Un trato para amarnos

Conmigo, siempre.

Comencé queriéndote. Poco a poco, dejándonos llevar por la ilusión. ¿Nos importó? ¡Claro que no! Que no hay mejor sentimiendo que el de ser querido. Nos fuimos metiendo en un río de deliciosas conversaciones y uno que otro coqueteo. Te fui visualizando en mis sueños como un "algo" inexistente en la vida real. Te transformaste en la dulce melodía de mis placeres, te convertiste en el latir de mi alma. Tu boca dibujaba esa pícara sonrisa que me ilusionaba.

Nuestro "amor" fue prohibido desde el principio. Un alma hermosa se interpuso entre nosotros y te arrancó de mi piel con una pinza de acero. A pesar que lloré un río de desilución decidí seguir queriéndote.

Tomé la decisión de continuar con esa locura con sentido. Honestamente, no esperaba quererte, no esperaba sentirte.

¿No se te hace raro como nos llegamos a querer tanto en un lapso muy corto de tiempo? ¿No crees que es fantaseoso e imposible? ¡No entiendo como no lo ves! Tu y yo somos diferentes al resto de ellos. Ellos finjen quererse, mientras nosotos finjimos ser amigos. Somos el uno para el otro, pero te ciegas a verlo y me dejas en este abismo sola, sin compañía alguna.

Me acabo de dar cuenta. Ocurre lo que temía... Estoy enamorada. No quería pero al mismo tiempo no hice nada para evitarlo. Dejé que entraras lentamente a mi ser. Permití que tus palabras me arroparan. Permití que tu dulce voz me acogiera y me guardara dentro de sí.

Le di la bienvenida a tus murmullos silenciosos que me hablan con una mirada. Con una sonrisa de tus ojos razgados. Tus carcajadas alimentan mi cordura.

Te quiero tanto. Quiero amarte desinteresadamente, sin limites, con cariño... Quiero tenerte conmigo en cada momento de mi vida. Quiero compartir tristezas y alegrías. Quiero besar cada miedo de tu alma... Muero por quererte sin retorno.

Quiero amarte sin prisas, sin emociones, sin ilusiones, con realidades y fantasías. Muero por tenerte cerca, conmigo. Siempre.

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