...por favor, sálvala...

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Narra Tania

Los padres de ella estaban sentados, en la sala de espera, en los mismos sitios de aquella vez, hace 3 meses.

Yo no me podía estar quieta.

No paraba de ir de una parte a otra de la sala, ya medio llorando de desesperación

Llevaban 2 horas de operación. Segun la enfermera, "no había novedades", pero la expresión de su rostro indicaba lo contrario.

Algo iba mal...ella lo estaba pasando mal, y yo no podía hacer nada, más que esperar.

Bueno...en realidad lo único que podía hacer era rezar y desear con todas mis ganas que mi pequeña despertara.

Decidí sentarme en el primer asiento que encontré, pero no paraba de mover las piernas, y mis manos temblaban cuando las entrelacé, miré al suelo y rogué, no sé si a ese tal Dios, o a quién. Yo sólo quería que alguien me ayudara...

...... .... .... .... ... ... ... .. .. .....

Narra Yamy

Vamos, Yamy, puedes hacerlo pensé intentando animarme.

Y de hecho yo sabía que podía si quería. Pero...no podía despertarme en medio de la operación.

- por ahora, tu solo resiste - me había dicho el médico hacía solo unos minutos.

Suspiré en mi interior.

Si...por ahora, lo que debía hacer era aguantar.

Me dio la sensación de que habían pasado horas y horas. Los médicos maniobraban sin casi hablar, yo notaba cosquilleos en mi cabeza, pero no precisamente agradables. El médico no paraba de repetirme que aguantara, y parecía que mis latidos iban más o menos bien. Todo estaba bien, hasta que...

- cuidado con ese, es muy pequeño- dijo el médico. - claro - dijo el otro, el que estaba pendiente de mis latidos.

De repente sentí un cosquilleo demasiado violento, más de lo normal. Me asusté, y mis latidos aceleraron de una manera muy alarmante.

De repente oí ruidos por todas partes, las enfermeras iban y venían trayendo cosas que el médico pedía. - ¡¡te dije que tuvieras cuidado!!- gritó el doctor al otro médico. - ¡¡fuera de aquí, al final la matarás!!- El otro no habló, pero oí la puerta abrirse.

Mis latidos iban muy acelerados...de repente vi una luz.

Me sorprendí. Llevaba ya 3 meses en la completa oscuridad...y de repente, ¿una luz? Hice ademán de extender un brazo que ya sabía que no tendría, porque todo esto ocurría en mi mente. Pero...vi una sombra. La sombra que se formaba con la luz. Si que tenia brazo.

Pero era extraño. Me miré las manos. Tenían la forma normal pero...no tenia piel ni carne. Sólo las venas, las cuales eran de un azul florescente.

Así que asi es el yo de mi mente... pensé.

Volví a centrarme en la luz, la cual se acercaba cada vez más a mi.

Oí un eco de los pitidos de mi corazón...pero ya no me importaba. Ahora no podía pensar en nada. Aquella luz...era hermosa. Y sentía que me llamaba.

¿Que habrá al otro lado? Pensé.

Extendí mi extraño brazo hacia ella, y esta le bañó de luz, haciéndole casi invisible.

No...no invisible. Lo que pasaba era que la luz estaba asorbiendo mi brazo.

- ¡señor, la perdemos!- oí de repente.

Pero no me importaba....esa luz....

- ¡¡no, no, no!! ¡¡Yamy, tienes que aguantar!! - oí decir a aquel médico. Pero yo no le escuchaba.

La luz...

Esa luz...

Me llamaba...

- ¡¡maldita sea hay gente ahí fuera que te ama!! ¡¡Tienes que vivir!! - le oí decir.

Pero esta vez, le escuché.

Miré a mi derecha, siguiendo la voz. Allí había una luz, pero era distinta y más pequeña. Y no tenía una luz cegadora, no, había algo.

Se veía una persona.

Era el médico.

Pelo negro y gafas. Unos ojos negros me miraba con desesperación a través de esos cristales redondos.

Vi que alguna que otra lágrima asomaba por sus ojos. - por favor...- dijo. Cerro los ojos con fuerza y sentí que me zarandeaba, suplicándome que resistiera.

Le miré con curiosidad, pero, no se por qué, todo aquello me era indiferente.

Esa luz...me estaba haciendo perder las emociones.

La miré. Seguía ahí, traándose mi brazo, absorbiéndome...

si dejo que me absorba, moriré.

Quería apartarme, quería despertar. Pero...era como si detrás de la luz alguien me estuviera diciendo que para qué, ¿para qué vivir?

¿Para volver al trabajo, viendo todos los días a una niña que es hija del amor de mi vida...?

Ese amor de mi vida que se fue a otro país, sin siquiera buscarme cuando volvió a esta ciudad.

Eso era lo que la luz me decía. Pero...

- danos otra oportunidad a todos - dijo el médico, ya llorando.

Le miré. Y sonrei. - de acuerdo- dije en alto.

Esta vez si me oí.

Bajé el brazo de la luz, y volvi a quedar en oscuridad. La luz se quedó ahi unos minutos más, pero yo negué con la cabeza, sonriendo. - lo siento, aún no - dije, aunque no sabía bien a quién se lo decía.

Luego mirá a la luz pequeña, a la realidad.

Y supe lo que tenía que hacer.

..... ... ... ... ... ... ... ... ... .......
Narrador

La má quina que marcaba el pulso de Yamy mostró una linea completamente recta en su pantalla, con un "piii" contínuo.

Todos los presentes bajaron la cabeza, sabiendo bien qué significaba aquello.

Pero entonces...

"Pi pi, pi pi" la máquina marcaba unos latidos pequeños y débiles, pero se fueron haciendo más fuertes y contínuos.

El médico levantó la cabeza.

- ¡Respira! - dijo una enfermera. Todas se acercaron para cuidar que los latidos siguieran ahí. El médico se quedó parado, mirando.

Seguía llorando, pero ahora también sonreía. - Está...¡está viva! - se puso a llorar como nunca en su vida.

Nadie entendía por qué estaba así.

Y nadie jamás lo entendería.

Sólo ellas dos...

tendré...tendré que decirles quién soy, cuando ella esté mejor pensó.

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Narra Tania

Yo ya no podía aguantar más. Necesitaba saber cómo estaba.

Me levanté, dispuesta a entrar en el mismísimo quirófano. Pero entonces me choqué con la enfermera, la cual me obsequió con una sonrisa radiante.

- ha despertado - dijo.

Loca por un ángel (yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora