Derrota.

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La vida da muchas vueltas. A veces pienso en la vuelta tan inmensa que dio la mía. Y es que antes, podía sonreír y ser feliz y ahora me he quedado sin motivos para hacerlo.
Me he convertido en pura fachada, porque me he cansado de que me pregunten como estoy, de que me pregunten qué me pasa. Me he cansado de ser el tema de conversación de algunos cotillas aburridos.
Dicen que la vida es justa, pero lo cierto es que conmigo no lo ha sido para nada.
Caí rendida ante ella, sin fuerzas para luchar pues todo me vino de sorpresa. Estuve mucho tiempo así, yendo por la calle y siendo el tema de moda con preguntas como ¿qué le pasará?, ¿estará enferma?.
Me llevé semanas en las que mi única compañera era mi cama.
Sumida en una auténtica derrota. Pero como he dicho antes la vida da mil vueltas, y puede que la vuelta 999 me tocara a mi. Una mañana me levanté y me miré al espejo y entonces comprendí que no podía seguir así. Con el tiempo la derrota se convirtió en lucha constante, con idas y venidas y con ganas de abandonar pero nunca lo hice.
Y más tarde la lucha se convirtió en tregua, la vida me dejó descansar un tiempo para que me diera cuenta que sin saberlo y poco a poco había ganado la batalla.

Recortes de imaginaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora