CAPÍTULO IV

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 «UN ESCLAVO NUNCA ELIGE A SU AMO.
ES EL AMO QUIEN LO ELIGE»

Mensaje de CANNEBCN en mi perfil del site de amos y esclavos:

«Hola... Todavía no has encontrado un amo?» (sic)

Mi respuesta:

«No. Me hace falta entrenamiento...»

Otro mensaje de CANNEBCN:

«Cuáles son tus limites?» (sic)

«Todavía no los conozco... soy novato.»

«Quieres descubrirlos conmigo?» (sic)

«Si propones ser mi amo, sí.»

«Quieres que sea tu amo?» (sic)

«Tenemos que conocernos antes, ¿no?»

«A mí me va bien mañana a las siete de la tarde en mi casa.» (sic)

«Ok. Pásame la dirección...»

Al día siguiente estaba en la casa del que sería mi amo y mi pasaporte para volver a entrar en contacto con Andrés. Al menos era lo que me dejé convencer por Carlos, que decía que mi ex amante jamás iba a esperar un ataque desde esa parte de su lado oculto.

El piso de Canne empezaba por un precioso recibidor que daba a un salón enorme con cortinas negras, que estaba dividido en comedor y sala de estar. Del salón pasamos directamente a su mazmorra toda pintada de negro y preparada, por lo que parecía, para todo tipo de perversiones. Mis ojos la recogieron de derecha a izquierda sin detenerse demasiado tiempo en nada en concreto, pero registrando al máximo todo lo que podía.

La primera pieza en concreto que llamó mi atención fue un panel con varios látigos colgados y también esposas, cuerdas, arneses, cinturones de todos los tamaños y formatos, además de una gran variedad de chismes que yo no conocía.

Luego me percaté que había, más al centro, una pared de madera formada por láminas separadas y con agujeros específicos para cuello, manos y pies o piernas, evidentemente estaba preparada para apresar a alguien como castigo.

Un asiento de váter estratégicamente posicionado delante de una colchoneta, una jaula grande con comedor de perro en su interior, varias cadenas colgadas en el tramo siguiente de pared, una puerta del que parecía ser un lavabo, un jacuzzi también negro y, por fin, un sling colgado al lado de un armario alto de madera con incontables cajones.

—¿Qué te parece mi mazmorra?

—Estoy sorprendido, porque que me dijiste que te iba a encontrar en tu casa. No pensé que vivieras en una especie de playground para adultos.

Playground para adultos... Me gusta esta definición. Demuestra que eres inteligente y que tienes sentido del humor por evitar una definición vulgar, buscando, de esa manera, tu propia identidad en el ambiente.

La intervención de Canne me gustó. No esperaba ser alabado por el hombre que podría llegar a ser «mi amo» ya en la primera cita.

—Así que buscas a un amo que te entrene...

—En realidad me gustaría que «mi amo» me eligiera para entrenarme.

—Buena actitud. No sé cuánto conoces de este mundo, pero el esclavo nunca elige a su amo. Es el amo quien elige a sus esclavos, o pupilos o el adjetivo que quieras poner a esa persona. Luego, si el elegido está de acuerdo, al menos en mi caso, tendrá que firmar un contrato en el que asumes que estás siendo sometido a comportamientos que pueden afectar a los más conservadores.

Esclavos del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora