La cabeza de Leah dolía hasta con un minúsculo sonido e incluso con cualquier movimiento. Había bebido demasiado la noche anterior, no solía hacerlo pero estaba realmente enojada, dolida, decepcionada.
En sus memorias no había mucho, solo recordaba haber besado a un par de chicos y hasta tal vez se había quedado un rato más con uno de ellos. No recordaba ni siquiera el nombre del club, solo sabía que sus dos primas la habían llevado allí.
No planeaba contarle nada a Mike, él ya la había engañado antes así que se la debía.
Se levantó de la cama cuidadosamente y se encaminó hacia la cocina, tomó un vaso y lo llenó de agua. Buscó entre los cajones alguna pastilla para el dolor de cabeza y cuando la halló, se la tomó junto con el agua. Odiaba tener resaca, no soportaba esa sequedad ni ese gusto amargo que su boca mantenía, pero había valido la pena porque logró olvidar todo al menos por una noche.
Luego de un rato, Leah se duchó con agua fría, era lo que mejor le funcionaba para un día como este.
Al salir de la ducha, revisó sus mensajes, y al leer el nombre de aquel chico, su corazón aceleró.
Sebastián;): En línea.
Sebastián;): Leah, ¿Qué tal si volvemos a lo de antes? Tú me entiendes, a las bromas y todo eso, sin rencores, ¿Qué dices? u_u 11:03
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WhatsApp → Sebastian Villalobos.
أدب الهواةEl y su amigo tenían una tradición. Una tradición que resultó toda una interesante travesía. Cada año, Sebastián Villalobos y Mario Ruiz ponían un número telefónico al azar y lo agregaban a la conocida red social de WhatsApp; una herramienta útil p...