cuarenta y siete.

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Ese día del baile, Dylan no fue a la escuela; sino que le pidió a su madre que la acompañara a ir de compras.

No quería cualquier vestido, solo uno azul. Como el color favorito de Chris.

Jamás se habría imaginado que conseguir un vestido fuera tan difícil, pero luego de una hora, ya había encontrado algo que le iba perfecto. Solo esperaba poder caminar con ese, porque, bueno, una de las desventajas de ser Dylan, era que nunca había podido usar un vestido largo; ya que al parecer todos estaban hechos para chicas de 1,60; ella siempre acababa pisando las puntas de abajo y desgarrándolos.

Pero después de todo, ¿qué tan complicado podría ser conseguir unos zapatos altos, y aprender a caminar con ellos en 6 horas?

Si había sido capaz de hacer que todo su curso (bueno, casi) se ponga de acuerdo para ayudarla con Chris, todo podía ser posible. Excepto combinar pizza y piña, jamás entendería como había personas a las que les gustaba esa combinación.

Chris & DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora