El torturado era colgado desnudo y con un instrumento dotado de garfios en la punta y era “rascado”.
Las afiladas uñas de esta zarpa de gato desgarraban la piel y arrancaban tiras de carne, a menudo los garfios penetraban tan hondo que dejaban el hueso a descubierto e incluso podían “rascarlo”. El torturado solía morir desangrado o quedaba inconsciente debido al dolor.
ESTÁS LEYENDO
Instrumentos de tortura
AléatoireEsta es una recopilación de los instrumentos que de utilizaban por la iglesia en la época medieval.