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al principio michael pensaba que se podría librar de comer hoy, que luke se cansaría y lo dejaría en paz por fin, pero no. se quedó a su lado toda la hora, hasta que al final michael comió, y se sentó con él en cada clase que tenían juntos.

“¿qué tal si te acompaño a casa?” preguntó el rubio con esa sonrisa que parecía que nunca se iba de su cara.

michael lo miró extrañado y por un momento pensó en rechazar su invitación, debido a que su padre nunca aceptaría que volviera a casa acompañado (y menos con un chico), pero luego recordó que hoy se iba con su madre y que realmente no quería estar solo en el camino, como solía estarlo. así que aceptó.

en el camino ambos iban callados cargando con sus mochilas. el peli-azul se tomó un momento para levantar la vista del suelo y mirar de reojo a luke.

«se ve tan lindo de perfil...» pensó y suspiró. 'lindo' no era una palabra que se pudiera aplicar a alguien como él. en cambio, a luke se le quedaba corta. Él era más que lindo, pero michael no lo era lo suficiente como para que se fijara en él.

por su parte, luke de vez en cuando miraba de reojo a michael, admirando su rostro de perfil. vio sus orejas de gato negro, las cuales le parecían lo más cute del mundo. su pelo teñido de azul, el cual no había tenido la oportunidad de tocar, pero que estaba seguro de que sería muy suave. Su rostro tenía ojos grandes y verdosos, piel inusualmente pálida y labios rosados.

todo en él le parecía lindo, pero luego había más. su personalidad en sí era misteriosa y tímida a la vez. nunca había visto en el instituto a alguien que siempre estuviera solo y que hacía quizás demasiadas visitas a la sala de música, y eso le parecía curioso.

mientras el rubio estudiaba el rostro de michael por décima vez, éste se giró para hacer lo mismo. cuando sus miradas conectaron, rápidamente ambos miraron hacia el frente siguiendo su camino. michael sonrojado, luke nervioso.

Cat ears ↭ clemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora