(Sugerencia escuchar música de fondo.)
—¿Hace cuánto tiempo que se fue? —se dijo así mismo Reiji.
Hace nueve años aproximadamente, que el primer amor, y mejor amigo de Reiji se había ido. No completamente, pues había caído en un terrible coma tras haberse intentado suicidar. Gracias a Reiji fue que logró salvarse, pero desde ese terrible día Aine, no volvió a abrir los ojos.
—¿Será verdad que alguien puede despertar con el verdadero beso de amor? Lo dudo, eso solo existe en los cuentos de hadas, y hay que ser realista, ni Aine es una princesa y mucho menos yo un príncipe. —se decía mientras recogía sus cosas, pues tenía planeado visitar a su amigo al hospital, como solía hacerlo casi todos los días.— Si todo fuera como en aquel cuento que tanto te gustaba cuando éramos jóvenes, se llamaba... ¿La bella durmiente? Si, era el que siempre me pedías que te leyera ¿no es así? Bien, lo haré una vez más, sé que te gustará que lo haga...
El castaño caminó hasta su habitación, donde buscó en un cofre de recuerdos que tenía, y ahí estaba el tan amado cuento, ese que estuvo a punto de aprendérselo de memoria, pues su querido compañero de juventud amaba que se lo narrara, y así lo haría.
Cuando tuvo todo listo, salió de su habitación, y se encaminó hasta la salida, donde tomaría su auto, pero alguien lo detuvo. Sí, aquella persona que al verla por primera vez pensó que había regresado, para decirle que nunca más se iría. Pero no. Había sido sólo un inútil experimento por parte de uno de los doctores que atendían a Aine. Por lo menos él lo había visto así.
—¡Ai-Ai! ¿Qué haces por aquí? —preguntó fingiendo "entusiasmo" pues había cometido un error terrible, del cual se arrepentía cada noche. Era que había empezado a salir con Ai, con la leve esperanza de olvidarse de Aine, pero lo único que hacía era lastimarse así mismo y a su compañero.
—¿Vas a verlo cierto? —Ai ya estaba al tanto de que Reiji solo lo había utilizado como un reemplazo, pero aún así permanecía a su lado para apoyarlo, e intentar animar a Reiji en días difíciles.
—Si... —fue su única respuesta, la cual dijo cabizbajo, le dolía todo lo que estaba pasando, y más el saber que estaba jugando con Ai. Pero por más que le había insistido en que lo dejara, que buscara a alguien más, este lo rechazaba, y decía que estaría a su lado sin importar que.
—Esta bien, cuando regreses quiero saber como está ¿Okay? —después de eso se dio la media vuelta y se fue, dejando a Reiji bastante impactado por eso, pues Ai nunca había querido saber nada de Aine.
Decidió no darle mucha importancia y mejor concentrarse en lo que iba a hacer, así que fue hasta el estacionamiento, donde estaba su coche. Subió a él y condujo hasta aquel grande hospital.
Una vez que estuvo allí, pasó a la recepción diciéndole a la chica que iría a visitar a Kisaragi Aine, entonces ella tomó algunos datos y le dio el número de habitación, pero él ya se lo sabía de memoria, ya solo hacía todo el registro por órdenes del hospital y demás.
Con pasos lentos subió hasta el tercer piso. Odiaba pasar por todos esos pasillos, siempre oía voces llorando, unas de alegría por el nacimiento de un nuevo ser, y otras por la partida de otro. Era una tortura. Sentía que cada uno de esos llantos le reclamaban, diciéndole que por su culpa Aine ahora estaba ahí, que si tan solo ese día no hubiera preferido salir con otros amigos, Aine todavía seguiría con él.
Así fue hasta que llegó al cuarto. Lo abrió con cuidado, y una sonrisa se le dibujó en su rostro, pues aquel chico estaba ahí, durmiendo tranquilamente, como si fuese un niño pequeño.
—Ya vine, Aine-chan. —se acercó hasta él, para luego darle un pequeño beso en su mejilla, aquella blanca mejilla pero que estaba completamente helada, pareciendo estar sin vida, aunque no era así.— Te traigo una sorpresa, como sé que amas los cuentos de hadas, te traje tu favorito. La bella durmiente. ¿Lo recuerdas no? Soñabas con que algún día encontrarías el verdadero amor, así como lo hizo Aurora y Felipe... Supongo que tú serías Felipe, y buscarías a tu Aurora... Pero, ¿sabes? Yo también quería algo así, pero contigo, tenía planeado ahorrar dinero suficiente para comprar una casa en el campo, y llevarte, ahí viviríamos felices por siempre... Pero bueno, ese era solo mi sueño, mejor te dejo de atormentar con mis cosas y empiezo con la historia, que a eso vine. —sacó aquel viejo libro, jaló una de las sillas y se sentó a su lado.— Empecemos... —tomó aire y se relajó.— Hace muchos años, en un antiguo reino, una pequeña bebé nació...
Cuando Reiji empezó a narrar, algo en la mente de Aine comenzó a surgir.
—Reiji... Pero si yo siempre que narrabas esa historia me la imaginaba, pero tú eras mi príncipe... —aquel pensamiento surgió en la mente de Aine, pues sí, el chico podía escuchar todo lo que su amigo le decía, y el día en que Reiji le dijo que lo amaba pudo sentirse feliz, y se arrepintió de haberse intentado quitarse la vida.
Entonces, cuando el chico comenzó a narrarle la historia, la mente de Aine fue imaginado todo, solo que esta vez ellos eran los protagonistas, bueno, así era como le hubiera gustado que fuera.
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¡Bien! Aquí el primer capítulo :'D como se irán dando cuenta, no empezó como en la película, pues quería darle algo de drama :'v ya saben cómo soy xD. Ya en los siguientes capítulos empezara la historia, pero como ven, Reiji será como el "narrador" mientras que Aine va imaginado todo. Supongo que la historia será en dos capítulos, pero si veo que se alarga mucho lo haré en tres, más el final. Les advierto, compren pañuelos y mucho helado de chocolate o Nutella ;-;
¡Espero disfruten! ¡Hasta la próxima!
Misuteri Poe.
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El Chico Durmiente (adaptación) (concurso)
FanfictionUn coma profundo... Un sueño profundo... ¿Es acaso lo mismo? Si. ¿Aquel amor de juventud, podrá salir más allá de la realidad y convertirse en un bello cuento de hadas? Puede que sea solo un sueño, o un anhelo, pero la finalidad de ambos chicos es...