Halo: La historia de un Spartan.

4. Gran desgracia.

En este día se nos presenta la mayor dificultad: han echado a todos los recién reclutados menos a mí y los soldados que nos acompañaban junto con los ODST y los élites menos el inquisidor han abandonado esta misión. Para rematarlo los nobles se han ido. Sólo quedamos el jefe, el inquisidor y yo más los refuerzos temporales. No es mucho, peeeero... bueno, al grano, o nos ocurre un milagro o morimos o nos retiramos. Tentador.
-Tenemos que continuar-dijo el jefe.
-John, sé que era tu gran misión, salvar otr vez el universo, pero ya lo has hecho otras veces y esta es imposible.-dijo la teniente Sarah Palmer.
-Estoy de acuerso.-dijo el inquisidor.
Sarah Palmer es una teniente de pelo rojizo y armadura color plata. Suele ir equipada con un rifle de asalto y una pistola. El rifle de asalto es una especie de metralleta ligera e irónicamente grande, medio metro de longitud, (para los que no sepáis qué es) dispara bien y hace daño.
-Pero, inquisidor, ¿no te acuerdas de cuando salvamos al mundo de los flood? Estábamos en peores condiciones que ahora, éramos dos, pero ahora contamos con O'conell y con nuestra habilidad.
-Jefe, tienen ellos razón, es muy arriesgado.-dije.
-Entonces, el universo explotará porque no quisimos salvarlo.
Ese comentario me conmocionó, así que dije:
-Es verdad, hay que intentarlo, y si morimos, no moriremos por una explosión, moriremos por intentar salvar el mundo. Si va el jefe a salvar el universo, no estará solo.
-Entonces me apunto.-dijo el inquisidor.
-Y yo.-dijo Sarah.
Esto es lo que ha quedado del ejército que intentaría salvar el universo. Pero confío en ellos y ellos en mí. Sabemos que es un suicidio, pero lo salvaremos el universo, lo sé. Y no moriremos, porque somos un equipo, y tenemos una gran estrategia.