5. Destino

82 4 1
                                    

Normalmente me gustaba discutir conmigo mismo.
Me gustaba filosofar sobre lo que había echo en el día y de unos meses para acá en todos mis días estaba Zoé.
Me la pasaba horas pensando en si había actuado bien cuando la mire, ¿en que pensara? y en sus hermosos ojos.

La vida real es diferente a las películas, la chica linda nunca se queda con el chico feo.
Quizá sea cierto o quizá no. Todo depende de mi, como quisiera hacerlo, quizá puedo romper ese mito o resignarme y dejarla ir.
Había algo de lo que escuchaba hablar demasiado, le llamaban destino.
Nunca creí en el, yo fui de los que siempre pensaba que todo lo que pasaba era por pura coincidencia.

Ese día en el receso la mire sentada, en una de las bancas de la escuela con Eliza y decidí "espontáneamente" sentarme junto a ellas.
Extrañamente no estaba rodeada por esos trogloditas a los que llamaba amigos, era el momento perfecto que debía aprovechar.
Me acerque a ellas y me senté en medio de ambas, ella llevaba una falda ligeramente arriba de las rodillas y sin saber su reacción puse mi mano en su pierna y la sobe un poco.

-¡demonios!-
Le dije, mientras ambas me miraban confundidas.

Levante mi mano y la lleve a mi boca como cuando te astillas con algo.

-tienes púas o algo así, debes rasurate seguido-
Bromie.

Extrañamente la broma funciono, ambas rieron y Zoé no lo tomo nada mal.

-claro que no, estas loco-
Me dijo mientras reía y revisaba mi mano.

-¿como no? Mira bien-
Le mostré mi mano.

Obviamente no tenia nada pero la broma funcionaba y seguí en el papel de lastimado.

-eres un mentiroso no tienes nada-
Empujo ligeramente mi mano mientras reía y me miraba.

Esas miradas con las que sabes que le gustas a alguien.
Me levante y le dije.

-bueno me retiro, iré a la enfermería, luego te cuento como me fue-
Sostenía mi mano como si en verdad estuviera lastimado y camine.

La mire un par de veces mientras me retiraba y la miraba riendo aun por lo sucedido y hablando de ello con Eliza, termino el receso y regrese a mi salón, tenia tantas ganas de hablar con ella de nuevo y solo pensaba en que decirle durante toda la clase.

19 de octubre del 2010.

Recuerdo perfectamente esa fecha, solía mirar a Zoé a la hora de la salida.
Observaba lo que hacia como un pequeño espía, miraba que su madre siempre la esperaba a una cuadra después de la escuela y que se retiraba.
En mi mente nunca paso en ningún momento hacer lo que hice... Solo sucedió.

Ella salio de la escuela junto a Eliza, yo iba un poco atrás pero no tan distante siguiendo sus pasos, caminaron unos metros y fue ahí donde las alcance, me metí entre ambas y las tome de la mano para disimular un poco, Zoé me miro confundida y Eliza solo se reía.

-¡espera!¿Que haces? ¡Sueltame!-
Exclamaba Zoé.

Pero yo estaba tan confundido y nervioso que solo pensaba en no sudar.
Caminamos unos metros mas.

-sueltame, mi mama viene por mi y si me ve así me regañara-
Decía Zoé nerviosa y agitada.

Quise soltar su mano pero estaba tan cerca de ella que no podía hacerlo.
Mire a Eliza y le pregunte.

-¿es cierto eso Eliza?

-si,no la dejan tener novio-
Contesto con un tono sarcástico, pero parecía decir la verdad.

Mire a Zoé y ella a mi y en su rostro miraba que me pedía no soltar su mano o quizá eran mis ideas, pero casi estaba seguro que era así.

-pues esperemos que no nos vean porque ambos seremos regañados-
Le Sonreí y la tome mas fuerte de la mano y camine.

YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora