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Mi mamá me esperaba en el comedor, mientras yo ordenaba la mochila para ir a la escuela.

Imaginense, una niña de 13 años llendo a la secundaria, con su mamá obviamente.
Sin conocer a nadie, sin saber que hacer.
Era mi mente y yo, mis pensamientos y yo.

Agarré mi mochila, mi celular y los auriculares, abrí la puerta de mi habitación y salí para la escuela.
Me subí al auto y me puse los auriculares. Empezó en la lista de reproducción One Last Time de Ariana Grande, cerré los ojos y esperé que el tiempo pasará.
Sentí que alguien me llamaba a lo lejos, era mi mamá avisandome que ya habiamos llegado.

Me despedí de mi mamá, me bajé del auto y me tomé un segundo para mirar la secundaria. Respiré hondo y entré.
Me imaginé una escuela en dónde todo era paz y amor, cosa que después de un rato cambié de opinión.
Todos estaban gritando, los profesores corrían de un lado a otro, los alumnos se tiraban tizas, chicles y bolitas de saliva, etcétera.
No podía creer lo equivocada que estaba con respecto a la escuela y sus integrantes.

Las dos primeras horas que tuvimos fueron de presentación, nos pusimos en ronda y un compañero le preguntaba algo a otro.

Yo: ¿Cómo te llamas?

Él: Andy, ¿Y tú?

Yo: Ali. ¿Qué cosas te gustan?

Andy: Me gusta salir, bailar, fumar y beber alcohol. ¿Y a ti?

Yo: A mí me gusta la luna, el café, los libros, escribir y la música.

Andy: Que rara eres.

Me quede en silencio, pensé y respondí.

Yo: Y tú demaciado común

Hubo un silencio incómodo en el aula hasta que sonó el tiembre del recreo y pensé: Mi salvación a esta pesadilla...
Todos salieron al recreo y yo me quedé a escuchar música en el aula, sentí que alguien se sentó a mi lado, era el mismo chico que me había dicho rara hace unos minutos atrás.

Andy: Aunque seas rara, eres linda e interesante y podríamos ser buenos amigos a pesar de nuestras diferencias.

Sentí como mis mejillas tomaron color y me quede en silencio, ya que no sabía que contestar, hasta que me decidí y dije: Gracias, pienso lo mismo. Osea de que podemos ser amigos.

Andy: Por un momento pensé que dirías que yo también soy lindo.

Él de verdad era muy lindo, pero no le iba a decir eso, que digamos no soy de confiar muy rápido en una persona, así que decidí esperar o simplemente guardarmelo para mí.

Andy: Ey Ali, salgo al recreo. Hablamos luego.

Asenti con la cabeza. El primer día de clases un chico me dijo que soy rara y linda a la vez, ¿Me lo tomo mal o bien?
Sinceramente no le doy importancia a la opinión de los demás, pero nunca me habían dicho que soy rara y no sé.
¿Por qué me llamó rara si solo le dije lo que me gusta? ¿Y por qué le dije a él que era muy común?
Muchos pensamientos invadieron mi mente, pero decidí dejarlos para otra ocasión.

Sonó el timbre para volver al aula, entraron mis compañeros seguidos del profesor y comenzó la clase de Historia.
A mi me gusta mucho aprender, pero con este profesor se me fueron las ganas.

Pasaron los 80 minutos muy rápido, el profesor se fue y entró la preseptora, para comunicarnos que nos retirábamos. Hice la nota, se la entregué para que la firme y cuando me di vuelta para buscar mis cosas, veo un papel arriba de mis cuadernos y decía:
Ey chica rara, agregame a WhatsApp así seguimos hablando, este es mi número ********** Soy Andy

Metí el papel al bolsillo de mi campera y me fui a mi casa.

Cuando llegué, de lo cansada que estaba me acosté a dormir y, me olvidé por completo de hablarle a Andy. Si me hubiera quedado despierta no le habría hablado de todos modos.

RaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora