Me gire sobresaltada, la voz provenía de un chico realmente guapo, vamos lo que se dice un buenorro, que me miraba divertido mientras yo seguía con mi móvil apuntando con la cámara a la moto. Con rapidez quite la cámara y guarde mi móvil en el bolsillo de mi pantalón.
-No, es solo que estas aparcado en un paso de cebra y tenía pensado denunciarte- Dije yo con un tono de superioridad en mi voz.
- Te han dicho alguna vez que eres un sol, preciosa.- Dijo divertido mientras se reía.-Dime preciosa, ¿cuál es tu nombre?.
- Me llamo como tu puta madre, gilipollas.- Dije mientras me alejaba de él y entraba en el patio de la casa de Carol. Menudo imbécil, si se piensa que se lo voy a decir, está muy equivocado.
-Tienes un nombre precioso, al igual que tú , que lastima que tu actitud de tonta lo arruine.- Dijo el mientras se reía a carcajadas.
Yo, como soy una dama no debería hacer lo que estoy apunto de hacer, pero me la suda, me doy la vuelta y le sacó mi dedo favorito, el del medio. Toma, chupete esa.
Seguí andando mientras escuchaba como su risa aumentaba, cuando llegó a la puerta toco el timbre y mientras espero, me giro y veo que ni el gilipollas ni su moto están, menos mal aunque es una pena que sea tan gilipollas, estaba muy bueno.
Escucho la puerta abrirse, es la madre de Carol, Sandra.
-Érica, cariño, no hacía falta que vinieras a ver a mí hija.- Dijo ella con cariño, Sandra es prácticamente como mi segunda madre, como mi madre nunca venía a recogerme yo me iba con ella y con Carol, pasábamos las tardes jugando el los parques de Madrid, siempre juntas, somos como hermanas.-Ella lo que tiene es más cuento que otra cosa- Dijo Sandra mientras se iba para la cocina.
-Lo se, pero ella haría lo mismo por mí,- Dije amable mientras la seguía a la cocina y le daba un beso en la mejilla.-En la puerta me he encontrado a un imbécil- Dije yo cabreada.
-¿Así?, que casualidad, mi sobrino acaba de salir, a lo mejor era él.
-No creo, él era muy guapo- Dije yo- voy a subir a ver a Carol, nos vemos.- Dije mientras salía de la cocina.
Al entrar en su habitación me la encontré tumbada en su cama viendo la tele, menuda chochona, y yo preocupada por ella y esta pánfila mientras viviendo como una jodida reina, si es que no se puede ser amable.
Ella estaba tan metida en la serie que no se entero de que había abierto la puerta, asi que aproveche y corrí hacía su cama y salte sobre ella
-¡¡ Érica Martínez Sánchez!!, me cago en tu puta madre y en el día que aprendiste a andar.- Dijo ella cabreada mientras me golpeaba con la almohada en la cara, hasta dejarme completamente despeinada. Yo me estaba partiendo el culo, en un momento dado ella se puso encima mío y empezó a golpearme.
-¿Qué coño..?- Dijo alguien desde la puerta, nos giramos Carol y yo a la vez. Hoy, esta claro, no es mi día de suerte.
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Los colores de un corazón roto
AcakÉrica esta hundida en su propio dolor, ella a sufrido la pérdida de la persona a la que más amaba, Aaron. Esta historia cuenta los giros que puede dar la vida después de una perdida, acompaña a Érica en su vida, pero una pequeña advertencia, esta n...