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Kyungsoo ya había aceptado la relación de Luhan, era imposible estar enojado con él, y además Sehun le pareció un buen chico, si es capaz de hacer felíz al rubio, entonces lo que él piensa no debería de importar.

Estaban Kyungsoo y el rubio dirigiéndose a la cafetería del instituto, cuando alguien choca con el menor.

— ¡Siento eso Kyungsoo!— un chico sonriente le responde a modo de disculpa — ¿Te herí?— le dice mientras intenta tocarlo

— ¡No estés tan felíz después de chocar con alguien! ¡imbécil!— le dice el pelinegro mientras lo pellizca dejando aturdido al chico — Vámonos ya Luhan— agrega alejándose

— Sigues siendo tan vulgar como siempre, ¿Cómo es posible que digas imbécil con una cara como la tuya?— dice el rubio mientras caminan por el pasillo.

El pasillo estaba lleno de miradas fijas a ellos.

— Él chocó conmigo a propósito incluso quería tocarme ¡maldito homo! — dijo el pelinegro mientras fruncía la frente

— Sabes que soy uno también ¿no?— le responde el rubio

— Lo tuyo es un caso diferente— le dice el pelinegro encogiéndose de hombros

— Tener una cara bonita es un problema después de todo— dice el rubio

— Solo intentan usarme como un sustituto de mujeres, si tanto quieren una deberían irse del instituto, a parte ¿cómo es que a ti no te importa?— soltó el pelinegro con un gruñido

— ¿Sabes que tengo al presi de mi lado?— el rubio ahogaba una risilla — no sé cómo descubrieron que salgo con él, pero es una gran ventaja que sea así

— De seguro así dejaron de molestarte — le dice el pelinegro

— Quizás, mi novio me está esperando, nos vemos— el rubio le dice mientras se aleja y se dirige a su salón de clases

— Su voz cambia cuando se trata de Sehun, completamente distinto al Luhan que hacía llorar a todos los chicos que se burlaban de su cara y lo confundían como una niña, ese Luhan se ha ido a un lugar que no regresará— pensaba Kyungsoo mientras se dirigía a la cafetería.

Perdido en sus pensamientos, Kyungsoo rompe el silencio al observar una araña en un rincón del pasillo.

— AAAAAAAAAHHHH ¿pero qu--? — gritó Kyungsoo— ¿cómo es que algo así esté por aquí?

La araña era la más grande que había observado Kyungsoo a lo largo de su vida, era de color negra y sus patas eran largas pudiendo notarse los pequeños pelos alrededor de cada una de ellas, no podía creer que algo así ande suelto sin que nadie lo haya notado, sin ningún otro grito a parte de la de él.

— ¡No la pises!— se escuchó la voz de un chico

Había sido descuidado.

El pequeño cristal donde estaban las arañas lo había dejado abierta antes de ir a comprarse un sandwich en la cafetería, cuando ya volvía de lo que parecía una pelea por la comida y disfrutado su pequeña victoria al haber ganado el último sandwich, se dio cuenta del gran descuido que había cometido.

Uno por uno fue buscando a las arañas que se habían escapado y logró encontrarlas todas juntas en un rincón cerca al baño, por suerte nadie las había pisado, ni hubo daños con ninguna, Chanyeol ya estaba más aliviado al observarlas sanas y salvas.

— Uno, dos, tres, cuatro....— Chanyeol iba contando una a una mientras las dejaba en el pequeño cristal, estaba extrañado, algo andaba mal, podía jurar que eran cinco cuando las dejo para ir a la cafetería.

Le bastó escuchar el grito ahogado para darse cuenta que la quinta araña estaba cerca causando estragos, quizás a punto de morir en manos — o mas bien pies— de su atacante.

Cuando por fin pudo encontrar la araña, un pequeño chico de ojos grandes se encontraba arrodillado observándola fijamente.

Al menos no le ha hecho daño— se dijo para sí antes de acercarse y advertirle que no la pise. Rápidamente cogió la araña con sus manos y la metió en la pequeña caja que trajo del laboratorio

— ¿Q- ? ¿es tu araña?— el pequeño de ojos grandes pareció sorprenderse la forma cómo manejaba con facilidad la araña que antes le había dado un susto

Pero Chanyeol no respondió, dejando un silencio como respuesta.

— A la próxima ten cuidado que no se te escape ¿está bien?— le dice el pequeño de ojos grandes intentando terminar la conversación

Aún no respondía Chanyeol.

De repente se volvió callado comparado a la advertencia — o mas bien grito— que dijo al principio.

Algo en la forma en la que miraba al menor le parecía extraño.

No era igual a la forma que los demás del salón, o los que lo observaban fijamente al salir por los pasillos, su mirada era totalmente diferente a todos ellos. La mirada que le lanzaba todos ellos tenían un claro mensaje, demasiado obvio para el menor y le enojaba saberlo, saber que a ojos de ellos era uno más de los juguetes que todos desean poseer, todos ellos estaban lleno de lujuria, era sumamente incómodo y le resultaba asqueroso que tengan ese tipo de deseo hacia él. Por eso al observar la forma en la que Chanyeol lo miraba, su mirada era penetrante, sus ojos no se perdían en su cuerpo como lo hacían los demás, a él solamente le veía a los ojos, como si intentara descubrir algo, como si intentaba transmitir algo, ello era suficiente para dejar mudo al menor de ojos grandes.

Prontamente el más alto giró la cabeza y se alejó perdiéndose en los estudiantes, sin notar la mirada fija e inquieta del menor.

— ¿Qué fue eso? ¿qué pasa con ese chico?— soltó el pelinegro ya más calmado

Aún con dudas en su cabeza, ya no fue a la cafetería, no estaba "en forma" para pelear por los últimos sandwiches así que el pelinegro decidió volvió a su salón olvidándose del hambre que antes tenía.


Have an excuse in that love ✄ ChansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora