Me he puesto a pensar en mi año en EEUU. Y es que es algo que hago mucho últimamente, a pesar de quedar 2 meses para irme. No pienso en lo que voy a vivir allí, ni lo que voy a conocer, ni en la gran experiencia que puede ser. Pienso en todo lo que va a cambiar mientras yo no voy a estar en España.
Me da por pensar en cómo de cambiada va a estar mi pequeña ciudad, mis amigos, mi casa y mi familia.
¿Seguirá todo como hasta ahora o va a ser completamente lo opuesto?
Algo que la gente no cree cuando me conocen, es que me den miedo los cambios. Ilógico, ¿no? Soy una chica que quiere viajar y vivir aventuras, ¿pero me dan miedo los cambios?
Sí, me dan muchísimo miedo los cambios que no puedo controlar. Esos que suceden mientras yo no estoy presente, esos que no me dan tiempo a acostumbrarme, esos que aparecen de un día para otro, esos que desestabilizan los cimientos sobre los que quiero construir mi vida.
Así que sí, los cambios que van a suceder en España a lo largo del 2016 me dan mucho miedo. Demasiado.
Así mismo, los cambios que voy a sufrir yo una vez esté en EEUU, no me asustan. Los espero y tengo ganas de sufrirlos, porque son unos cambios que van a ser buenos en mi vida y para los que voy más o menos preparada por las experiencias que otras au pairs cuentan en sus blogs. Sé que cada quien tiene cambios diferentes, pero a grandes rasgos, unos cuantos son todos iguales.
No soy una chica paciente, soy de las que se leen el final de un libro para no sufrir tensión a lo largo de sus páginas, y ya tengo ganas de haber vivido en EEUU y estar de vuelta en España.
Sería genial vivir en una película, cerrar los ojos y al abrirlos estar en un aeropuerto y simplemente leer las palabras "Un año después" y tener toda la experiencia y recuerdos sin haber extrañado, añorado y llorado todo lo que en un momento te aburrió.