Capítulo 4

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Dentro del auto la música estaba a todo volumen, Noah estaba en el puesto del conductor y James como copiloto, el resto del grupo estaba en los puestos traseros.

— Por si no lo sabías uno se baña sin ropa. — grito Emily en tono de "broma".

Todos se rieron al unísono, mientras yo me sentía como un pequeño gusano. No le encontraba gracia alguna su comentario. 

De repente empezaron a sonar los pitos de los carros de atrás con impaciencia y desespero, poco después una voz lejana y muy gruesa gritaba a todo pulmón. — ¡Avancen! ¡Muévanse!

— ¿Te llevamos o quieres disfrutar tu caminata al aire libre? — dijo Noah acomodándose las gafas oscuras — Al fin y al cabo parece que la estas disfrutando, no.

{ Esto debe ser un chiste, ¿Noah invitándome a subir a su auto para llegar temprano a la escuela? Whoa, desde pequeños, siempre me ha tratado como un cero a la izquierda e incluso me ha llegado a ridiculizar en frente de todos para conseguir popularidad.}

—Mmm... Bueno— le respondí dubitativa mientras me encogía de hombros.

— ¡Atrás no te vas!— dijeron al unísono Emma y Emily. Estas al darse cuenta de lo que acaban de hacer chocaron las palmas como si eso hubiera sido un gran logro.

— No te preocupes. — dijo James abriendo su puerta. —Yo me hago atrás, toma el puesto de adelante. No hay problema.

Ante su propuesta, una pequeña sonrisa surgió en mi rostro que rápidamente se borro al notar las miradas fulminantes de Emma y Emily. Camine hacia la puerta del copiloto observando como James se bajaba del coche, en el momento en que me iba a sentar me detuve al notar algo extraño ¡James se estaba quitando la chaqueta y con ella cubría el asiento!

— Para que no lo mojes. — se justifico guiñándome el ojo seguido de su perfecta sonrisa.

Aunque nadie lo podía creer James tuvo aparatos dentales por dos años — los cuales no gozaba de la popularidad de la cual actualmente disfrutaba — y esa sonrisa fue el maravilloso resultado.

Decidí sentarme e ignorar sus gestos de coqueteo inapropiado. Lastimosamente, James era el novio de Emily hacía un año y aunque seguí admitiendo que el chico era simpático, yo no soy el segundo plato de nadie.

En menos de dos minutos el auto se lleno de risas y conversaciones divertidas. La mayoría de temas que tocaban no eran de mi interés o no tenía un comentario genial que decir, así que me mantuve callada casi todo el viaje.

El trayecto se me hizo más largo que de costumbre, realmente me sentía incómoda estar en medio de su grupo y escuchar todos los chismes y bromas que se hacían unos a otros en medio de risas y comentarios graciosos; aunque prefería tolerar eso a mojarme más de lo que ya estaba.

Cuando llegamos al colegio la puerta principal estaba cerrada, afuera se encontraba sentada una mujer que aparentaba cien años, desde mi perspectiva parecía una ogra, lucía en todo su cabello canas, era súper delgada hasta llegue a pensar que estaba desnutrida, no me agradaba ni un poquito. Desgraciadamente sabía quién era, ella era la encargada de atender la biblioteca y su nombre era Lilia.

—¿Tarde el primer día? — dijo la bibliotecaria con cierta antipatía, mientras sacaba una tablet de su bolsa. 

Después de observarla por unos quince minutos en donde pasaba sus dedos arrugados por la pantalla, pude deducir que ella no tenía ni la menor idea de como se encendía ni mucho menos de como se usaba. Amablemente sugerí — ¿Si quiere le puedo ayudar? 

—¡Niña!— me miró de arriba a bajo. — ¡¿Usted me cree bruta?!

— ¡Yo nunca dije....!— trate de excusarme.

—¡Mejor cállese!— Me fulminó con la mirada, no cabía duda a esa señora yo le caía mal. Su expresión facial cambio totalmente  cuando volteo a ver a Thomas,  su mirada se suavizó y una sonrisa penosa surgió de la nada —¿Me ayuda, joven?— Le entregó la tablet con demasiada amabilidad.

— ¡Ayyy!— dijo Noah con cierta picardía, todos empezaron a reír mientras yo estaba ¡¿WTF?!

He concluido que esa tipa me odia y a él lo ama. No había duda alguna.

— Apellidos — en este momento me sentí perdida, primer día y ya tenia una anotación. Que hice para merecer esto.

— White — dijo Thomas dándole su típica sonrisa de chico popular.

— Ay cariño. A ti te dejo pasar porque eres muy servicial. Fuiste muy generoso por ayudarme sin ningún problema — esa vieja... Cálmate Cristal.

— Gracias Lilia — dijo Thomas con cierta lambonería.

— Apellido jovencita — le pregunto a Emma.

— White — dijo con una sonrisa superficial, no sabía que tanto les hacía gracia para que siempre estuvieran sonriendo hasta en estos momentos.

— Ay a ti también te dejo pasar porque eres muy amable. ¿Saben? A todos los dejo pasar porque son muy educados y es evidente que no fue por falta de irresponsabilidad que se les hizo tarde — dijo mientras llevo la tablet a su pecho.

Noah y Thomas chocaron sus manos al igual que Emma y Emily al escuchar lo que dio la viejita. Todos estábamos feliz porque nos dejaron pasar sin anotación, al parecer el universo no estaba conspirando totalmente en mi contra.

— Gracias señora Lilia — dije caminando hacia la adentro del colegio.

— Señorita.— me detuvo con severidad —¿Y usted a donde cree que va? Apellido.

— Pero... Acaba de decir que nos lo iba a pasar por alto — dije a mi defensa.

— A ellos, que son serviciales, amables y no vienen al colegio en ese tipo de fachas. Mientras que usted no es para nada amable ni servicial, solo mírese. Apellido.

Voltee a ver a Thomas y todo el grupo en busca de ayuda, ninguno dijo nada. Ni siquiera James, que hacía unos pocos minutos había sido amable conmigo. Todos, absolutamente todos tenían una cara de seriedad, claro menos Emily quien tenía una sonrisa en su rostro disfrutando de mi mala suerte.

— Blue —   susurre de mala gana.

— Pueden retirarse y ¡Animo muchachos que el año acaba de empezar!  

¡Run Away!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora