Kyle's POV:
Libertad fue lo único que se me vino a la mente una vez que las cadenas fueron rotas, me pare inmediatamente y fui trotando hacia la pequeña ventana, a lo lejos se podían ver unos cuantos hombres rodeando los árboles, sería difícil pero no imposible pasar por sobre ellos.
"¿Cómo lo haremos?" Pregunta Sebastián a mi lado.
"Solo sígueme" fui directo a la puerta y me agaché con mis ojos puestos en la cerradura.
"Pásame el cuchillo" había intentado esto una vez antes, digo, tampoco fue que no me metí en problemas, era un chico intranquilo y un tanto rebelde; intente abrir la puerta con el cuchillo unas cuantas veces y no fue hasta la quinta cuando por fin se escuchó el clic. Mire hacia ambos lados del pasillo y volví mi cabeza para atrás para decirle a Sebastián que me siguiera, las pareces del pasillo eran del mismo material que el de la cabaña, madera; habían unos cuantos cuadros pegados en las paredes y una pequeña mesa acompañada de un espejo una en el que el pasillo estaba completamente despejado corrí junto a Sebastián a las escales que daban pasó al sótano.
Sebastián a mi lado mirada en todas dirección, buscando hasta el mínimo movimiento mientras yo intentaba abrir otra cerradura; unas pisadas se escuchan en el pasillo y Sebastián y yo compartimos miradas.
"¿Escuchaste eso?" Pregunta Sebastián y yo evite responderle, e incluso intente romper la cerradura pero esta no se abría.
"Mierda" los pasos a nuestra derecha se iban intensificando y mis manos se movían con mayor rapidez.
"¡Kyle date prisa!" Susurra Sebastián.
Los pasos cada vez estaban más cercas y cercas, y entre los nervios de Sebastián y los míos, podía sentir las gotas de sudor llenar nuestras remeras. Están cerca lo sé, están a un solo paso de nosotro, con un solo movimiento estaremos completamente perdidos; intente manejar más velozmente mis manos y justo en el momento en el que pude ver uno de los pies de los guardias, las puertas se abrió.
"Corre"
Y eso hicimos, corrimos a la parte baja de la casa y volvimos a cerra la puerta antes de que nos descubrieras. Esto es lo que siento, alivio, siento el sudor recorrer mi cuerpo, siento el miedo en los ojos y finalmente siento odio.
Uno vez que bajamos las escaleras pude ver el pequeño despacho de cuando era un niño, siempre solía venir aquí cuando estaba estrezado, ya que era el único lugar en el que podía salir sin que nadie se diera cuenta de que no estoy. El despacho estaba cubierto de cajas por todos lados, lo que me pareció extraño ya que era la única persona que conocía este lugar, me acerco a una caja en la que se lee "Privado". Dentro de la caja solo hay un pequeño libro y un mapa.
"¿Qué es eso?" Pregunta Sebastián.
"No-no lo sé" pero si sabía que era. Y este es el momento justo en el que me doy cuenta de que siempre he estado sobre el blanco incorrecto. Dentro del libro se podía leer el nombre de mi madre con sus propias letras y en las siguientes páginas imágenes de personas con una gran equis roja sobre sus rostros, pasó todas las hojas y en la última había la imagen de un hombre joven, de unos 35 años con una niña de ojos saltones, esta imagen no tenía una equis, pero podía reconocer las personas que están en ella. Melissa y su padre.
"Tenemos que irnos de aquí" le digo a Sebastián y quito todas las cajas que se interponen en mi camino, cojo el mapa y lo guardo en el bolsillo.
"Ayúdame a quitar estas cajas, tenemos que cruzar del otro lado"
"¿Del otro lado?"
"Tras todas estas cajas hay una pequeña puerta que conduce a un túnel"
Y efectivamente tras todas estas cajas todavía estaba la misma puertecita por la cual me escapaba todas las noches.
Cruzamos por la puerta y atravesamos el túnel completo, el túnel era un poco viejo, estaba sucio y con goteras que llenaban el suelo de agua.
"¿A dónde conduce este camino?"
"A la parte en la que dejamos el carro" le respondí mientras leía el mapa que estaba en la caja; desconocía completamente esta dirección; era en el mismo estado en el que nos encontrábamos pero un poco más retirado.
Nunca pensé que ni madre podía poseer cosas en distintos lugares del estado, pero tampoco pensé que podía ser la causante de todo esto, así que no sé qué más pensar.Veo la luz que nos indica la salida y aumento el paso,no es hasta que estamos llegando que me doy cuenta de que algo anda mal, lo presiento.
"¿Estás bien?"
"Tu cuchillo"
"¿Qué?"
"Tu cuchillo, pásamelo sebastian"
Una pequeña sombra se veía desde el otro lado de la salida. Agarre el cuchillo con la mano derecha mientras me agachaba por instinto."Quédate atrás" le digo a Sebastián, a lo que no responde.
Camino más rápidamente a la salida y pude ver cómo un arbusto se movía desde lejos, me acerqué lentamente a él y cuando iba a impactar el cuchillo sobre este, un conejo salió del arbusto.
Dejé escapar un suspiro "no era nada" y cuando volteo Sebastián no estaba.
"¿Sebastián?"
"¿Sebastián?"
Camino de vuelta al túnel y pude ver a Sebastián tirado en el suelo; corro hasta el y me agacho.
"¿Sebastián estás bien?" Lo agito.
"Si" responde.
"¿Qué mierda Sebastián?"
"¡Dijiste que me quedara aquí!"
"Mierda si, pero no que te hagas el muerto"
"¿Qué? ¿Te preocupaste?" Sonrie.
"Callate y conduce"
Todo el camino he intentado averiguar a donde nos conducirá este mapa, y aunque no tengo idea de qu definitivamente debemos ir ahí.
Mi teléfono comienza a vibrar y en la pantalla se lee "desconocido". Cuelgo el teléfono, no quiero bromas ahora; me es solo cuestión de segundo para que vuelva a vibrar y esta vez si lo cojo.
"¿Si?"
"¿Kyle eres tú?" Su voz, su voz; era ella, lo sé, estaba tras el teléfono.
"Dios, Melissa, ¿eres tú?"
"Kyle tienes que sacarme de aquí; tu-tu madre, ella, ella está detrás de todo esto, tengo miedo kyle" podía escuchar su voz tiributear.
"Melissa, voy a ir por ti, lo prometo, pero tienes que decirme el lugar en el que estás"
"No lo sé Kyle, yo-yo no lo sé"
"Dime que vez, todo lo que veas"

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¡Bésame!
RomansaLa vida siempre tiene dos puntos de vista; la que vives y la que los demás viven de ti. Un punto de diferencia en el que ni tú sabes lo que piensan, ni ellos saben lo que vives; y un punto idéntico en el que, tanto tú como ellos, asimilan vivir amba...