Listón nº 8: "¿Quieres Pasar La Noche Conmigo?"

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Estaba sorprendida. Santiago era Conejito. Conejito era Santiago. ¿Cómo? El solamente era mi vecino y amigo, ¿y me conocía tan bien? ¿Cómo era posible, si yo apenas sabia como se llamaba? ¡Esperen un momento!

¿Entonces el sabe mi color favorito, lo cuanto que amaba a mi abuela, la historia de mi osito de la infancia, mi admiración al cielo, etc.?

Maldito niño. Me pase toda la puta tarde pensado en respuestas coherentes hacia mis preguntas, sin embargo no encontraba las indicadas

19:30 de la tarde y mis ojos casi explotan. ¡Olvide por completo la cena! ¿Ahora que hago? Tengo media hora para prepararme y los nervios me estaban consumiendo por completo. ¡Oh, no! ¿Por qué me haces esto Santiago?

Corrí hacia mi armario y con desesperación arranque, literalmente, la ropa de su respectivo lugar. Todas remeras cortas, jeans rotos y nada de alguna prenda elegante. La mayoría de las veces usaba una remera de manga corta con colores alegres junto con unos jeans ajustados. Nada más

Rebusque por todos lados y recordé mi graduación. Creo que ese vestido que mi madre me había regalado era elegante. Supongo. No obstante, no se donde estará

¡Oh, Santiago! ¿Por qué me haces esto a mí? Me esta haciendo enloquecer.

Se me están mezclando todos los sentimientos y eso es aun peor. Estoy tratando de buscar ese maldito vestido con nervios de que el llegue con un hermoso traje y tenga que esperar. Mientras que me pregunto que es lo que pasara esta noche. Cenaremos y charlaremos sobre el tema de los listones y las cartas, porque no voy a dejar mis dudas flotando en el aire. Aun así no quiera hablar, necesito saber. ¿Y después? ¿Qué pasara? ¿Lo mismo que ayer? ¡Ah, no por favor! Eso estaba muy mal, yo no lo conocía y me acosté con el. Eso es digno de una pu... dejémoslo ahí. Sin embargo admito que estando ebria recuerdo a la perfección las ganas de arrancarle su ropa y ver su perfecto abdomen. Hacerlo mío. ¡Dios! No, ¿en qué mierda estoy pensando?

Mejor no dijo ni pienso nada. Sera mejor si busco. Ah, ¿Dónde estas cajita, cajita?

¡Si! Lo encontré. Vi la caja en el fondo de mis cosas, la agarre y me senté en la cama. Lo abrí y me encontré con un hermoso vestido. No recordaba que fuera tan precioso. No tiene mangas, la parte de los hombros era transparente por una tela delicada de color blanco, un escote en forma de "v" que llega hasta un poco mas arriba del ombligo. Era ajustado y era tres dedos arriba de la rodilla.

¿Esto será decente para llevar a una cena? Vi el horario, 19:50 de la tarde. ¡Si! Definitivamente, es lo indicado.

Me vestí con velocidad, me maquille un poco tapando mis ojeras e imperfecciones. Me puse un poco de perfume. Elegí ponerme unas sandalias de taco aguja de tono negro. Y planche un poco mi cabello castaño largo.

¡Toc, toc, toc! Se escucho originado de la puerta principal. ¿Tan pronto? Me di vuelta a ver la hora y suspire. Eran las 20:00 p.m. justo. Había llegado muy puntal. Que chico.

Tome una cartera chiquita negra para guardar mi teléfono y mi dinero. Me acomode la ropa y trague saliva. Trate de tranquilizarme y abrí la puerta. Oh... mi... puto... Dios. ¡Que sexy y hermoso que es en traje negro!

-Buenas noches, Linda -me examino de arriba abajo. Mira hacia otro lado tratando de ocultar mi sonrojo-. Te seré sincero, te ves extremadamente sexy y maravillosa -vi como mordía su labio. Oh.

-Buenas noches, Santiago -sonreí-. Tu... -observe su atuendo. Traje negro y corbata roja-... te ves candente y hermoso -dije un poco, dudosa. El carcajeo. Casi me desmayo. ¿Por qué nunca note que su sonrisa era tan perfecta y que el era precioso?

-Gracias, aunque tú me superas -me guiño el ojo. Que sexy, ¡ya para!-. ¿Nos vamos, preciosa? -me ofreció su mano. Yo asentí

-Solo espera, buscare mi abrigo -el sonrió.

-Ve -susurro con voz ronca. Okey...


-La comida esta muy deliciosa, muchas gracias por la invitación -le dije a Santiago tomando el ultimo sorbo de vino. No quería mas, no después de lo que paso ayer. No iba a tomar más de la cuenta. No obstante, el vino estaba delicioso

-No, por favor, es un gran placer pasar la velada contigo -miro directo a mis ojos. Yo sonreí avergonzada y rasque mi nuca viendo hacia otro lado-. Deja de hacer eso

-¿Qué cosa? -volví a verlo a los ojos. Tan claros y no, no eran ni celestes ni verdes. Sino un tono miel tan bonito

-Mirar hacia otro lado mientras te sonrojas, porque te ves muy adorable -me reí, suspire y me acomode en la silla. Comenzaba el interrogatorio

-Santiago, ¿Cómo sabes tanto de mí? -cruce mis brazos y el sonrió un tanto seductor.

-Antes de las preguntas... -saco algo de su bolsillo-... para ti -tome el listón violeta y la cartita.

"Linda, te ves tan hermosa hoy, que envidio tu belleza 

Gracias por prestarme tu libro, lo disfrute, luego te lo devolveré.

Esa es la razón de porque el listón es violeta. El color de la portada del libro.

Mi bella dama, ¿quieres pasar la noche conmigo?

Te amo XOXO"

Levante la mirada y contemple a Santiago, lo mismo que el a mi. Sonriendo con una pizca de diversión

-¿Qué dices? -pregunto con voz ronca

-Por supuesto, ¿Por qué no? -su sonrisa se expandió y se transformo a una sexy

-Te recuerdo que esos besos y abrazos al último de las cartas yo te las di. Ahora tú debes devolvérmelas -reí y mordí mi labio. ¿Por qué tan coqueto de repente? El no es así

-Con mucho gusto lo haré, para eso tenemos toda la noche, ¿no es así? -el quería jugar, pues juguemos. El sonrió y yo repetí su acción

La noche será larga...



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