"¿Que hago?"

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Kyle POV:

Dos horas. Dos horas habían pasado desde la llamada; en ese entonces Melissa ha de haber llegado a las Vegas. No sabía por dónde empezar a buscar a mi padre, había desaparecido hace más de un mes y nunca se había vuelto a comunicar con nosotros. Tenía que actuar rápido, la vida de Melissa corría peligro.

Intenté llamar a todos los amigos de mi padre pero pocos habían vuelto a hablar con él desde hace más de 2 meses. Estaba completamente desesperado, daba vueltas por toda la casa intentado dar con una pista que me hiciera llegar a él.

Mi padre no era un hombre de muchas palabras; siempre iba a trabajar a muy tempranas horas y desde entonces jamás imaginé verlo involucrado en el negocio de la mafia pero tampoco dude que no podía estar en el.

Recorrí el mismo pasillo una y otra vez intentando acercarme más a mi objetivo; la imagen de un cofre llego a mi mente. El cofre que mi padre siempre tenía bajo llave; baje corriendo las escaleras del sótano e intente abrir la única puerta que me alejaba del cofre; intente empujar varias veces la puerta pero esta no se abría fácilmente. Estaba agotado de tanto intentar, pero no podía darme por vencido, Melissa era la única fuerza que me hacía correr y golpear fuertemente la puerta hasta tumbarla en el suelo; trate de calmar mis jadeos incontrolables y corrí hasta el cofre que también se encontraba bajo llame; intente buscar en los alrededores de la habitación; en las gavetas del escritos; rompí todas las cosas que estaban a mi alcance pero en ningún lugar estaba la llave; mis manos estaban ensangrentadas por los filos de madera de las gavetas rotas, pero aun así no podía parar aquí; la voz y el rostro de Melissa me llamaban a gritos que fuera por ella.

Intente buscar algo filoso para abrir el cofre, pero nada parecía estar a mi favor; corrí nuevamente a la sala superior y entre a la cocina en busca de un cuchillo, cuando lo encontré volví a bajar a la planta baja, Junto al cofre e intente abrirlo una y otra ve, pero este nunca se abrió.

Me senté frustrado en el suelo con mi cabeza entre ambas manos; podía sentir como las lágrimas y la ira, la impotencia y el miedo se juntaban; me pare nuevamente y golpee el cofre una y otra vez; lo tire; lo pisotee; pero no se abría. A un costado de la habitación pude divisar un martillo entre todas las cajas y trozos de gavetas; corrí a él y con todas mis fuerzas lo estampe una y otra vez sobre el cofre hasta que esté quedara completamente destruido.

Me dejé caer en el suelo mientras entre los trozos de madera buscaba las cosas que habían dentro; entre todos los trozos pude encontrar una llave, un teléfono, una agenda y un mapa.

Coji las llaves y las guarde en los bolsillos de mi pantalón mientras ojeaba una y otra vez la agenda que estaba guardada en el cofre; en esta habían muchos nombres con números que para mí eran desconocidos; leía uno por uno los nombres hasta que mi vista se queda fijo en uno "el gran lobo" se leía en el papel que tenía en mis manos. ¿Era el? ¿Él es quien tiene a Melissa?; coji el teléfono que tenía en mi manos y fui directamente a los mensajes del celular, mucho eran enviados de un tal Matías; y unos cuantos de un tal Juan; todos los mensajes decían los mismo "Gracias por tu visita, esperamos volver a verte el próximo mes"; eran enviados desde hace 3 meses; uno de ellos llamo completamente mi atención fue enviado la semana pasada y era de Matia. Decía:

"De Matías:

Señor McGabe hemos estado infiltrados desde hace 2 semanas en los negocios de el Gran lobo; la mercacia está repartida por todos nuestros barcos; una cuarta parte de estos están dirigiéndose a Wisconsin y los otros a Minnesota; nuestra estrategia a dado resultado; esperamos verlo pronto para establecer nuevamente los acuerdos"

Enviado el 13/09/2013.

Volví a releer una y otra vez el mensaje y por instito revise el mapa que sostenía sobre mi rodilla izquierda; en el mapa habían 3 lugares marcados; precisamente dos de ellos real Wisconsin y Minnesota, el último era Chicago.

Cuando intente pararme la agenda cayó de mi regazo al suelo y una imagen se desprendió de esta por los aires, recogí la imagen del suelo y una cabaña a los lejos se veía desde lo más profundo de un bosque; reconocí perfectamente el lugar; era la pequeña cabaña que teníamos cuando pequeños; pensé que mi padre la había vendido hace más 12 años ¿pero porque recien encuentro una foto de esta?; la cabaña no se encontraba muy lejos de Chicago. Estaba en un pequeño pueblo de que desconozco el nombre; la pequeña cabaña se encontraba en un bosque lejano a la ciudad, muchos se alejaban de este; por las distintas historias que habían sobre el; lugar perfecto para reunirse. Mi primera pista.

Ojee la parte de atrás de la fotografía y pude encontrar una dirección. Perfecto.

Recogí todas las cosas que necesitaba; ropa, dinero, el mapa, el celular, la agenda, Mi celular y mi pasaporte.

Escuche la puerta principal abrirse y baje las escalas rápidamente.

"¿Kyle? Estás pálido ¿te encuentras bien?" Era Sebastián; mi mejor amigos.

Conocía a Sebastián desde hace 17 años; es básicamente como mi hermanos, podía contarle cualquier cosa y sabía que siempre me escucharía; no tuvimos tiempo de seguir juntándonos por todo lo que había pasado con mi familia y Melissa, pero aun así lo mantenía al tanto cada vez que podía; Sebastián era un tipo alto; de cabellos castaños y ojos grises; podía ser intimidante cuando lo vez por primera vez, pero una vez que conectas una conversación con él puede ser la persona más amigable e infantil; también era considerado mujeriego pero a diferencia de él y mía; era que el no había encontrado a alguien que lo domara.

"¿Kyle?" Volvió a llamarme.

"Necesito tu ayuda" todo. Cada parte de mi cuerpo se tensaba cada vez que le contaba a Sebastián lo que había sucedido, desde la caída de Melissa hasta la llamada.

"¿En qué puedo ayudarte?" Ahí está, el mismo amigo desde hace 17 años; el mismo que puede ser infantil pero al mismo tiempo el más serio.

"Necesito que viajes conmigo"

"¿Dónde?"

"Principalmente a las Vegas"

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Sebastian en portada.

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