Capítulo 1.

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16 de Noviembre de 1999, nace una niña risueña y tranquila a las 14.10 de la tarde. Su madre la mira con ojos llorosos y llenos de alegría que rebosaban de ilusión y amor al primer instante. Abre los ojos después de horas y horas durmiendo en el pecho de su madre, y tiene los ojos verdes claro, como su padre que estaba cogido de la mano de su mujer mientras sollozaba y le caían lágrimas sin pensarlo; Sí, esa era yo. Ahora totalmente diferente, intranquila, insegura y alocada. 16 años de edad, independiente y a miles de kilómetros de su familia, aunque claro, Julie, mi mejor amiga con la que comparto piso actualmente, es mi segunda familia.
Nunca tuve problemas con ellos de pequeña, lo que hace que ellos confíen en mi a la hora de haberme mudado a Madrid. Aunque eso hace ya dos años desde que pasó.
Voy al instituto Black Windows Family. Si, en Madrid, un instituto con nombre inglés, las modas de ahora supongo. ¡Ah! Hablando de eso, nunca me ha gustado utilizar las tendencias o lo último en moda y belleza.
Julie va conmigo a clase aunque es la más dormilona de las dos. Pablo y Raúl son dos de mis mejores amigos de la infancia y ahora al fin he vuelto a coger contacto con ellos, aunque no vayan a mi mismo instituto, están bastante cerca de nosotras.
Julie es como yo de pequeña, risueña, se ríe de todo y lleva la palabra tranquilidad escrita en su frente. Aunque hay veces que se le cruzan los cables, después de dos años viviendo juntas, algo se le habrá tenido que pegar de mi, ¿no? Aunque la duda que siempre he tenido es... ¿Es eso bueno, o malo?
-
Nuevo día en Madrid, 7 a.m.
Me levanté media hora antes, me dormí a las 4 de la madrugada, y me levanté con energía a las 6 y media de la mañana. ¿Rara? Puede ser, pero así soy yo. Julie seguía dormida, eran y diez, cogí un cubo de hielos y se los eché en el pijama con delicadez, ni se inmutaba. Le gritaba, no se movía. ¿¡Que debía hacer!? No entiendo como se llega a despertar con la alarma pero con hielos no. Vaya señorita.
Se despertó a y veinte al fin. Yo la estaba esperando ya vestida y preparada, lo primero que ve al abrir los ojos es a mi. Da un salto y grita con los ojos casi en blanco.
Yo: ¡Al fin, mujer!
Julie: ¿Qué... Qué hora es?
Yo: Tarde. Salimos en veinte minutos, vamos.
Se vistió en cinco minutos y casi peinada en dos.
Yo: Ju (Así la llamo yo casi siempre) que rápida. - Me empecé a reir un poco y no podía parar. -
Julie: ¿Por qué mi pijama estaba mojado?
Yo: Eh... Nada nada. - Dije mirando a todos lados. -
Julie: Kaaaat... Te conozco.
Yo: Bueno, vamonos ya.
-
Llegamos a clase, cada una se sentaba en una esquina, a mi me daba a la ventana, que daba a la clase de los de primaria y al patio inferior.
Empezamos a dar clases hasta la hora del recreo y nos fuimos a informática a hacer un trabajo.
Yo: ¿Me pongo a ver yuri?
Julie: Mejor Boku no pico.
Yo: Naah! Julie por favor.
Julie: Pss pss. Ha entrado alguien.
Yo: ¿En serio? ¿Quién es? - Dije mientras giraba la cabeza intentando evitar el ordenador. -
Veía como se acercaba, iba hacia nosotras. Antes de que nos alcanzara le di un codazo a Julie, que estaba atendiendo a su ordenador mientras escuchaba bring me the horizon.
Julie: ¿Qué? - Dijo en alto, en ese instante la miré con cara asesina cuando vió que el chico estaba a nuestro lado. -
¿?: Hola.
Yo: Hola, ejem.
Julie: Holiwis.
Julián: Me llamo Julián. - Dijo mientras tocaba su pelo scene de lado a lado. - ¿Estáis viendo anime? *Se le ilumina la cara de repente*
Yo: Encantada, Julián. Soy Kat.
Julie: Yo Julie. ¡SI, estamos viendo anime!
Yo: ¿Te gusta? - Dije mientras me fijaba en su pelo.
Julián: ¿Gustar? Es muy poco para mi. Jajaja.
-
No sé, me caía bien. Al sonar el timbre subimos los tres las escaleras que llevaban a nuestro aula, el iba hacia la izquierda y nosotros a la derecha.
Yo y Julie sincronizadamente: ¡Hasta luego!
Julián se despidió con la mano y una leve sonrisa.
Nos volvimos a sentar todos, menos Julie, que estaba apoyada en mi pupitre mientras hablaba conmigo... Mala suerte la suya; El profesor más serio y exigente de todos había entrado, y ella no se dió cuenta. Todos la miraban fijamente, excepto el profesor, que miraba a su ordenador de rico, asi que Julie fue lo más rápido posible a su asiento, y... ¡Iuf! Menos mal, por poco.

El profesor aparte de ser serio, era empanado. Todos se tiraban bolas de papel y se reían, Ju y yo nos mandabamos notas y un chico dibujaba en su cuaderno.
Al terminar la clase seguíamos hablando por notas, que David el pobre, era nuestro mensajero, y aun así no se chivaba.
Una de las notas de Julie decía:
Te parece mono, ¿verdad?
Yo respondí:
A quién te refieres, ¿Julián? Su pelo scene/emo me apasiona, pero no le veo como algo más que un amigo. :)
Julie:
¿Entonces tengo las papeletas libres para ligarmelo?
-
Todo tuyo, majestad. XD
+
Hoy haces la comida tú.
-
¡No! :( Ayer cenamos en el McDonalds porque tú quisiste, me toca llevarte a un restaurante japonés.
+
Sabes que no soporto el sushi, Kat.
-
No seas tonta, ni has probado. ¿Confundes el pulpo con el sushi?
+
Hmmm... Eh... Bueno, ya veremos. Voy a terminar el ejercicio 12.
-
Vale, ya hablamos por códigos, que David tiene que estar a punto de matarse ya.

David era un chico majo, aunque era bastante tímido y misterioso, así que he dado de por hecho que quiere estar solo en clase. A mi también me pasaba en Los Ángeles.

Después de clase volvimos con Raúl y Pablo, que vivía a pocos metros de nosotras. Nos habló de su profesora María y que es una egocéntrica malaje.
Nunca he llegado a entender ese odio a los profesores. Es cierto que no siempre son muy agradables, pero tienen una función como nosotros los estudiantes ejercemos, así que es nuestra culpa ser a veces unos infantiles, aunque hay excepciones.

Llegamos a casa y nos duchamos, y luego fuimos al restaurante "Neko Kire." Sé que Neko es Gato, pero lo de Kire no me sale ni en el traductor, puede que sea un nombre, apodo o un juego de palabras japonés inventados por los dueños del local. ¡La comida era espectacular! Le dejé sin palabras a Ju, hasta ella quería repetir. Llegamos a casa reventadas y alegres, fue sentarse en el sofá y quedarnos sopa. Menos mal que me despierto temprano, esta vez sabiendo como es Julie con eso de despertarse, la despertaré diez minutos antes de la hora que debería empezar a preocuparme por lo dormilona que es, osea, raro, pero cierto. Sino, lo vuelves a leer.

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