La amenaza

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Capítulo 8

En definitiva no me equivoqué al predecir que el siguiente día iba a ser igual de pesado.
Al despertar Mérida parecía de un muy mal humor, se levantó refunfuñando y, descuidadamente, al entrar en el baño no se dio cuenta de que la ducha estaba en «frío» lo que ocasionó que gritara fuertemente y nombrara todas y cada una de las maldiciones que sabía... Luego, cuando por fin salió de el largo baño que se dio, tiró toda su ropa al piso quejándose en voy muy alta que «No tenía nada para ponerse».

Hacía mucho tiempo que no veía a Mérida ponerse así, de manera que supe que algo la estaba molestando. Después de darme mi propio baño decidí que tenía que hablar con ella al respecto, pero no fue si no hasta la primera clase donde supe que era lo que realmente le molestaba.

-¡Esa voz! Esa maldita voz que no sabemos de donde proviene me tiene intrigada y me enoja saber que aún no hemos logrado descubrir quién es el que canta.

Sí, tengo que aceptarlo, yo también estaba muy molesta por no saber aún quién era el que cantaba, pero eso no era excusa para que me pusiera del humor del que que estaba Mérida, tenía que haber algo más; pero si lo había no me lo quiso decir.
En mi cabeza aún era ayer, en el momento en que la señorita Marie nos había dicho que nuestra vecina era Arrendell. ¿Sería posible que hubiera algún parentesco entre nosotras? La pregunta tuvo que esperar porque en ese momento el profesor dijo mi nombre, pero estaba tan desconcertada que no escuche su pregunta.

-¿Perdón? -dije apenada-, es que no estaba prestando atención.

-Sí, lo noté -en su voz se escuchaba en mismo tono que delataba a Mer cuando estaba molesta, como esta mañana-. Pregunté si usted me podría decir cuál es la fórmula que se usa en el primer paso para averiguar la intersección de los ejes y la ecuación de una recta.

Matemáticas, siempre las he detestado pero eso no quiere decir que no sea buena, a decir verdad, se me dan muy bien así que contesté sintiéndome orgullosa de saber la respuesta.

-En el primer paso lo que se averigua es la pendiente, y la fórmula es m=Y2-Y1/X2-Y1 - el profesor me miró con desprecio, esperando que me hubiese equivocado y molesto al descubrir que no lo había echo. -Bien echo Arrendell.

Un rato después el timbre que indicaba la salida de clase sonó. Al salir nos encontramos con Anna y Kristoff los cuales se habían perdido y no lograron llegar a la clase de matemáticas.

-¡Elsa! ¡Mérida! -nos llamó alegremente la chica-, que bueno que las encontramos. Éste colegio es demasiado grande y es muy fácil perdernos, tenemos nuestros horarios y son iguales a los de Mérida o al menos eso nos dijo la señora que nos lo entregó.

-¡Oh, que bien! -dijo Mer mientras sonreía, era la primera vez que la veía sonreír en todo el día-, quédense con nosotras y luego pueden venir conmigo a clase.

Kristoff se limitó a saludarnos y nosotros simplemente le devolvimos el saludo. Comenzamos a caminar por los pasillos cuando nos encontramos con Jack, Hiccup y Punzie.

-Hey, hola, ¿Quienes son los nuevos? -preguntó Punzie.

-Hola, yo soy Anna y él es mi novio -Kristoff sonrío y saludo con la mano, como había echo con nosotras-. Somos vecinos de Ella y Mérida.

-¡Genial! Nosot... -pero no terminó la frase, porque Jack le golpeó fuertemente en las costillas.

-Que bien, más amigos -se apresuró a decir Jack-, bueno pues bienvenidos.

-Oh, muchas gracias -contestó Anna.

-¿Cuál es la siguiente clase? -le pregunté a Mérida.

Hacia donde nos lleve el destino-JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora