Ocean [EDITADO]

"Princesa"

Capítulo 2

La pequeña Mia se encontraba en un profundo sueño, mientras que Eleny, la bruja del mar creaba un hechizo para llevar a cabo su plan.

-Esto tomará bastante de energía mágica, pero valdrá la pena-dijo para sí misma mientras buscaba en su libro de hechizos, en alguna de esas páginas debe estar escrito algo que la ayudará a reunir la mayor cantidad de energía posible.

-Lo tengo-dijo satisfecha y leyó el hechizo que estaba escrito en el antiguo libro, todo su energía se concentró en recitar correctamente las palabras ya que un solo error podría ser fatal.

Sintió como el hechizo fue lanzado hacia arriba y se esparció por todo el océano, llegando a cada uno de sus habitantes, claro que ella era inmune.
De repente sintió su cuerpo pesado y su aleta dejó de funcionar, cayó al suelo cansada, eso significaba que el hechizo había funcionado, Mia ya no era conocida como la princesa, ella había sido borrada de la memoria de todos. Claro estaba que un hechizo de tanto alcance sería muy complejo de lograr, Eleny tuvo que gastar toda la energía mágica que tenía, aunque poco a poco se iría restaurando eso tardaría un par de años. Sin embargo, el paso 1 de su venganza estaba completo.

5 años después

Mia nadaba de un lado a otro, no podía encontrar nada en su desordenada habitación, juraba que había dejado aquel libro sobre el escritorio de piedra, pero ahora se había esfumado.

-¿Buscas esto?-su madre apareció en la entrada de la habitación, tenía una sonrisa graciosa.

-Lo siento, tengo mucha curiosidad acerca de ese libro-dijo un poco apenada.

-Lo sé—suspiro su madre mientras nadaba hacía ella. Eleny, su madre, era la "tenebrosa" bruja del mar, lo cual era un secreto entre ella y su hija.
Aunque los recuerdos de los primeros años de vida de Mia no estaban muy claros, sabía que Eleny era su madre, a pesar de que fue acusada de traicionar a la familia real y fingir su muerte.

Mia conocía a su madre y aseguraba de que ella no era tan mala en realidad, vivian en una pequeña casa como todos los habitantes de Oceanía, mañana sería el cumpleaños de Mia y su madre prometió darle el libro de hechizos por la ocasión pero no pudo resistir la tentación.

Aunque había aprendido magia desde los 10 años gracias a ella, sabía que no era solo cuestión de aquello. "La magia es algo con lo que se nace". Era lo que siempre le decía Eleny, y ella estaba totalmente de acuerdo.

Después de hablar acerca del libro, a pedido de su madre salió a recolectar algunas perlas y corales.

La ciudad era ruidosa como siempre, sirenas y tritones nadando de aquí y allá acompañados por peces, pulpos, caballitos de mar y otras mascotas. Mia odiaba el ruido, preferia la parte silenciosa de Oceanía, un arrecife acuático, muchos decían que estaba embrujado o habitado por tiburones, pero había ido tantas veces a ese pacifico lugar que le era imposible creer que algo malo pasaría allí. Aquel lugar era como su refugio, la corriente de agua que pasaba por allí era calmada y tibia, solo se escuchaba el sonido de su aleta contra la corriente, con solo recordarlo su mente era paz y tranquilidad. Antes de salir tomo una bolsa y metió el libro, aprovecharía el silencio del arrecife para leerlo mejor y aprender más hechizos.

De camino al lugar visualizó el  carruaje de la princesa, adornado con perlas blancas, caballitos de mar rosados y bien cuidados. El aspecto de la princesa era muy elegante: su pelo rosa y negro recogido en un moño, su cola/aleta rosa muy brillante y llevaba un top fucsia de última moda. Era la princesa más rosa que existía en todo el mar.

Todas las sirenas se acercaron a ella, gritaban de emoción y trataban de alcanzar el carruaje nadando.

-Los adoro-dijo la princesita saludando y mandando besos a todos, parecía sacada de un cuento de hadas.

Mia no toleraba a aquella chica. "Que presumida princesita, veamos Si le gustarán las algas venenosas" pensó y susurro un hechizo, la tentación de crear caos era increíblemente grande, una sonrisa perversa se formó en su rostro. En un abrir y cerrar de ojos, la princesa ya estaba cubierta de alga venenosa, salió lo más pronto que pudo del lugar dejando a sus súbditos desconcertados y confundidos, aunque se llamaban "algas venenosas" solo daban picazón, una pena que no exista otro tipo de alga con alguna toxina poderosa. El caos duró poco, luego de aquello Mia se dirigió hacia el arrecife para cumplir la tarea que se le había encomendado.

Por otro lado, la princesa Jane se encontraba desconsertada por lo que le acababa de ocurrir. Le pareció algo sumamente extraño puesto que no habia ningunas algas sueltas en el lugar. Varias sirenas y tritones del lugar se preocuparon por "lo que le ocurría a la princesa " , pero Jane pudo visualizar a una chica a lo lejos, tenía el pelo de diversos tonos de azul, entre ellos era fácil de identificar el celeste, el turquesa y un azul profundo, su cola era de un tono azul misterioso y usaba un top simple que combinaba con su cola, pudo sentir como sus ojos celestes la miraban con desprecio. Para Jane era algo inusual ver aquello, puesto que todos en el reino la querían.
Aunque la sirena le había parecido algo familiar.

Al llegar al palacio se escondió en un rincón y se quitó esas molestas algas con magia si no lo hacia rapido le daria una terrible comezón, nunca dejo de pensar en cómo obtuvo magia, pero desde pequeña decidió escondérselo a sus padres. No quería que pensaran que su hija era una bruja, así que con el paso de los años practicó para mejorarla y hacerla poderosa, practicaba con un libro antiguo que encontró el lo más profundo de la biblioteca y aunque este solo tenia hechizos básicos la ayudó a controlar su poder. Esto le costaba horas de encierro en su habitación pero definitivamente valieron la pena.

Una voz la saco de sus profundos pensamientos.
-La cena esta lista, se requiere su presencia inmediata su alteza-dijo una de las sirvientas que trabaja en el palacio, estaba en la entrada de su habitación, Jane le dio las gracias y ella se fue nadando después de dar una respetuosa reverencia. Vaya que Arista era una sirena seria y centrada en servir apropiadamente, era algo muy admirable.
Jane nadó rápidamente por los pasillos del palacio, tenía demasiada hambre, al llegar al gran comedor se sentó en frente de su madre y al lado su padre.
-Hola princesita ¿como te fue hoy?-dijo amablemente su padre mientras los ayudantes de la cocina pasaban los diversos platos a la mesa.
-Bien-dijo cortante, omitiendo lo que pasó con las algas, no quería que sus padres pensasen que alguien quería hacerle daño y luego armar un escándalo.
Comió rápidamente y decidió dar un paseo para aclarar su mente.

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[EDITADO]