You Can Call Me Monster...

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Se encontraba en la heladería en la que le había robado su primer beso a Jimin, ése lugar se había convertido en su refugio y escape para todo.

Mira su helado sin muchas ganas tomando la cuchara y moviendo la salsa de chocolate que cubría éste, por impulso y por idiota había comprado la copa más grande y de chocolate, no se la iba a poder terminar solo, lo sabía.

Durante largo rato se quedó mirando el helado, notando como éste se derretía lentamente. Ya aburrido decidió comenzar a comerlo.

El lugar estaba silencio o eso creía hasta que un grupo de cinco chicas llegaron haciendo mucho bullicio. Eran guapas, o al menos eso creían ellas, vestían ropa de marca y cara, sus rostros llenos de excesivo maquillaje y sus cuerpos tenían demasiadas curvas, hermosas curvas. Sólo una de ellas parecía diferente, en apariencia, se veía más fina y al parecer era la líder de ese grupo de muchachas, que a vista de Demian le eran muy familiar.

Ya cansado de sus chillonas voces y convercaciones huecas, decidió ponerse sus audífonos para poder terminar su helado, pero sintió la mirada de cinco chicas sobre él y eso le puso nervioso ¿tan guapo era?

Negó levemente con una sonrisa para sí mismo y decidió terminar su gran copa de helado, pero algo le llamó la atención, la chica más linda y más perfecta de las cinco se había sentado en su mesa mirándole fijamente, le vio mover los labios pero no escuchó nada debido a su fuerte música. Con un leve puchero se sacó los auriculares mirando a la chica un tanto enojado, ya que no tenía ganas de tener vida social o sexual.

-Vaya...creo que tendré que repetirlo, soy Annie, un gusto -le dijo con un tono coqueto, mientras se arregla su negro cabello. Notó que sus ojos estaban delineados del mismo color, mientras sus labios eran de un rojo intenso, su cuerpo lleno de curvas y desde donde estaba él podía sus grandes y redondos pechos, tal vez eran operados, eran muy perfectos.

-¿Y eso debe interesarme? -le miró con completa indiferencia y siguió tomando de su helado tranquilamente -¿puedes dejarme solo?

-Oye guapo ¿por qué estás tan molesto? Annie puede ayudarte y complacerte con todo -le sonríe y saca un poco de helado con su cuchara lamiendola seductoramente -

-¿Cómo dijiste que te llamabas? - le miró alzando sus cejas, esa chica le parecía conocida, muy conocida -

-Cosita, soy Annie, Annie Owen

El chico abrió sus ojos sorprendido, esa chica era su primer y único amor, esa chica le había rechazado cuando era pequeño, la misma chica que ahora le estaba coqueteando.

Se encontraba en el parque paseando a su perro, cuando vio a una chica llorar, su madre siempre le enseñó a ser un caballero. Se acercó y le entregó un dulce que había guardado en su bolsillo.

-Hola, soy Demian y una chica tan linda como tú no debería llorar -la chica la sonrió y en ese momento el niño la reconoció, era Annie, la chica más popular de su instituto, la más linda y que era tres años mayor que él.

-Gracias, Demian -secó sus lágrimas y se comió el dulce con una leve sonrisa - eres un lindo niño.

-¡No soy un niño! Verás que yo te puedo hacer feliz -le dijo muy convencido, pero la chica sólo se levantó y se fue, dejando una deliciosa fragancia en su lugar.

El pequeño Demian de sólo trece años, estaba enamorado de la hermosa y perfecta Annie, de apoco se fue acercando a ella y se hicieron amigos, descubrió que ese día lloraba porque sus padres se estaban divorciando y eso le dolía.

No entendía porque en su colegio habían rumores de que ella era "puta" o que se había metido con el equipo de fútbol, cuándo el sabía que era una chica dulce, todos los días le llevaba chocolates y a veces unos dulces finos que le traían sus tíos, él estaba dispuesto a hacer todo para estar con quién amaba.

-¡Ann! Tengo unas entradas para ir al cine -le sonrió a la chica -¿te gustaría ir conmigo?

Ella sólo le miró con una sonrisa, pero un chico, alto, musculoso y probablemente con la edad de Annie la abrazó por la cintura -¿Vas a ir a mi juego muñeca?

-¡Claro que si Lou! -ellos se besan y el pequeño corazón de Demian se rompe-

Enano...esfúmate...quiero estar con mi nena -le dice el idiota sin cerebro -

¡Ann irá conmigo al cine!-le dice enojado mirándolo -

¡Ja! ¿y tú crees que irá con un chico feo, chico y sin músculos? Ésta chica es una joya, y necesita un gran cuerpo para mantenerla y una gran resistencia, dime ¿a cuántas te haz follado? ¿haz dado besos con lengua? Que patético eres Annie merece al mejor.

Si niño, mejor andate -le dijo la chica, haciendo que comenzara a llorar.

Miró a la chica incómodo y desvío su mirada -Andate...quiero estar solo Ann -dijo en un susurro y la chica le miró sorprendida, al parecer sólo él le decía así.

-¿Demian? ¿Amor? ¡Wow! Mírate, eres todo un hombre y ¡Por Dios! Eres tan guapo, que no te reconocí cariño -ella le sonrió de una forma muy coqueta-

Claro ahora te gusto ¿verdad? ¿sabes qué? Tenían razón en el Instituto, eres y serás una perra ¡La gran puta Annie Owen! ¡Y por tu culpa lastimé al chico más lindo de todos! Al chico que amo....al chico que amo...-dijo enojado y salió de la heladería -

Al fin lo entendía, Annie jugó con sus sentimientos y por eso de había transformado en el monstruo que era. Enojado fue al parque donde se había encontrado con Jimin hace un par de semanas, lo extrañaba muchísimo y quería saber de él, pero su niño no quería nada con él y lo aceptaba. Fue malo con él y ahora sólo tenía que pagar su karma.

Se sentó en un columpio y se balanceo un rato, y notó a lo lejos a Jimin y su amigo Derek, sonrió al ver que al menos estaba acompañado, pero no le gusto ver como su niño era besado por su mejor amigo, pero ya no podía hacer nada, Jimin no era suyo, de hecho nunca lo fue.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2016 ⏰

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