3 años después...
Estaba de los nervios. No daba más. Iba y venia. Iba y venia. Subía y bajaba las escaleras, tomaba agua, corría al baño con ganas de vomitar y trataba de no llorar de la desesperación a que llegara Santiago de su trabajo.
Si. Se que ha pasado mucho tiempo. Pero no hubo mucha novedad. Llevamos 3 años de noviazgo súper fiel y hermoso. Ya había terminado de mis estudios al igual que Santiago. 6 años para mi, 5 para el.
Luego de un año de noviazgo, decidimos mudarnos juntos. Teníamos la confianza de que estábamos listos para trabajar ambos por una casa. Y lo logramos. Nos habíamos comprado una pequeña casa con la ayuda de nuestros padres y nuestro propio esfuerzo. En todos los años hemos estado disfrutando nuestra privacidad y de eso estaba nerviosa los últimos 2 días hasta ahora.
No lo diré. Se que no es necesario. Ustedes ya saben.
Con Santiago hemos estado de lo mas bien. Nuestra relación se basaba en amor, confianza y fe en el otro. Gracias a su paciencia y razonamiento casi nunca peleábamos. Y cuando lo hacíamos era por algo tan estúpida, como quien lavara los platos u ordenara la cama.
¡Ah! También me conto que su padre había tenido a Teodoro y Troy con la señorita Lisa, quien solamente había sido una aventura. Porque su bella mujer que había fallecido era su verdadero amor y ahí tuvo a Santiago. Así que Teodoro y Troy eran hermanastros de Santiago. El señor Walter era el padrastro de los niños.
¿Vaya familia no?
-¡Llegue! –grito Santiago desde la entrada. Di un saltito por los nervios. Me senté en el sofá. Trate de respirar profundamente. Limpie mis manos sudorosas en mi vestido alisándolo un poco.
Escuche sus pasos acercarse al living. ¡Dios, por favor que no reaccione mal!
-Mi vida, aquí estas –sonrió. Yo intente sonreí, sin embargo en vez de eso se me formo una mueca en mi rostro-. ¿Todo en orden? –pregunto preocupado. Dejo su maletín al lado de una mesita de luz.
-En realidad no tanto –tartamudee. El se sentó a mi lado y tomo mi mano.
-¿Qué sucede? –beso mi mano
-No quiero que te enojes –dije con hilo de voz. Deje que las lágrimas salieran y eso lo alarmo.
-Linda, por favor dímelo, no me importa que sea. Nos hemos prometido confiar en el otro, contarnos todo y no dejar que algo tonto destruya lo que tanto nos costo construir –acaricio mi mejilla. Cerré los ojos disfrutando de lo mucho que eso me tranquilizaba-. Solo dilo –suspire, abrí los ojos para mirar los suyos y susurre:
-Estoy embarazada –el cambio su expresión de preocupación a una seria. Oh, no
-¿Qué? –se alejo de mi
-Estoy embarazada hace 3 días... -me levante del sofá porque el también lo hizo-...es tuyo –el negó con la cabeza y salió corriendo. Me quede en shock parada sin poder creer que el había huido de la casa.
Su reacción fue mucho peor. Estaba esperando que me dijera que era de alguien mas, que se ponga nervioso y cortáramos. Pero no. Huyo. Odio los cobardes
Caí al suelo de rodillas y empecé a llorar con todas mis fuerzas que me quedaban. No me importaba si los vecinos pensaban mal acerca de mis gritos de dolor o creyeran que me están robando y llamen a la policía. No me importaba nada. Solo estaba yo llorando mientras recordaba como el se alejaba de mi
Al cabo de unos minutos escuche el sonido de la puerta cerrarse y unos pasos apresurados correr hacia mi. Me imagine que era la policía venir al rescate. Sin embargo...
-Linda –susurro una voz. Levante la cabeza y lo vi parado con un ramo de rosas rojas. Mi corazón comenzó a latir con velocidad. Me ofreció su mano, la observe por unos minutos. Dude, no obstante aun así lo acepte para que me ayude a pararme-. No llores, tengo algo para ti –me tendió el ramo y lo agarre. Sonreí. Vi que las rosas rojas estaban atadas por un listón rojo y una carta. Hace tanto tiempo que no veía un listón junto con una carta.
Abrí la carta:
"Linda, ¿quieres casarte conmigo?
Te amo XOXO
Y a nuestro bebe también"
Sonreí entre mis lágrimas, mire como Santiago se agachaba y sacaba de su bolsillo una cajita. Lo abrió y me dejo contemplar un anillo
-¿Qué dices? ¿Quieres casarte conmigo, Linda? –por un momento mi madre invadió mi mente
"No te atrevas a observar los ojos de un hombre"
Ahora lo entendía porque. Es que si te atreves a mirar los ojos de un hombre, como yo ahora mismo lo estaba haciendo mientras Santiago me sonreía, te vas a enamorar
-Claro que si –el se levanto y se acerco a mi. Dejo las rosas roja en el sofá y devoró mis labios. Se alejo un poco de mi solo para colocar el anillo en mi dedo.
-Siento mucho lo de recién, no quería asustarte, es que estaba pensando en que regalarte. Corrí a la tienda de la mama de Esteban a comprar las rosas rojas y ate el listón rojo porque te amo y sentí que ya estaba listo para iniciar, oficialmente, una vida contigo... -puso su mano en mi estomago-... y con nuestro bebe
-Nosotros también estamos listos–sonreí.
Bese sus labios con mucho cariño.
Cuanto lo amo.
¡FIN!
Voten y Comenten. Gracias y que disfruten de este gran final.
Les agradezco mucho el apoyo, sus votos y comentarios.
Este final se los dedico a TODAS.
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Listones de Colores©
RomanceUna vez mi madre dijo "no te atrevas a observar los ojos de un hombre". La primera vez que lo escuche salir de su boca tenía 9 años. Y aun así me lo repitieran doscientas veces jamás lo entendería. No hasta ese momento cuando me arriesgue a lo prohi...