~Ølvidø~

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Amar es fácil, pero odiar también.
Yo amo muchas cosas en esta vida, al igual que odio otras tantas.

Amo la primavera, con ese sol que calienta, abriendo cada pétalo de una flor, dormido por el implacable invierno.
Amo la música y amo escribir, porque si no amara lo último, ninguna de estas letras, tendrían sentido.

Pero odio el verano, en concreto el mes de Julio.
Odio Julio por encima de todas las cosas.
Odio que fuera el mes, en el que comenzó mi olvido.
Te fuiste, dejando tras de ti un legado.
Un legado tan fuerte como los eslabones de una gran cadena de hierro.
Eras inigualable, tú y solo tú con tu mundo.
Me di cuenta, que cuando te marchaste, empecé a olvidar.
Olvidé tu voz, el color de tus ojos y el tacto de tu mano arrugada por todos los años de vida.
Olvidé momentos, nuestros momentos.
Y te fui, sin darme cuenta olvidando a tí.
Supongo que no quería asimilar tu ida.
Más bien, no podía.

El otro día te vi a ti y a mi, juntas sentadas en tu comedor.
Tu como siempre en tu sillón, y yo como siempre, en una silla al lado tuyo.
Te vi hablarme, te vi sonreírme y te vi amarme.
Te vi como siempre, siendo la mujer que amaba.
Y me odio por olvidarte tanto tiempo, por no extrañarte y por pensar que seguías aquí.
Me odio por no ser capaz de asimilar que la espera sería eterna y me odio por tener que vivir tanto tiempo sin ti.

A veces odio la vida, porque duele y mucho.
Pero a veces la amo, por haberme dado el privilegio de llevar tu sangre.

Supongo que a veces, amamos y odiamos a partes iguales.



Recortes de imaginaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora