Capítulo 9

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- Estás fatal – me dijo levantándose indignado y comenzando a andar.

- ¿A dónde vas?

- A mi casa

- ¿En serio? Ha sido una pequeña broma.

Se paró en seco pero no se giró, suspiró moviendo sus hombros y seguidamente se giró y empezó a andar hacia mí, yo seguía en el suelo con un pequeño puchero en mis labios. Se paró delante de mí y seguidamente se puso de cuclillas con sus manos en mis rodillas para no caerse y mirándome a los ojos para yo que se pero fuera lo que fuera funcionó.

- ¿Necesitas ayuda?

Yo simplemente asentí con la cabeza y me ayudó a ponerme de pie. Empezamos a andar abrazados para que no me volviese a caer.

- Gracias

- ¿Por qué?

- Por seguir aquí después de todo y que me sigas ayudando

- Tranqui

Como me iba a responder algo diferente, me reí para mí y hundí mi cabeza en su pecho. Llegamos a las escaleras que conducían a su casa.

- Siéntate que voy a sacar las llaves – me dijo, y me ayudó a hacerlo.

Ya me encontraba un poco mejor. Se metió las manos en los bolsillos buscando las llaves, mientras yo miraba al suelo sujetándome la cabeza con las manos.

- Oh oh...

- ¿Qué pasa? – pregunté levantando levemente la cabeza.

Estaba moviendo las manos muy deprisa buscando en todos los bolsillos de su pantalón y su camisa un par de veces cada dos segundos.

- No tengo las llaves, ni el móvil, ni nada. Con las prisas no he sacado nada.

En ese momento meto mis manos en los bolsillos y me rio.

- Yo tampoco

Me giro 180º y miro la casa.

- La ventana de la cocina está abierta.

- ¿y?

- Que podemos entrar por ella

- ¿Estás loca? Hay como dos metros y medio de altura

- Pues nos subimos al murito y desde ahí nos agarramos en el poyete y escalamos – le digo señalando con la mano por donde teníamos que subir.

- O sea que no eres capaz de levantarte del suelo pero si de escalar ¿no? – dijo con una sonrisa de burla en la cara.

- ¡Claro!

- Ya...

- Bueno por lo menos tenemos que intentarlo, no nos vamos a quedar aquí toda la noche a dormir.

Suspiró y se dirigió al murito.

- Espérame

- No, quédate ahí. Voy a comprobar si es seguro.

No le hice caso y empecé a levantarme con las manos en el escalón que estaba sentada. Cuando lo conseguí me fui acercando a él despacio para no caerme y agarrando todo lo que encontraba a mi paso.

- ¿No te había dicho que te quedaras allí?

- Sí, pero quiero ayudarte a subir

Pelirrojas decisiones (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora