Cayendo
01 de agosto, 2007.
Las amigas de Hilary podrían marearme. No creo que haya sido una buena idea que Hannah nos invitara al almuerzo con las amigas de escuela de Hilary. Ellas están en la edad de las hormonas, llevan trajes de baños muy pequeños y sus manos son muy toconas.
Tenía la idea de que Hilary tenía compañeras, no amigas. No porque pensara que no pudiera hacer amigos, es algo más acerca de ella siendo selectiva y teniendo problemas que Harry y Dexter sufren por descifrar.
—Tocas el teclado tan bien... seguro sabes tocar todo muy bien— dice una de las niñas con su mano en mi brazo. Andrew ríe, él tiene a Isla a su lado, razón por la que no tiene a niñas acosándolo.
—Si, seguro— respondo alejándome sólo un poco.
Podría coquetear de vuelta o dedicarme a volver todo raro. Pero estoy en la casa Jefferson y tengo a Hilary Jefferson pareciendo muy cabreada con todos. Si que es difícil hacer feliz a esa chica.
Dexter y Harry han huido con la excusa de hablar con Carter, Ethan tiene parte de su fanaticada, pero entones Ethan igual tiene novia y todos saben que con Samantha en este momento nadie puede competir. Lo tiene en la palma de su mano por muy difícil que resulte creer.
Así que cuatro chicas dentro de la edad 15/16 están sobre mi en pequeños trajes de baño. Hannah de una mirada de desaprobación hacia ellas antes de observar a Hilary y acercarse a ella. Quisiera saber qué es lo que le dice.
—Entonces ¿Qué se siente ser tan hermoso y famoso?— pregunta una de las chicas llegando hasta mi. Oh por favor, no puedo huir lo suficiente.
Lo último que quiero es involucrarme con una amiga de la hermana Jefferson, incluso si estás son chicas realmente bonitas y muy manos sueltas.
—Cumplo mi sueño.
— ¿Tienes sueños muy a menudo?
—Si— respondo— sueño con hacer una orgía. Hacérselo sin condón a una chica por detrás y recibir tratamiento especial de una boca en una plaza publica.
La veo parpadear continuamente, por un momento creo que palidece. Aprieto mis labios para no reír. Mierda, dale a una chica de quince años palabras como esas y obtendrás esa reacción.
—Si, lo sé. Tengo grandes y sucios sueños. Pero ¿Qué puedo decirte? Soy un pecador— extiendo mis brazos abierto. Le guiño un ojo y me alejo hacia el jardín.
Hay una enorme piscina inflable en medio del jardín. Miro sorprendido a Hilary Jefferson parada frente a ella. Pensé que ella estaba adentro aun hablando con Hannah ¿En que momento ha salido?
De haber sabido que iba a estar afuera mejor me dejo caer en los lobos que llama amigas. Alejarme de esta chica es un buen lema de vida. Más si esta chica sólo crece y se vuelve más... ¿Irresistible?
Estoy a nada de darme la vuelta cuando la escucho murmurar.
—Zorras. Rameras, regaladas...
— ¿Estoy escuchando mal? Porque la princesa Jefferson que conozco es toda dulzura y sonrisas.
Se voltea a verme con el ceño fruncido. Aprieta sus labios fuertemente como si verme sólo aumentara su ira. De locos.
Aun cuando todavía tiene puesto su vestido blanco se vislumbra los tirantes de su traje de baño. Doug McQueen no lleves tus pensamientos ahí. Puedes conseguir a otra chica, follar hasta el cansancio. Pero a esta chica no se le toca.
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Escenas extras de El deseo Prohibido de Doug
RomanceDoug McQueen lo ha conseguido: Ha conseguido a la chica junto a un pequeño príncipe rubio que puede llamar hijo. Tiene a sus mejores amigos que pertenecen a la banda aclamada BG.5 y los mejores fans. Cuenta con la mejor de las madres, él más peculia...