para que se diera cuenta que su cintura era la que había estado marcándose al paso de los días.
-Umh- dijo al pensar que su cuerpo estaba cambiando más rápido que su razón.
-Entonces mañana le pasaré a la Anciana Kaede dos de mis Kimonos, te gustaran, son de colores muy vivos.
-Gracias Señorita Sango
El viaje a la cabaña de la abuela Kaede fue en silencio, Yukari claramente estaba agotado, e iba en brazos de Rin.
-Sabes Yukari, me siento culpable de estarte entrenando tan arduamente a tu corta edad, pero mi preparación no estaría completa sin ti.- murmuró la niña mientras acariciaba una oreja verde de su félido amigo, y esté le correspondía ronroneando. Ella sonrío ante la imagen, era su primera pertenencia, aunque sonara feo, su Amo se lo había dado para que no estuviese sola.
¿Acaso el señor Sesshomaru estaba preocupado por ella?
"¡Rin! Pero que cosas dices..."
Su sonrojo fue evidente para su fiel compañero y éste solo atinó a mirarla con curiosidad, movió sus orejitas al notar una presencia ajena a la de ambos, atravesar el bosque en busca de un baño tal vez no había sido tan buena idea. La costumbre de Yukari y de Rin por ducharse relajadamente después del entrenamiento jamás se había visto interrumpida por algún percance.
No había tenido que usar su arco por alguna emergencia.
Habían pasado dos semanas desde aquel día.
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Eternidad Daiyōkai {SesshoxRin}
FanfictionPrometió volver la noche de su décimo séptimo cumpleaños, para entonces, él tendría la eternidad de Rin en sus manos, y así, ella sería su emperatriz. Gobernando junto a él, para formar el Imperio más poderoso...Sólo falta que el destino esté de acu...