2.Ella

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Y de pronto, el mundo se vuelve invisible ante los ojos de ella.
Te vuelves estúpido en cuestión de segundos y te controlan las hormonas.
En mi caso, no recordaba como hablar solo la miraba y ella a mi.
Parados uno frente al otro y sonriéndonos como tontos, diciendo todo con una mirada, yo pasmado y ella calmada.
Toco su cabello una y otra ves como si estuviera nerviosa, su aroma era delicioso.
Cabello castaño, piel morena clara, estatura media, ojos hermosos y sonrisa maravillosa.
Me enamore.

-¡perdón! que tonta, siempre he sido despistada. Lo siento-
Me lo dijo preocupada.

-oh no, no te preocupes, yo tampoco tuve cuidado-.Respondí

No dejábamos de mirarnos y me dijo.

-bueno, creo que ambos somos torpes, jaja-
toco su cabello y me sonrió.

Claro que estaba coqueteando conmigo,esa risa fue extraña, soy lo demasiado maduro para saberlo. ¿y ahora? ¿que debo hacer? ¿como contestar a eso? .

-bueno, debo ir a clase-
Soy un perfecto idiota.

Miro la hora en su reloj y me dijo.

-si lo se, yo también voy tarde. Bueno nos vemos, fue un gusto-

Extendió su mano para despedirse. Respondí su saludo.

Nunca había tomado unas manos tan mas suaves y delgadas, como las manos de las muñecas barbie, apretamos y movimos las manos un par de veces.

-¡claro suerte!-
Respondí.

Ambos tomamos nuestro camino y cuando paso a un lado de mi decidí voltear a mirarla.
Ella también volteo y me vio mirándola ¡Diablos! Se suponía que no voltearía, desvíe la mirada un poco pero ella no lo toma a mal, levanto su mano y me dijo adiós mientras caminaba a su salón.
Por dios esa chica era bellísima, no cabe duda que cuando los padres se aman hacen cosas maravillosas. Quizá mis padres no se amaban tanto.
Por fin llegue a dirección, toque la puerta y mire a la secretaria, delgada, buen cuerpo, un poco despistada, con lentes y tacones enormes...me dijo que pasara, me acerque al escritorio y le dije.
-hola,buenos días, mi nombre es Áaron, soy nuevo aquí y no se donde esta mi salón.

-¡hola guapo! Ok veamos, ¿ En que te puedo ayudar? -
Me pregunto.

-se lo acabo de decir, soy nuevo y no puedo encontrar mi salón-
De verdad era despistada.

-¡Oh si lo siento estoy un poco atariada jaja! Es el primer día-
Reía ansiosamente mientras sacaba un mapa de la escuela.

Yo solo estaba parado frente a ella mirando lo extraña que era.

-¡Oh aquí esta! Ok guapo, sigue las instrucciones de este mapa y llegaras a tu salón, y rápido porque ya comenzaron las clases.¡corre, corre, corre! -

Movía sus manos haciéndome la seña de que me esfumara de ahí, ¡como a un perro!
Y yo solo conteste. ¡Gracias!.
¿Que si la secretaria de la escuela estaba loca? , yo diría demasiado, que primer día tan loco hasta el momento.
El mapa en realidad era sencillo, hasta se tomo la amabilidad de señalar con puntitos el camino.

Llegue rápido al salón, pero la puerta ya estaba cerrada, otro momento incomodo, ahora debería tocar la puerta y todo los de mi verdadero salón me voltearían a ver y yo con esta falta de confianza, ¿que mas podría salir mal?
Casualmente cuando te haces esa pregunta, todo puede salir mal.
Toque la puerta y escuche una voz gruesa detrás de ella decirme.

-adelante-

Abrí la puerta lentamente y efectivamente, todos me miraban, pero no con cara de morbo, era una cara diferente, una cara de esas, cuando haces algo malo y tus hermanos saben que saldrás regañado.
Mire al profesor que estaba sentado ya en el escritorio y le dije.

YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora