VIII.

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Leah había enviado aquel mensaje con la esperanza de que todo volviese a ser como antes. Se sentía completamente ridícula por extrañar a una persona que ni siquiera podría decirse era su amigo, pero una sentimiento sobre él había florecido levemente en su pecho. Ella era una chica que obedecía hasta el más mínimo de sus instintos, era una chica frágil y confiada, tanto que a veces esas características podían tomarse como algo negativo en ella.

El sentirse patética también pasó por su atormentada mente; pensaba que estar insistiendo a un chico que apenas conocía era algo que jamás se hubiese imaginado hacer, pero el mensaje estaba enviado y con él sus esperanzas de volver a leer al alegre Sebastián Villalobos.

Trataba de ser paciente, darle su tiempo. Tal vez él estaba ocupado, tal vez debía estudiar o trabajar, tal vez estaba con sus amigos o tal vez no quería contestarle porque todo lo bueno de su pequeña amistad había cambiado. No se atrevía ni siquiera a cliquear el verde ícono de la aplicación.

Su mente se hallaba atiborrada de tan diversos pensamientos que su cuerpo comenzaba a sentirse entumecido, extraño. La espera se extendió demasiado y ella decidió rendirse ante los deseos de dormir que fueron surgiendo a través del día.

(...)

La constante vibración de su móvil la hizo despertar sobresaltada. Su corazón latió con más fuerza contra su pecho y sintió que este mismo iba a salirse de su cuerpo. Sentía nervios, emoción, era algo indescriptible pero no desfavorable.

Cliqueó rápidamente sobre su pantalla, observó el nombre de Sebastián en una de las conversaciones y que ésta tenía un mensaje. No le importó que Mike se enojase por verla en línea y no contestar los muchos mensajes que le había enviado; había cosas más importantes que resolver.

Al abrir la conversación, su gran sonrisa de esfumó. Ella esperaba ver un gran testamento, donde él se disculpase de forma cliché y todo volviera a la normalidad, pero aquello definitivamente no pasó.


Sebastián;): Absolutamente nada, nunca hubo algo "especial" entre nosotros. Ni siquiera quiero hablarte, lo hago porque estoy obligado 22:13



Tecleó rápidamente, la furia obraba por ella.


Yo: Por un momento creí que tu simpatía era real. Veo que no hay nada especial entre ambos y tampoco lo habrá. 22:14 ✔✔

Sebastián;): Uh, disculpa si te ilusioné. Como sea, eres parte de mi apuesta, solo por eso hablo contigo. No tienes nada de especial, además de ser insoportable y amargada :* 22:16


Cerró sus ojos por la creciente rabia y tomó una determinación.


Yo: Bien. 22:16


Salió de aquella conversación y se dispuso a cambiar su estado:

"¡Hoy se bebe y se baila hasta el amanecer! :* :D"


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