La gran mentira
Después de darle en sus partes a Chris llamo a Ana y a Claudia para que limpien, sequen y ordenen la habitación, hagan la cama y saquen los cubos. Realmente me dan pena, teniendo que limpiar todos nuestros desastres. Ya les compraré algo en agradecimiento por todo lo que hacen por mí la próxima vez que vaya de compras al centro comercial. Pero mientras tanto, yo voy a darme un baño calentito.
Mientras estoy en el baño me pongo a pensar sobre cómo ha cambiado mi vida en los últimos días, es decir, no es que antes fuera una chica lo que se dice normal, pero ahora lo era menos. No es normal que tengas un coeficiente intelectual tan alto como el mío, que vayas a una escuela de élite en la que solo hay dos maneras de entrar, o tienes dinero o tienes inteligencia, y solo hay pocos casos con lo primero. Tampoco es normal, que en menos de una semana mis padres decidieran cambiar de pareja así porque sí.
Si yo fuera ellos, ya habría conocido a los Black, y todo eso, me los habrían presentado y tal vez, solo tal vez, uno o dos años después se habrían comprometido. Pero ellos parece ser que no lo pensaron. Creo que ya se conocían de antes, de mucho antes.
Ahora que lo pienso, nunca he visto a papá y mamá mirarse con amor como lo hacen ahora con sus nuevas parejas, sí con cariño, pero un cariño de más bien unos mejores amigos desde que tienen memoria, así como miro yo a J y Ly siempre.
Tal vez lo de que se conocieron en el crucero y se enamoraron allí, es la mentira que me dijo mi madre el otro día, y a la que yo no le tomé importancia. Lo investigaré en cuanto tenga tiempo con unos de los trucos de hacker que Jer me enseñó hace años. Tal vez pueda mirar en el sistema operativo de Northwestern University, la universidad a donde fueron mis padres.
Cuando salgo del baño luego de una hora pensando, voy con una toalla alrededor del cuerpo y otra en mi pelo, me encuentro a Chris sentado en uno de los sofás color rosa crema de la entrada del cuarto.
-¿Qué haces aquí?- pregunto sin ninguna vergüenza de que me vea con únicamente una toalla rodeando mi cuerpo.
-Lo que tú no haces- responde mirándome de arriba abajo y sonrojándose un poco. Bueno puede ser que la toalla sea un poco corta.
-Ugh que asco de niño- susurro, pero me escucha.
-Con que soy un asco de niño eh?
-Sí, lo eres y ahora fuera de mi habitación- digo.
-Como quieras- contesta.
Al pasar a mi lado me da un beso en la mejilla y se gira para irse.
Yo me sonrojo, cojo un cojín y se lo tiro a la cabeza. Luego me voy corriendo al armario antes de que vea mi sonrojo y se ría de mí. Sí, soy de sonrojo fácil algunas veces, ¿qué pasa, acaso eso es un problema?
Ya en el armario, me visto con una camiseta corta, unos vaqueros azules y unas vans negras. Luego me pongo unas pulseras y un anillo como accesorios. Cojo una mochila y meto una chaqueta negra de cuero, por último me pongo una bufanda negra y unas gafas de sol.
Cuando acabo de vestirme bajo las escaleras hacia la cocina para coger algo de comer durante el pequeño paseo que tengo pensado hacer por el jardín, pero por el camino, escucho voces que vienen del despacho de Charly y la curiosidad me impulsa a echar un vistazo. La verdad, hubiera preferido pasar de largo sin escuchar lo que dicen en este momento.
-...merece saberlo...ya sé que puede que nos odie por ocultárselo...no, yo tampoco quiero perderla, pero merece saberlo...debemos decirle quien es, sobre sus padres, la realeza y su matrimonio concertado...Lucy merece saber quién es en realidad...
En este momento no puedo seguir simplemente escuchando, abro la puerta y veo como todos los integrantes de la habitación me miran y abren los ojos horrorizados al reconocerme.
-¿Quién... soy...realmente?- pregunto, y no puedo más, salgo corriendo de allí hacia las cuadras, cojo a Medianoche y me voy cabalgando hacia el bosque, esperando que tarden horas en encontrarme, o que simplemente no me encuentren nunca. Luego de cabalgar más de dos horas, desmonto adolorida, puesto que con las prisas no he ensillado a Medianoche y voy en vaqueros. Ato la rienda de la yegua a la rama baja de un castaño para que pueda comer si quiere y me siento en el suelo apoyando la espalda en el tronco del mismo árbol.
En algún momento de mi desesperada cabalgata, perdí mis preciadas Ray-Ban y empezó a llover cada vez más fuerte. Estoy empapada de pies a cabeza, pero me da igual, todo me da igual.
Todo mi mundo ha muerto, y la única pregunta que acude a mi mente es "¿quién soy yo en realidad?"
Luego de pensarlo un tiempo y no hallar la respuesta, me dedico simplemente a llorar y dejar que mis lágrimas saladas se mezclen con la dulce lluvia que cae del cielo.
Deben de haber pasado cerca de cinco horas cuando escucho cascos de un caballo sobre el suelo del bosque. No tardarán mucho en verme, ya que tengo un caballo al lado y tampoco es que me haya molestado en esconderme en algún sitio o disimulado mi paso hasta aquí, aunque no dudo que la lluvia haya ayudado a borrar el rastro de cascos hacia este lugar.
-Lucy, cariño, vuelve a casa por favor. Están todos muy preocupados por ti, tu madre está llorando en el sofá del despacho de mi padre y no hay quién la consuele. Ya sé que deberían haberte explicado todo ese rollo del trono y el matrimonio y esas cosas, pero ellos solo querían protegerte. ¿Lo entiendes?
Miro hacia arriba y me encuentro a un muy apenado Chris.
-¿Tu tam...también sabí...bías esto? -pregunto entre sollozos mal contenidos. Al ver que no me responde, le suelto un grito desgarrador que hace que me duela la garganta. - ¡Contesta!
- Estoo... si -habla avergonzado alargando la o y sentándose a mi lado para verme a los ojos de frente, aunque pronto los retira y termina por sentarse delante de mí en el suelo embarrado- lo sé desde que era pequeño.
-Desde pequeño... ¿pero como lo ibas a saber desde pequeño si nuestros padres se conocieron supuestamente hace poco? Sabía que era mentira. Quiero la verdad, ahora mismo- mi cabeza funciona a toda potencia, pero aún no encuentro la última pieza que dará por acabado el puzle.
-Verás, Lucy, yo no soy el indicado para responder a esa pregunta- dice convencido haciendo amago de levantarse para que volvamos a la mansión. Lo agarro del brazo y lo obligo a volver a sentarse junto a mí.
-Me da igual si eres el indicado o no, si no me lo cuentas, no pienso volver. Y no puedes obligarme, sabes que te noquearé si intentas llevarme a la fuerza.
-Pero es que esto deben decírtelo nuestros padres, no yo. Ellos llevan ensayando que decirte durante quince años. Deberías escucharlos a ellos, hazme caso.
-No pienso escuchar a nadie que lleva mintiéndome toda la vida. O me lo cuentas tú o a parte de no volver a casa no volvéis a verme ninguno. Huiré si es necesario, no lo pongas en duda.- en realidad no pensaba huir, puede que esté muy enfadada, pero amo a mi familia y no la abandonaré pase lo que pase, pero como buena actriz que soy, mi interpretación es tan perfecta que Chris se la cree.
-Muy bien, a qué esperamos entonces. -suelta, impaciente de que volvamos a casa para dejar de preocupar y consolar a nuestros padres- Verás,...
Bueno, empezaré por decir esto. Lo siento *llora desconsoladamente mientras tira el helado porque no se lo merece*. No, ahora en serio, siento realmente no haber subido capítulo. Tuve algunos problemillas, muchos exámenes, y muy pocas asignaturas aprobadas. Si, suspendí, y muchas. Espero que no me quiten el portátil, puesto que me es incómodo escribir desde el móvil, pero lo intentaré. Intentaré también no retrasarme tanto en subir capítulo, aunque no voy a cometer el mismo error y decir una fecha, porque eso, ahora en vacaciones lo intentaré, pero no prometo nada.
P.D. Siento las faltas.
P.D.2. En multimedia el salón del cuarto de Lucy.
Uxía.
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¡¡ME NIEGO!! |PAUSADA TEMPORALMENTE|
RomanceElla tiene cerebro. El tiene dinero. Ella quiere su vida como antes. El no quiere dejarla ir. Ella ahora es protegida por su "hermano". El salvará todas las barreras para tenerla. Ella niega su sangre. El la intentará convencer para que se una a la...