Capítulo 28

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Desperté un poco mareada y desorientada, al abrir los ojos no sabía dónde estaba pero al recuperar bien la conciencia recordé donde estaba y que había hecho, sonreí con satisfacción al ver a Ash durmiendo a mi lado, tome mi teléfono y eran las 02:21 de la madrugada asi que tenia tiempo de sobra para volver con los demás y por lo que escuchaba la fiesta estaba aún más encendida que cuando llegamos. Tenía cinco llamadas perdidas de las chicas: Rose y Alice, lo primero que pedirían al verme seria una explicacion de porque estuve tantas horas desaparecida.

No quise despertar a Ash así que lentamente me levanté y busqué mi ropa la cual estaba repartida por todo el lugar, me vestí rápidamente procurando no hacer ruido para despertarlo y le di una última mirada antes de salir y cerrar la puerta. Recordé que había cerrado la entrada principal con llave así que tuve que buscar otra forma de salir, encontré una ventana abierta y por suerte mi delgado cuerpo alcanzaba por ese reducido espacio. Finalmente salí, y sentí una sed tremenda, necesitaba beber algo para mojar mi garganta y también comer, gaste mucha energía con Ash y la droga no servía de mucho, ya que aparte de relajar el cuerpo produce mucha hambre y sed, de ahí mis ganas de comer y beber. Avance con paso tranquilo al gimnasio nuevamente bajo la mirada de varios chicos que me habían visto con el moreno, sonreían con picardía, imaginando lo que había pasado, yo me limitaba a sonreírles de vuelta y guiñarles un ojo. Seguí caminando hasta llegar a la entrada, donde vi a varios chicos de mi escuela fumando y tomando tragos, venía con más ánimo del que había llegado obviamente porque la noche comenzó muy bien.

-Tu nos debes una explicación señorita... - Pude imaginar la postura de Rose a mi espalda, parada de brazos cruzados, con la cadera quebrada. Sonreí divertida.

-No creo que la necesiten... ¿o si? – me voltee mostrando una gran sonrisa, al igual que ellas.

-Vamos, tienes que contárnoslo todo. ¿Verdad, Rose?

-Por supuesto, queremos todos los detalles, y no te hagas la tonta. Esta vez no nos esquivarás.

-Bueno, vamos a las gradas. – caminamos hasta allá, donde nos encontramos con Anne y se unió a nosotras.

-No adivinas con quien desapareció Nicky esta noche... - dijo Alice para poner al tanto a Anne, ella no respondió esperando que le dijéramos y como si lo hubiéramos invocado, Ash apareció por la entrada del gimnasio y Rose lo apuntó con su cabeza. Anne abrió los ojos de par en par y tapo su boca, sorprendida.

-Así es... Ashley Tex. – respondí orgullosa de mi logro, uno más a la lista.

-¿Pe...pero cómo? ¿Cuándo? ¿En qué momento? Tienes que contárnoslo todo Nicole Williams. Todo. – recalcó su última palabra, no se porque les impresionaba tanto, solo era un chico como cualquier otro. No las entendía.

-Tranquilas, primero... ¿Por qué les sorprende tanto?

-Es que Ash... es gay. – dijo Rose en seco, con una seriedad que nunca había visto en ella, miré a las chicas y ellas también lo estaban, yo quedé paralizada. Y de pronto comenzaron a reírse en mi cara. – Es broma... hubieras visto tu cara, Nicole. – ahora mis amigas se burlaban de mí, fue un buena broma tuve que admitirlo, comencé a reírme yo también.

-No bromeen con eso, ya me habían asustado... Aunque, dudo mucho que sea gay, lo hace como los dioses. Es sin duda el mejor sexo que he tenido.

Las chicas pedían más y más detalles de lo ocurrido, como no decirles si eran mis amigas. Al terminar de contar mi experiencia con Ash, la pequeña Rose nos contó que ella lo había hecho con Andrew, también del Instituto pero él no pertenecía al equipo como Ash, vimos a ambos chicos hablando en grupo con sus amigos, Ashley seguramente les estaría contando lo que paso ya que miraban mucho en nuestra dirección, aproveché y le tire un sensual beso a Ash quien me correspondió de la misma manera. Creo que empezábamos a ser buenos amigos, y eso me gustaba. Andrew tampoco estaba mal, era muy guapo, sus ojos eran azules y su cabello negro, hacían un buen contraste, Rose tenía muy buen gusto.

Mientras ellas seguían charlando sobre chicos y riendo, encendí un cigarro y comencé a fumar tratando de buscar a Bill entre la muchedumbre. Bingo, lo encontré en una de las esquinas, solo, en una mano sostenía un vaso con algún tipo de alcohol seguramente y en la otra un cigarro, se sintió observado y comenzó a mirar en todas direcciones hasta que se encontró con mis ojos, estaba ebrio lo pude ver en su mirada. Nuevamente esas ganas de ir con él me invadieron pero me pude contener, hoy no quería arruinar la noche peleando con él sobre lo que pasó con Tom, pero sí lo haría mañana, iría a su casa solo a eso y también a averiguar que le había pasado, no era normal en él llegar o andar solo en una fiesta por ahí, siempre tenía la compañía de Christine, no se despegaban, tendría que haber pasado algo muy fuerte para que viniera solo. No dejamos de mirarnos hasta que sus labios formaron un perfecto 'Te Amo', entonces interrumpieron nuestro momento.

-¡Silencio todo el mundo! – La voz de Ash retumbó por todo el recinto llamando la atención de todos, se había adueñado del micrófono – Quiero llamar a Tom, ¿Dónde estás, bro?... ¡He! Deja respirar a esa chica por dios, hombre... - todos reímos y Tom encogió los hombros al separarse de ella con su sonrisa tan característica. Lentamente se abrió paso entre la gente y llegó al escenario. – Quiero... felicitarte, a todos ustedes los de Stift Neuzelle, - ese era el nombre de nuestra escuela – todos hicieron un buen trabajo hoy. Lograron ganarnos, eso no es fácil, y también quiero agradecerte porque gracias a ese triunfo estamos aquí, y porqué no decirlo, gracias a ti mi noche y la de alguien más comenzó de la mejor manera. – Me ruboricé cuando sentí su mirada sobre mí al decir esa frase. No era necesario decirlo, Ash.

-Pues, gracias... me imagino el comienzo de noche que habrán tenido... - dijo Tom – Bueno, todos esperamos eso al fin y al cabo, o eso creo. – no entendía cuál era el puto gusto de sonreír y mover su piercing con la lengua, supongo que sabía lo que nos provocaba a todas – ¿Que esperan? ... ¡Que siga la fiesta!

Oh, mi cabeza. Desperté medio atravesada en mi cama, no recuerdo bien a la hora que había llegado. Los ojos me ardían debido a los rayos de sol que entraban por la ventana, poco a poco los abrí y asimile que no estaba en casa, ni en casa de los gemelos, no sabía dónde estaba y empecé a asustarme, estaba sola en la habitación sobre un colchón en el piso, había dos colchones más repartidos ahí pero nadie los ocupaba, me asegure de tener toda mi ropa interior en su lugar y así era, ni siquiera me había quitado los pantalones ni la polera, por lo menos ya sabía que no me había acostado con alguien más.

Me levanté a mirar por la ventana y me encontré con la sorpresa de que estaba en un edificio, fácilmente me podía encontrar en el piso veinte porque podía ver toda la ciudad con claridad, ¿Dónde te has venido a meter Nicole? Escuché voces fuera de la habitación y me alerté, los pasos se oían cada vez más cerca de la puerta hasta que por ella apareció un hombre mayor de cuarenta años, nunca en mi vida lo había visto por lo que obviamente, me asusté.

-Hey tranquila... - me dijo con calma, seguramente por mi expresión de miedo – Hija, tu amiga ha despertado. – y enseguida se escuchó a alguien corriendo hacia nosotros.

-Al fin Nicky, te estábamos esperando. – dijo Rose entrando en el cuarto, se había duchado y cambiado de ropa – esperanos afuera papá. – y el hombre cerró la puerta.

-¿Por qué no me despertaste? Me ha dado un infarto cuando desperté y no estaba en casa.

-Lo siento – rió – Ese hombre, es mi padre, disculpalo pero él siempre ha sido preocupado con las visitas. Vamos, te iremos a dejar a casa.

Recordé lo que Bill me había contado sobre la madre de Rose, nunca había hablado con ella respecto a ese tema, no quería que se apenara por recordar a su madre aunque lo más probable es que ya lo hubiera superado al igual que yo con papá. Y hablando de Bill, tengo que llegar a hablar con él.


Pain.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora