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Lauren POV

- ¿Como que "es él"? ¿Quién?

Yo intentaba encontrar la mirada de Camila pero ella estaba mirando a todos lados, nerviosa y temblando. Yo no podía procesar lo que sucedía y sólo me limité a intentar calmarla. La abracé fuerte y ella me correspondió hundiendo su rostro en mi cuello y suspirando fuerte.

Camila: Cuando yo estaba en aquel feo lugar... - comenzó ella calmadamente - entró a la habitación uno de los que creo era el líder porque daba órdenes y me insultaba, me apuntaba con su arma y me amenazaba con Sofia, contigo, con todos. Su voz... jamás olvidaré su voz. Nunca le vi, Lauren. Pero su voz... Es él.

La ira comenzaba a apoderarse de mi nuevamente y aunque ya sabia de quien hablaba, debía ella decirmelo.

- ¿Quién, Camz?

Camila: El papá de Patrick, el Sr. Porcella.

Ella volvió a abrazarse a mi y yo la sujeté fuerte mientras acariciaba su cabello. Debíamos hacer algo ahora que sabíamos quien estuvo detrás de toda aquella pesadilla. ¿Pero qué? No teníamos pruebas. El testimonio de Camila no bastaría para meterlo en la cárcel pues su abogado podría alegar que sin pruebas, podría ser la voz de cualquiera. Lo primero, sería hablar con Alejandro pero el... ¿nos creería? Yo debía proteger a mi familia y ahora que Camila estaba temblando en mis brazos sólo quería irme, buscar a Emma y dormir juntas.

Pero jamás imaginé que eso no sucedería.

Camila me pidió volver a la mesa y yo jamás solté su mano, pese a que todos nos veían. Todas las personas que trabajaban para Camila estaban sobre una gran mesa y, aunque ya sabían la noticia, vernos así supongo que fue diferente. Nos sentamos en la punta, junto a Alejandro y a Sinuhe. Camila a mi izquierda y los Porcella frente a nosotras. ¿Como pueden ser tan cínicos? ¿Como puedo yo estar aquí sin golpearlos? Camila tenía sujetada mi mano por debajo de la mesa y Patrick no dejaba de mirarla. La comida se sirvió y, luego de unas palabras alentadoras por parte de Alejandro, comenzaron todos a comer. Me acerqué a Camila y le susurré un buen provecho, mi vida. Seguido de un corto y casto beso en los labios, como siempre hacíamos cuando íbamos a comer. Al mirar nuevamente al frente los labios de Patrick formaban una delgada línea, lucia molesto y algo le susurró a su padre quién asintió y llamó a uno de sus guardias, susurrandole algo en el oído también para luego irse. Le reste importancia y trate de concentrarme en Camila quien se había relajado un poco.

Camila: Prueba esto...

Tomó algo con su tenedor y lo llevó hasta mi boca, yo lo comí y sonreí pues estaba delicioso. Le pedí que me sirviera un poco sobre mi plato y ella con gusto lo hizo. Habían varias parejas hablando como nosotras. Alejandro con Sinu. Un par de oficinistas. Verónica con Paula. Y todos lucían felices. Excepto el chico con cara de modelo frente a mi. Pero no quise darle importancia y dejé de mirarlo. Cuando llegó el postre, Camila puso una fresa frente a mis labios y yo la mordí, ella comió la otra mitad. Yo corte un poco del brownie que estaba en mi plato y, junto con helado, lo puse frente a ella, me dedicó una sonrisa hermosa y comió. Como había demasiado para probar, Camila comenzó a ligar varios postres y nunca le importó que estuviéramos en público aunque todos estaban en su propio mundo.

Camila: Prueba tu primero.

- Vale...

Ella lo puso en mi boca y me miro expectante. Yo asentí y sonreí mientras lo terminaba de comer.

- Está realmente bueno.

Camila: ¿En serio?

Yo asentí.

KilometrajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora