Volviendo a vivir (Sevmione)

Curando mi dolor (Primera parte)

CURANDO MI DOLOR primera parte

Hermione Granger

La había cagado, lo sé, lo sé, mañana me echara de las aulas, no volverá a castigarme, nada, le exigirá a los Weasley darme asilo, a Harry que me lleve a su casa, joder, todo el día temiendo que me echara ahora si lo hará, yo no quería, él ha puesto esa fotografía ahí, no es mi culpa...

Me había dormido preocupada, ya que no había llegado nota alguna de mi despido como asistente decidí ir a clase de sexto con los Slytherin, llegué y el profesor no estaba, pero al ver ensayos en mi lugar empecé a corregirlos, entraron los alumnos y tras ellos el profesor Snape.

- Empiecen, las instrucciones están en la pizarra, tengan cuidado con los cuervos pulverizados de Graphorn, no quiero ningún accidente en la clase.

Se sentó ignorándome por completo y al cabo de una hora un Slytherin de cuarto año entro sin permiso al aula.

- Qué demonios se creé usted señor Bentley, no puede interrumpir en mi clase, largo de aquí, cumplirá su debido castigo mañana por la tarde.

- Profesor Snape, hoy había entrenamiento de Quidditch.

- Vaya Bentley usted se encuentra un poco confundido, observe con detenimiento, me parece que esto es clase de pociones, el campo se encuentra fuera del castillo imbécil.

. No señor, no me entiende, la señorita Lowell nuestra cazadora fue derribada por una bloodger, está en enfermería.

- Y ¿por qué no me lo dijo desde el inicio, siempre haciéndose en importante Bentley, quítese de mi camino, señorita Granger encárguese de la clase, conoce el procedimiento, – me había dejado a mi cargo, de una clase de pociones avanzadas, se había ido a paso rápido y yo sólo observaba que todo estuviera en orden.

No había pasado ni cinco minutos cuando todo se fue al retrete, alce la vista y vi a Troya arder....

Severus Snape

No veía daño alguno en la cazadora Lowell, según ella Poppy la había atendido a tiempo, no quise decir nada por temor a que mis años como espía hubieran terminado por volverme paranoico, pero había algo que no me convencía del todo, además ante todo eran de mi casa, hubiera sido realmente tonto y arriesgado que me mintieran. Llegue a las mazmorras, entre el aula y vi dos mesas quemadas, los calderos volteados y mis alumnos de mi casa sentados cerca del escritorio.

- ¿Qué pasó aquí? Y ¿Dónde se encuentra la señorita Granger? – al principio nadie me respondía, pero se levantó el señor Vilamur.

- Pues pasó que la señorita Granger no pudo controlar un incidente que hubo en mi caldero señor, y se extendió en la mesa siguiente, ella ni siquiera hizo nada y se fue.

- ¿Donde esta ella?

- En su despacho señor.

- Nadie va a mover su trasero de esta aula, ahora regreso.

Entré y ahí estaba ella, caminando de un lado a otro, con una mano en la cintura y otra en la frente, se había quitado la capa, llevaba su corbata en el cuello también se la había quitado, se había desfajado la camisa, dándole un toque rebelde, cosa que parecía ir de acuerdo con lo que es ella, era realmente bella. Se paró y me miro y bufó, esperando que entrara cualquier otra persona, menos yo.

- ¿Y bien? – había esperado a que ella me hubiera dicho algo pero sólo se había quedado callada. Al preguntarle no respondió nada, estaba dándome la espalda y podía ver su temblor, rompió el silencio por fin.