Capitulo 3.

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Siete de la tarde, Victorio estaba parado en la puerta de su casa, apoyado contra la puerta. Estaba ansioso, hace más de un año que Peter no aparecía ni siquiera en una conversación telefónica en su vida, y ahora se presenta de repente en su casa, con una actitud sumamente rara.

Peter dejo una palmada en el hombro de el y entro a la casa, el morocho en seguida lo siguió.

Se sentaron uno frente al otro en la mesa del comedor. Victorio tenía preparado el mate, que comenzó a cebar al ver que su hermano estaba algo nervioso e incomodo.

- ¿Qué paso Peter? – pregunto después de un largo silencio.

- Buenos Aires es odioso y extrañaba la costa, extrañaba la paz de este lugar. – explico – Y necesitaba volver a ser yo y no ese pibe idiota que se fue hace más de un año Vico.

- ¿Qué queres decir? Vos te fuiste porque ya había pasado un tiempo desde que murieron mama y papa y la situación acá, no daba para más.

- No voy a vivir con vos, eso ya está decidido si es lo que te preocupa. Me compre un departamento a unas cuadras. – Vico suspiro – simplemente necesitaba algunas de las cosas que quedaron en mi cuarto.

- Sabes que es tu casa, y que podes venir cuando quieras.

- Vico lo que paso con Candela... - Victorio estiro su mano en señal de silencio.

- Lo que paso con ella, nuevamente te pido mil disculpas. No fue calentura, me enamore pero no funciono, asique no te preocupes que no la vas a volver a ver – conto, tratando de que su hermano vea un poco del dolor que él sentía, al renunciar a ella, nada mas por la culpa que le genero el rechazo de Peter.

- La vi hace unos meses en Buenos Aires – se acomodo en la silla y lo miro mejor – me conto lo que había pasado entre ustedes.

- Entonces sabes que la deje – desvió la mirada - ¿A que estas queriendo llegar con este tema Peter?

- Quiero saber por qué carajo después de lo que pasaron la dejaste. Es incomprensible Victorio, desde el punto de vista en que lo mires. – la mirada del morocho se clavo sobre su hermano.

- No daba más con la culpa Peter – grito – sos mi única familia hermano, no podía seguir con eso.

- Vos más que nadie sabes que nadie saber que lo mío con Candela no daba para más, que la había cagado una y mil veces, que la veía como la madre de mis hijos pero no como el amor de mi vida Vico – le recrimino. – Y si te enamoraste, y ella se enamoro, porque si algo me quedo claro en la charla con Candela es que se enamoro de vos, no entiendo porque la dejaste ir.

- Yo sé, yo se que Candela era tu forma de asegurarte un futuro tranquilo y no el amor que verdaderamente tenias que buscar a los veinticinco años Peter, eso no me pesaba en la conciencia. Lo que si me pesaba era el estar con la ex de mi hermano y que él me odie por ello. – lo miro un segundo a los ojos y desvió la mirada.

- Pensabas que alejándote de ella ibas a poder arreglar un poco lo que había pasado entre nosotros... - susurro Peter, entendiendo al fin algo de todo lo que estaba preguntando.

- Exacto. Sos mi hermano Peter, y juro que no quería joderte. – bajo la cabeza suspirando.

- Hace un año estaba tan enceguecido que dije cosas que no tendría que haber dicho y que en Buenos Aires, meses después, comprendí. Estabas enamorado y te tengo que pedir perdón, porque si no hubiera pasado lo que paso, quizás hoy estarías con ella. – Vico lo miro, examinando si lo que estaba escuchando era real o lo estaba soñando.

- ¿Eso significa que me perdonaste?

- Eso significa que sos mi hermano y no te quiero perder nunca más Pendejo. – ambos se pararon y se abrazaron con fuerza – Y de ahora en adelante jugate por todo lo que sentís, aunque ello incluya a Cande ¿está bien? – el otro morocho rio y asintió.

Desencuentro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora