Cap 7. El mensajero

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El mayor mago de todos los tiempos lo miraba con desaprobación. Recordaba su mirada melada clavada en él en el comedor, en una maraña de sentimientos: odio, rencor... ella era muy joven para entender nada.

-¡¡No puedo creer que se lo hayas contado!!- le gritó furioso- Ahora estamos todos en peligro, has puesto en riesgo nuestro plan. ¡¡Nunca debí permitir esto!!

Snape estaba al borde de lo que podía soportar, empujó al anciano contra la pared, sujetándole con el antebrazo sobre el pecho. Su rostro estaba desencajado de rabia.

-Escúchame bien Albus, estoy harto que me manejes como una marioneta y que me digas qué tengo que hacer y qué decir... tú dependes más de mí que yo de ti.

-Pero Severus, contarle todo a Granger ha sido una insensatez, ¿Dónde está tu responsabilidad? ¿Y tu compromiso con la orden, con lo que está bien? Ella es muy joven... no lo va a entender.

-¿Y Potter? ¿Potter acaso no tiene la misma edad que ella? Yo al menos le cuento lo que ocurre sin andarme con rodeos y sin manipular...

El hombre puso su mano sobre su brazo, mirándole con tristeza. El oscuro hombre aflojó su presión liberando al anciano.

-¿Y si alguien invade su mente?- preguntó el anciano- Podrías ponerte en evidencia y descubrirte. Tanto ella como tú estáis en peligro... Debes dejarla y borrar su mente, Severus. Esto se nos está yendo de las manos.

-Escúchame bien, Albus. Haz lo que quieras, despídeme, échame de la orden... pero no pienso dejar mi relación con Hermione ¿Está claro?- El hombre sabía que no podía hacer más y aguardó un prudencial silencio, dependía de aquel irascible profesor por mucho que lo negara- Además, llevo un mes enseñándole Oclumancia y he decir que es mucho mejor que ese vago protegido tuyo...

Capítulo 7. El mensajero.

La puerta se cerró con cautela, intentando por todos los medios evitar despertarle. Pudo notar cómo Hermione volvía a colocar todos aquellos hechizos protectores otra vez, antes de oír cómo sus pasos se alejaban por el pasillo. Pero todo aquello era en vano, porque él no estaba dormido, aunque agradecía el esfuerzo. Es verdad que se encontraba al borde de sus fuerzas y notaba el cuerpo raro, un extraño hormigueo le recorría por la planta de las manos y de los pies, y era realmente molesto. Pero a pesar de eso, no lograba conciliar el sueño, pero se había hecho el dormido para que esos dos pudieran hablar con más tranquilidad.

Y él poder observarlos mejor... costumbres de viejo espía.

Se incorporó en la cama, la habitación se encontraba en penumbra, a pesar de ser ya noche cerrada. Por la ventana se colaba la luz artificial y anaranjada de un farol que iluminaba la calle. Severus suspiró con tristeza y apoyó su espalda en el cabecero de la cama, aún incómodo.

¿Cómo era posible que Hermione no se diera cuenta?

Ella le había contado aquella tarde un resumen de lo que había sido su vida desde su muerte. Aún le quedaban muchos detalles que saber, pero sabía que Longbottom se había convertido en uno de sus pilares en su vida, pero parecía no percatarse de lo que ocurría. Siempre había sido muy despistada para esa clase de cosas y su inseguridad siempre la había impedido creer que alguien pudiera albergar esa clase de sentimientos hacia ella. A él sólo le había bastado verle unos minutos para entender qué pasaba con Longbottom... Su forma de mirarla, casi con devoción absoluta, su preocupación por ella, anteponer su felicidad antes de la propia... él también había pasado por ello hacía mucho tiempo y no podía engañarle.

Iré a por ti (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora