Brillo

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Derek tomó a su amigo en brazos después de desatarlo, parecía un cuerpo inerte pero sabía que estaba vivo porque respiraba, sólo por eso. Lo llevó a la ducha y lo lavó lentamente, antes o en otra situación le había dado vergüenza o incluso se habría excitado con tener al menor así, pero el tener que limpiar los restos de semen combinados con sangre, le dolía.

Jimin, no hablaba, no se quejaba y tampoco hacía algún gesto ni de disgusto ni de asco, su amigo estaba preocupado por eso, el menor siempre fue muy expresivo al punto de ser irritante, pero ahora ¿Qué le pasaba?

Cuando terminó de bañarle, observó el frágil cuerpo de su mejor amigo, estaba lleno de golpes, arañazos, chupones, mordidas y se veían las marcas de unas manos en su cadera. Tuvo ganas de vomitar, ver el hermoso cuerpo de Jimin en esas condiciones era una tortura, lo tomó en brazos y lo llevó a la cama y le puso su pijama.

-¿quieres comer algo Min? -susurró suavemente y su amigo negó con la cabeza, suspiró algo frustrado, quería escuchar su voz, aunque estuviese aguda o cortada por el llanto o algo así, pero eso no pasó - ¿quieres dormir? -intentó con otra pregunta con el optimismo de escucharle, pero cuando le ve asentir con la cabeza siente que tal vez no quería hablar.-entonces te dejo tranquilo -se aleja caminando lento esperando un sollozo o un grito pero cuando salió de la habitación no escuchó nada y un gran nudo se formó en su garganta. Demian había matado a su mejor amigo, quién estaba durmiendo en la habitación no era Jimin, su Jimin.

Lentamente bajó las escaleras con el corazón oprimido, cuando ve a Michelle sentada en el sillón mirando al vacío - ¿cómo está? -susurró suavemente, muy dulce pero a la vez intentando sonar bien.

-No habla, no se quejó, ni si quiera me miró...era como si yo no estuviera ahí -dijo mientras se sentaba - creo que debe ir al psicólogo o algo así...si no hacemos algo vamos a perder a Jimin -dijo con un nudo en su garganta, no podía llorar tenía que seguir fuerte por su amigo, tenía que aguantar para recuperarlo.

-me siento tan mala madre ¿cómo pude ser tan ciega como para traer a ése violador a mi casa? -y en ese momento la mujer sin poder aguantar estalló en llanto, era culpable de arruinarle la vida a su hijo ¿a qué costo? Por subir el promedio de matemáticas.

Jimin estaba arriba sin saber qué ocurría a su alrededor, aún sentía las grandes manos recorrer su cuerpo, aún sentía sus gruñidos y gemidos, se quedó mirando el techo, no sentía nada. No tenía ganas de llorar y mucho menos reír, lo único que sentía era que Demian se había llevado sus ganas de hacer cosas, sus ganas de vivir.

Una idea se le pasó por la mente, una idea descabellada y tonta, pero no le importó, se levantó con extremo cuidado, su trasero dolía cuando se movía, se sentía partido en mil pedazos, no supo como pero llegó a las escaleras y escuchó un fuerte ruido. Su madre gritaba y lloraba, Derek a su lado intentaba calmarla un poco sin resultados, no le importó esa escena entró a la cocina buscando algo con filo. Encontró un cuchillo pequeño que usaban para cortar toda clase de verduras y frutas ya que era afilado. Lo tomó sin ninguna expresión en su rostro analizando el objeto que tenía entre sus dedos. Lo guardó entre su ropa y en silencio subió a su habitación, agradeciendo que ni su mamá ni su amigo lo viera. Al llegar a su habitación deja el cuchillo en su escritorio, se queda mirándolo un poco y luego se acuesta cerrando los ojos para dormir.

Esa noche no soñó nada, estaba todo oscuro, sin nada. Así se sentía, vacío como un objeto, sus sentimientos se habían esfumado al momento en que Demian lo dejó amarrado sin decir nada y se fue, pensó que le diría algo, pero su silencio fue devastador.

No supo en qué momento abrió los ojos se encontraba mirando el techo, la oscuridad de su habitación era interrumpida por pequeños rayos de luz del alumbrado público, se sienta en la cama y mira el cuchillo, con cuidado lo toma y por primera vez ese día, después de lo que pasó, siente algo. La rabia recorría su cuerpo, quería romper algo, quería gritar, quería llorar de rabia, apretó el cuchillo contra su cuerpo y unas traviesas y delgadas lágrimas se escaparon de sus ojos.

Demian me arrebató todo -susurró mirando el filo del cuchillo -Demian no me quiere, Demian me utilizó -lentamente acercó el cuchillo a su muñeca, al hacer el primer corte sintió un pinchazo de dolor, al segundo sintió alivio, al tercero no sintió culpa, al cuarto se sintió feliz, al quinto sintió que todo iba a cambiar. Se detuvo al quinto corte su brazo estaba ensangrentado, con cuidado se levantó y fue al baño a lavar el brazo, pero la sangre salía y salía, debía admitirlo esa imagen era hermosa. Cuando se detuvo el sangrado se colocó una venda con el único objetivo de tapar, se puso una polera manga larga y se acostó. No le importaron los pinchazos de dolor que sentía en el brazo al moverse, de hecho le agradaba y gustaba, porque así no pensaba, porque así callaba su dolor emocional, aunque ahora sólo era un objeto vacío sin brillo.

ClarityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora