CAPÍTULO 5

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Quinto Avistamiento:

ADRIAN:

Espero a que el señor y la señora Matte salgan de la habitación para poder entrar y verla por unos minutos. Las manos me sudan, parezco un niño idiota nervioso por ver a su chica, vamos que ya he pasado esa etapa desde hace mucho.

Mi cabeza quiere estallar, la fiesta de anoche estuvo en su punto. Una más a la que ella volvió a faltar, una más en la que me deja partir solo y darme pase a hacer lo que mejor me parezca. Siempre tiene que complicar las cosas, siempre es una nueva excusa o un imprevisto; toda esta situación me tiene cansado. Trato de entender lo que le ha sucedido, no es mi chica y tampoco lo seguirá siendo si sigue actuando de esta forma.

Están tardando más tiempo del necesario... vamos que no se separan de ella en ningún segundo. Tampoco ha sido la gran cosa, cualquiera sobrevive a un disparo. Siempre buscando la forma de llamar la atención de mami y papi Valeria.

La única atención que debes de llamar es la mía y la estas perdiendo día con día. Valeria Matte, dulce, linda e inocente; para cualquiera sería un placer el corromperte tan fácilmente. Eres un deleite, el cual no me permito ni me permitiré compartir con nadie más.

Después de media hora los señores Matte han salido de la habitación, espero que se encuentren lo suficientemente lejos para poder entrar en su habitación. Las luces están apagadas, solo se ve la luz que emite el monitor que refleja los latidos de su corazón y el ritmo de respiración; me adentro siendo cuidadoso de no hacer algún ruido que pueda llamar la atención de alguien.

—Se que no estas durmiendo Valeria —susurro sobre su oído.

—Siempre tan oportuno mi amor —enciende la luz de la habitación iluminando el lugar, analizo lo que hay alrededor de ella; en su mayoría son flores o cartas compradas en el super mercado de "Mejórate pronto". —Hay seis ramos de flores, doce cartas de super mercado, tres peluches y una caja de jugos naturales.

Me extiende la mano invitándome a tomar asiento junto a ella en la que ahora es su cama. 

—Buena chica —me quedo parado frente a ella ignorando su petición. 

Esta mas pálida y el ruido que hace el monitor me esta estresando, tengo ganas de aventarlo por la ventana. Mi paciencia se consume rápidamente. 

Su teléfono se ilumina ante la notificación de un mensaje entrante, me acerco a la pequeña repisa donde lo tiene y lo tomo, ingreso la clave de seguridad accediendo a su contenido. El mensaje se lo ha enviado un tal " Pablo :) " preguntándole como se encuentra, si ha comido y si el idiota de su novio se ha acercado a ella.

Observo el número con atención, tiene cierta familiaridad, pero las posibilidades de que hablemos de la misma persona son cien por ciento nulas.

Volteo a verla con la ceja alzada esperando a que pueda brindarme una respuesta, por su expresión se que no necesita que le diga quien ha enviado el mensaje, se muerde el labio nerviosa y entrelaza sus manos. Sigo esperando por una respuesta, evaluando su lenguaje corporal.

—Y-Yo puedo... explicarlo... —se retuerce en su lugar y endereza su postura.

Me mantengo en silencio, una vez que abra mi boca e inicie a hablar, las cosas no terminaran bien. Por favor Valeria que no sea lo que yo pienso.

—Promete por favor no enojarte, no es lo que parece. Lo juro. Te juro que así es.

—Adelante —es lo único que me atrevo a decir.

—Nos hemos encontrado un día en la plaza, yo estaba saliendo de la floristería y él del gimnasio. No ha sido algo que planeamos, solo se dio —toma aire y relame sus labios —hemos tomado un café y charlado un par de minutos.

Seduciendo a mi Vecino +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora