- Estás fatal – me dijo levantándose indignado y comenzando a andar.
- ¿A dónde vas?
- A mi casa
- ¿En serio? Ha sido una pequeña broma.
Se paró en seco pero no se giró, suspiró moviendo sus hombros y seguidamente se giró y empezó a andar hacia mí, yo seguía en el suelo con un pequeño puchero en mis labios. Se paró delante de mí y seguidamente se puso de cuclillas con sus manos en mis rodillas para no caerse y mirándome a los ojos para yo que se pero fuera lo que fuera funcionó.
- ¿Necesitas ayuda?
Yo simplemente asentí con la cabeza y me ayudó a ponerme de pie. Empezamos a andar abrazados para que no me volviese a caer.
- Gracias
- ¿Por qué?
- Por seguir aquí después de todo y que me sigas ayudando
- Tranqui
Como me iba a responder algo diferente, me reí para mí y hundí mi cabeza en su pecho. Llegamos a las escaleras que conducían a su casa.
- Siéntate que voy a sacar las llaves – me dijo, y me ayudó a hacerlo.
Ya me encontraba un poco mejor. Se metió las manos en los bolsillos buscando las llaves, mientras yo miraba al suelo sujetándome la cabeza con las manos.
- Oh oh...
- ¿Qué pasa? – pregunté levantando levemente la cabeza.
Estaba moviendo las manos muy deprisa buscando en todos los bolsillos de su pantalón y su camisa un par de veces cada dos segundos.
- No tengo las llaves, ni el móvil, ni nada. Con las prisas no he sacado nada.
En ese momento meto mis manos en los bolsillos y me rio.
- Yo tampoco
Me giro 180º y miro la casa.
- La ventana de la cocina está abierta.
- ¿y?
- Que podemos entrar por ella
- ¿Estás loca? Hay como dos metros y medio de altura
- Pues nos subimos al murito y desde ahí nos agarramos en el poyete y escalamos – le digo señalando con la mano por donde teníamos que subir.
- O sea que no eres capaz de levantarte del suelo pero si de escalar ¿no? – dijo con una sonrisa de burla en la cara.
- ¡Claro!
- Ya...
- Bueno por lo menos tenemos que intentarlo, no nos vamos a quedar aquí toda la noche a dormir.
Suspiró y se dirigió al murito.
- Espérame
- No, quédate ahí. Voy a comprobar si es seguro.
No le hice caso y empecé a levantarme con las manos en el escalón que estaba sentada. Cuando lo conseguí me fui acercando a él despacio para no caerme y agarrando todo lo que encontraba a mi paso.
- ¿No te había dicho que te quedaras allí?
- Sí, pero quiero ayudarte a subir
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Pelirrojas decisiones (Pausada)
Roman pour Adolescents¿Cuantas cosas pueden pasar después de volver de un largo viaje? ¿Y si no estas preparada? ¿Que ocurriría si te pones a pensar todo esto en el peor sitio posible? Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Obra registrada en Safe Cre...