Key's sick [JongKey]

Capítulo 4.

Cada día salía al patio esperando que su vecino saliera por el balcón y le sonriera, pero el tiempo continuaba su curso y ese chico no aparecía, era como si hubiese desaparecido de un día para otro, como si la tierra se lo hubiera tragado, de pronto simplemente ya no estaba ahí...

Suspiro regresando a la cocina para continuar preparando el desayuno, tras terminar de hacerlo lo sirvió en dos platos junto con un vaso de jugo y un café para cada quien...
-Buen día Dong ¿cómo dormiste? - le interrogo a su novio al ver que este tomaba asiento en la mesa comenzando a comer su desayuno... Al menos eso era algo que nunca le reprocha, su desayuno, comida, cena... Toda la comida que preparaba le gustaba a Dongwoon.
-Kibum ¿podrías guardar silencio? - sentencio cortando la sonrisa que el rubio tenia en los labios, sin ganas se sentó y de igual manera comenzó a comer de manera lenta. -Hoy llegare tarde...
-Nunca estas conmigo Dongwoon... - reprochó haciendo un puchero a modo de broma, broma que Dongwoon no capto...

Los vasos cayeron al suelo rompiéndose al impactar contra este, el jugó y el café de las tasas se desparramaron por todo el azulejo, la comida quedo incomestible... De un momento a otro Dongwoon le había sujetado con fuerza por la quijada lastimándole por su tosco agarre.
-Escuchame zorra... No es como si te importara que no este aquí... Al fin y al cabo así tienes más tiempo para ver a todos tus clientes, así puedes acostarte con mas personas y ganarías mas dinero...
-Dongwoon ¿porque me tratas así? Nunca te he sido infiel, y nunca lo haría...
-¡Callate! - abofeteo al rubio haciendo que de su labio saliera un fino hilo de sangre. -¡Eres tan zorra Kibum! ¡¿Porqué jodidos no aceptas que todo Seoul te la ha metido?! Nos evitariamos muchos problemas...
-Es que nunca lo he hecho, ¡porque no lo entiendes! - subió el tono de su voz recibiendo otro fuerte golpe haciendo que su cuerpo impactara contra el suelo, el alto se le acercó y lo tomo por el cabello, llevando de inmediato el rubio ambas manos a la contraria intentando hacer que le doliera menos el agarre.
-A mi no me levantas la voz zorra - soltó a Kibum de manera brusca y salio de su casa dando un sonoro portazo.

Mientras tanto Kibum no podía hacer más que llorar, esa era la principal razón por la cual prefería callar, las únicas y contadas veces que se había defendido, no salia nada bueno, Dongwoon era una bestia si se le llevaban la contraria, por mucho que se negara estaba sorprendido de que ahora no le golpeará como las anteriores veces...
Con pesadez se levantó del suelo una vez que la puerta sonaba, la abrió y ahí estaba Minho, al menos podía agradecer que su novio le mandaba a ese doctor para que le suturara las heridas que le hacia.

-Kibum... - abrazo al rubio dejando que este continuara llorando, mientras que con su pie empujaba la puerta para que se cerrara -Creí que ya habías dejado a ese idiota...
-¿Porqué? - interrogo tomando asiento en el sofá y Minho en frente suyo, sacando de su maletín algunas gasas, alcohol y demás cosas que utilizaría en ese momento.
-Porque hace ya varias semanas que no me llamaban... Pero parece que no quisiste o acaso ¿él no llamo?
-No quise, no era nada...
-Siempre es algo... Si no es que te abrió el labio, te hizo sangrar la nariz... - comenzó a limpiar el labio del rubio de la sangre que salía -Y al parecer hoy estaba muy molesto ¿cierto?
-Fue mi culpa...
-Como siempre...
-No de verdad hoy si fue mi culpa - susurro cerrando los ojos al sentir el picazón del alcohol en su labio -Yo le hice enojar, se que a él le molesta que le reclame y lo hice...
-Olvidalo Kibum... Cada vez que vengo te hechas la culpa... Mejor dime porque estas así de ansioso...
-¡¿Qué?! Yo no... ¡Au! - retiro de las manos ajenas su rostro colocando la yema de sus dedos en la herida de su labio -¡Eso duele~!
-Callate y dime la razón... No puedes mentirme, tus manos están sudando y no dejas de mover tus piernas... ¿Qué sucede? - le reprocho sujetándole del mentón para terminar de curar su labio.
-Creo que a ti no te puedo mentir... - suspiro dejando que Minho terminara de hacer su trabajo -Es solo que... Hace varias semanas que llegó un nuevo vecino... Se llama Jonghyun y cada que salgo al patio ahí esta él, siempre observándome, y cuando volteo hacia su balcón él solo me sonríe y agita su mano en dirección a donde estoy...
-¿Y? Sólo es tu vecino, nada de otro mundo...
-Es que no entiendes Minho - soltó un suspiro dejándose caer hacia atrás en el sofá mirando hacia un costando y notando que todo estaba hecho un completo desastre
-Según tú... ¿Qué no entiendo? - levanto un ceja en señal de confusión y guardo todo en su maletín
-Si Dongwoon se da cuenta de que él siempre está ahí, no se que le podría hacer a él... A... A mi... Se que para él yo siempre seré él que tiene la culpa, estos días he estado muy tranquilo, pues Jonghyun al parecer no esta en su casa... - sonrió sin darse cuenta, una vez que cerró los ojos y recargo la cabeza en el respaldo del sofá

Minho sonrió y se levanto de su lugar atrayendo la vista del menor, caminando hacia el tiradero que había en la mesa comenzando a limpiar.
-No Minho ¿qué haces? - caminando hacia el doctor hizo se levantara para que no se fuese a cortar con las tazas rotas.
-Te ayudaré a limpiar...
-No es necesario lo haré yo
-No te pregunte sí querías que lo hiciera, es un hecho que lo haré - la sonrió al rubio y de nuevo se agacho juntando los trastes rotos, acercándole Kibum una pequeña bolsa para que ahí los depositara, tomando el menor un trapo para comenzar a secar el líquido del suelo.

Así la pasaron gran parte del día, limpiando y arreglando todo el comedor hasta que este quedo en perfecto estado.
-Gracias Minho, eres un buen amigo - se acerco al doctor y le beso la mejilla
-Me importas Kibum, me importas demasiado... - sonrió por el beso y tomo sus cosas caminando a la salida, y despidiéndose del menor con la mano se retiró.

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Los días continuaban su curso, lo único bueno que salia de todo era que Dongwoon tenia demasiado trabajo y apenas si le veía en la semana...
Pero se sentía demasiado solo su vecino parecía tampoco estar aun en su casa, salia como todos los días al patio buscando la mirada que siempre estaba sobre su cuerpo, esa misma mirada que aunque a veces le incomodaba le gustaba en sobremanera.
Escucho un auto llegar y camino rápido a mirar quien era por la ventana, notando su vecino llegaba a lo cual sonrió amplio, mas esa sonrisa desapareció al ver que de igual manera Dongwoon llegaba... Minho tenía razón podía haberse ido, llevaba casi dos semanas solo y seguía ahí como el idiota que era.
Abrió la puerta y recibió a su novio con una sonrisa en sus rosas labios, quien le tomo de manera brusca por la cadera y lo apego a su cuerpo apretando el agarre.
-¿Dong? - interrogo con miedo.
-Fue una semana pesada ca-ri-ñi-to
-¿Quieres qué...? - susurro pasando espesa saliva.
-No seas idiota, no quiero eso, tengo hambre, así que haz algo de comer, espero que haya agua caliente porque me bañare, y después dormire...
-Pero Dong no hay nada hecho, pasa de media noche, también estoy cansado...
-¡¿Qué estas cansado?! ¡Me tomas por imbécil o qué! - agarro uno de los jarrones que adornaban una mesa y lo lanzó contra una pared despedazándose este en segundos, cayendo junto a las flores artificiales al suelo, se acerco al rubio y le tomo por el cabello gritándole a la cara, le soltó con fuerza y susurro lo ultimo contra el odio contrario -Ya te dije lo que quiero, cuando salga debe estar todo preparado...

Después de preparar todo lo que el alto quería y volver a limpiar todo subió a su recámara, se coloco su pijama y tras apagar la luz se recostó junto a su novio en la cama.

A la mañana siguiente se despertó temprano debía de preparar el desayuno del mayor, estaba terminando de hacer lo que comerían cuando el sonido de la puerta les interrumpió dejando todo y yendo a ver quien era...