Creepypastas: Historias de Terror

Creepypastas cortas 3ra parte

1. Mi sobrinita de un año es tan buena. Es muy activa y juguetona.
Todas las personas de la cuadra la conocen porque agita su mano y les dice "Bye" a todos los que ve los conozca o no los conozca. Era casi su marca personal. Era divertido, hasta que resultó contraproducente; un día que íbamos a llevarle flores a la tumba de una tía mía: mientras íbamos saliendo del cementerio ella no dejaba de agitar su mano y decir "bye" a todas direcciones aunque eramos la única familia en en cementerio.

2. Llegando a mi departamento, una noche veo a una tierna ancianita esperando para entrar. Le abro la puerta y le indico que pase. Ella abrió los ojos en sorpresa y sonrió de oreja a oreja, mostrando los pocos dientes que le quedaban, para darse vuelta y decir feliz:
"Oh, ¿tu puedes verme?"

3. Él tuvo una horrible pesadilla. Soñó que en su heladera había once cabezas de mujeres. Cuando despertó, lo primero que hizo fue correr hacia la heladera. La abrió. No había once cabezas, sino doce.
Soltó entonces un suspiro de alivio; no faltaba ninguna.

4. -¡Mami! Pensé que habías salido con papá hace un momento -dijo Alberto con alegría.
-¡Cuidado! -gritó ella -¡Hay un monstruo detrás de ti!
Alberto se giro instintivamente.
-¡Mentirosa!-contesto aliviado, dándole la espalda-. No hay ningún monstruo detrás de mi.
-Ahora si lo hay.

5. Estaba arropando a mi hijo de 3 años cuando me dijo, "Adiós papá", "No, nosotros decimos buenas noches", le respondí, "Losé pero esta vez es adiós", dijo sonriendo.
Tuve que quedarme junto a él toda la noche.

6. Una noche soñé que él Diablo flotaba en la atmósfera y convertía en demonios a toda la gente buena.
Mis familiares fueron convertidos de pronto en demonios espeluznantes y se dedicaban a asesinar de la manera mas cruel a los que estaban por ahí.
No pude huir ni dejar de ver lo que ellos hacían. Todos iban muriendo desgarrados, destrozados.
La sangre fluía por doquier.
Era una verdadera pesadilla infernal y verlo no me despertaba. Por más aterrorizado que estuviera él maldito sueño no terminaba.
Al final lo que realmente e despertó fue que todos los demonios se acercaron a mí y me dijeron:
"Está hecho, maestro"