Capítulo 3: Hunger, su hogar, España

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Siempre me pareció que War era arrogante, pero ahora no me lo parece, sino que lo sé. Es arrogante, egocéntrica, creída y egoísta.

Aun así, Blasphemy la quiere en nuestro equipo y a mí no me parece una mala elección. Es una jugadora excelente, al menos dentro del Coliseo, de donde no ha salido nunca, o eso asegura en la entrevista que le están haciendo ahora mismo en Gamer TV.

Termina de contestar una pregunta, y todos los periodistas alzan sus manos y gritan su nombre para que ella les preste atención. Algunos, aprovechando que son hadas curativas, magos o hechiceros, hacen brillar su cuerpo o algún objeto para que ella se fije. Pero el criterio de War a la hora de elegir es imprevisible.

De pronto señala a un jugador con media melena, barba de cinco o seis días, aspecto humilde, vestido como un clérigo, de ojos color gris y altura considerable. El hombre empieza a hablar, y su voz transmite tanta tranquilidad que me acomodo un poco más en el sofá:

-War, eres admirada y aclamada por miles de jugadores, ¿no crees que el mensaje que das debería ser menos egoísta? - pregunta, y coincido con él.

-¿Qué quieres decir? - pregunta la guerrera, achinando los ojos.

-Quiero decir que mucha gente se ha suicidado por morir en El Juego. No digo que todo jugador que hayas matado ficticiamente se haya suicidado, pero sí hay gente que lo ha hecho. Tu objetivo, como varias veces has dicho, es simplemente divertirte y llegar a ser el mejor jugador de Coliseo, pero aún así, ¿no crees que matar gente por ese fin es muy egoísta? - explica el hombre con tranquilidad.

Pocas veces War hace caso de preguntas largas como ésta, pero en esta ocasión responde:

-Yo no mato gente. Yo mato jugadores. Si la persona que hay detrás de ese jugador se suicida, es cosa suya, y si es tan patético como para dejar que su vida dependa de lo que le ocurra en El Juego, no debería haberse enfrentado a War.

>>Y sí, es egoísta, pero todos los que usamos El Juego como juego y no como red social estamos aquí por motivos egoístas. La gente quiere fama, o gloria, o abstraerse, o ser el mejor jugador de todos, o invencible, o encontrar a Gabriel - explica, y la cámara, mientras habla, se va acercando a ese rostro con cicatrices aquí y allá.

Tras unos segundos de silencio, exclama en voz alta y clara:

-¡Siguiente pregunta!

Suspiro. Encontrar a Gabriel y llevarlo de vuelta a casa. La primera e imposible misión de El Juego. Jugadores de todas las edades, de mayor y menor antigüedad o nivel, por grupos o individualmente han intentado pasarla, pero nadie lo ha conseguido.

Por otro lado tiene sentido, ya que es un juego en tiempo real. Si fuera fácil de pasar, cualquiera lo habría hecho y el resto de jugadores tendrían que desbloquear una segunda misión.

Está hecho así para que todo el mundo pueda desbloquearla y buscar a Gabriel para traerlo de vuelta con Hell, que es su esposa en Pangea. Y eso que tantos han intentado es lo que voy a intentar yo ahora con Blasphemy. Una idea alocada, sí, pero ella y yo pensamos que con un buen equipo y sin basarnos demasiado en revistas y foros, abriendo nuestro propio camino, podemos conseguirlo.

De momento en el equipo sólo estamos Blasphemy y yo. Ella es una hechicera de raza demonio, así que tiene predisposición para utilizar hechizos de magia negra. Es de nivel ciento cincuenta, una cifra un tanto baja para el tipo de aventura que queremos emprender, pero tiene gran habilidad con los hechizos y eso son puntos a su favor, además de que tiene todo lo que un líder necesita: es valiente, se organiza rápido, su voz se oye a kilómetros y sabe escuchar.

Sangre sobre el panDonde viven las historias. Descúbrelo ahora