Ya pasaba del medio día, Jade estaba vestida, lista con bolso y cámara fotográfica en mano esperando, y no sabía qué hacer.
Por un lado sabía perfectamente que su padre se enteraría si iba sola a la fiesta en la piscina y no quería causarle otro disgusto más, pero también estaba segura de que Rayder no tenía ningún trabajo que hacer, la noche anterior habían discutido porque él no quería acompañarla y ella estaba decidida a ir, tanto ella como su amiga Claudia esperaban este día y lo habían planeado desde antes que todo entre él y Jade empezara.
Y tenía certeza de que él seguía en su casa, la camioneta seguía en el mismo lugar que ayer. Fue a sentarse al sillón, con el pie moviéndose sin parar y checando el reloj cada diez segundos, echó aire por la boca con desespero, lo pensó medio segundo y decidida salió a buscarlo, fue a la puerta trasera de la casa de él y tocó pero no hubo respuesta.
-Rayder....- lo llamó apoyando las manos y la cara en el cristal de la ventana buscándolo, no estaba ahí.
Regresó a su casa, subió a su habitación y se asomó por la ventana. La habitación de él estaba justo frente a la de ella, el cristal estaba abierto y las cortinas medio abiertas. Alcanzaba a ver parte de la cama y vio movimiento.
-Sé que estás ahí...- espero, nada. -¡Rayder!
Tamborileo los dedos en el marco, entrecerró los ojos y sacó el pie al entramado, luego el otro, pasó por la rama con cuidado, de ahí se agarró al tronco para pasar a la rama que estaba más cerca de la ventana de él.
¡Ay virgen pura de la piedad! ¡Que no me caiga!
Se sujetó de una rama más alta con ambas manos y caminó lenta y con precaución hasta que llegó a la ventana de Rayder, entró y ahí estaba acostado durmiendo.
-Te voy a...¡Rayder Hunter! ¡DESPIERTA!- él apenas si se movió, Jade se acercó a la cama y jaló las cobijas -Hace un calor infernal y tu tapado hasta la cabeza, no te creo que estés dormido ya pasa del medio día ¡levántate soldado que tenemos una misión especial! ¡vamos! ¡vamos!
Cuando lo destapó y lo vio supo que no estaba bien, tenía el cabello y la frente sudorosa, la playera estaba pegada a su cuerpo mojada y estaba temblando -Dios, Rayder ¿qué tienes?- se sentó en el borde de la cama y le tocó la frente -Estás ardiendo en fiebre.
Él apenas si se movió -¿Qué haces aquí? Dijo él con los ojos entreabiertos -¿Cómo entraste?
-La ventana, vine a buscarte para que me acompañes a la fiesta.
-No me siento bien, creo que me hizo daño la mojada de ayer.
Le tocó las mejillas sonrosadas por la temperatura elevada -Necesitas algo para bajarte la fiebre ¿Dónde guardan las medicinas?
-En el baño, el espejo.
Fue al baño y buscó, encontró Ibuprofeno. Agarró el vaso que estaba en el lavabo, lo llenó con agua y se lo llevó -Ten.
Rayder se incorporó lo suficiente para tomar la pastilla y luego se dejó caer en la cama de nuevo -Me duele mucho la espalda- hizo un gesto de dolor.
Jade recordó cuando era niña y tenía fiebre, su madre acostumbraba darle un baño con agua tibia para bajarle la temperatura, y pensó en la posibilidad.
No seas una lujuriosa, el pobre está enfermo y tú pensando en verlo desnudo bajo la regadera.....no, en la regadera no, en la tina estaríamos mejor.
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La hija del General
Roman d'amourDespués de siete años Jade Asher regresa a Prince George Virginia a pasar el verano con su padre deseando que la mala reputación que empezó siendo una niña haya quedado en el pasado pero es difícil olvidar el rencor hacía aquel soldado que provocó q...