Minha

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 Hacía casi un año que estaba encerrada en la mansión. Literalmente encerrada. Rowena había echado a toda la gente que había trabajado por años con mi padre y me había dejado rodeada de gente extraña que hacia sus tareas sin hablarme y si quiera mirarme.

No podía salir de la casa. Ni si quiera ir a mi precioso acantilado. Trataba todos los días como ritual  tratar de abrir las puertas pero ninguna cedía jamás. Rowena no estaba tampoco. Solo venia de vez en cuando a hablar con la servidumbre y a penas me miraba.

Lo único que podía leer eran los extraños libros que me había dejado. Mi biblioteca personal estaba cerrada. Me habia alejado mi unico consuelo. Mis libros. Ella me habia dejado unos veitne tomo de  Libros sobre brujas, vampiros, lobos. No eran libros de cuentos. Eran libros donde te informaban sobre cada especie. No eran cuentos, no lo parecían. Solo sabía que en este año que había estado encerrada en esta casa conocia todas las especies mitológicas que había en cada libro.

Y en las noches soñaba. En la noche sola en mi cama cerraba los ojos y soñaba con Velkan. Yo paseaba por el jardín a la luz de la luna y el caminaba a mi lado. Nunca hablábamos pero siempre estaba a mi lado. No me tocaba pero sentía tu taco y siempre se despedía con la misma frase "vive para mí...". Despertaba con la sensación de que su mano había acariciado mi rostro.

El día de mi cumpleaños número 18 amanecí triste. No había soñado con Velkan. Y lo extrañaba. Tome mi desayuno como siempre sola y en silencio.

El personal se movía por la casa como si volara. Jamás los sentí. Se escabullían ni bien me veían como si tuvieran miedo.

Termine de desayunar y de pronto sentí la puerta del frente. Corrí al recibidor para encontrarme con Rowena. Vestía a la moda como siempre miro mi vestido negro con desprecio.

_ esta noche me desharé de ti y me convertiré en la bruja más poderosa del este asqueroso lugar_ dijo y la mire sin entender_ ¿no aprendiste nada de los libros que leíste? Era lo único que debías hacer, leer y entender._

_ cei que esos  libros solo hablaban de leyendas_ dije si entender

_ no son leyendas niña tonta, son seres que existimos en este mundo_ dijo con desprecio y luego se acerco a mí y movió su mano.

_ trata de abrir las puertas ahora_ dijo altiva. Corrí hacia la puerta del jardín y se abrió de par en par, después la de los costados de la casa. Después la de el fondo que iba directo al acantilado y sonreí. Al fin era libre. Pero cuando iba a poner un pie fuera de la casa se cerraron todas las puertas de golpe. Me di vuelta escuchando su risa maldita a mis espaldas.

_ debes creer pronto niña tonta. Esta noche se terminara tu encierro. Vístete con algo decente_ dijo misteriosamente y luego se fue.

Me quede pensando largo rato. Y luego me fui a dormir un rato. Mi cabeza daba vueltas con las cosas que había dicho Rowena. Sorpresivamente no fue tan extraño para mí. De alguna manera sentía dentro de mí que todo eso era real.

Desperté con el murmullo de gente por la casa. Cuando me levante vi un vestido en la silla. Era un hermoso vestido negro, largo que dejaba mi espalda y brazos al descubierto. Lo toque y era tan suave. Como si fuera de la seda más pura. A su lado había unos zapatos de tacón no muy alto.

Habia una nota " vistete y sal al jardin"  eso era todo.

Baje después de vestirme y salí por la casa. Las puertas estaban abiertas y el aire frio de la noche hizo volar mi cabello. Vi que el camino del jardín estaba iluminado y lo seguí. Al llegar al centro encontré un grupo de mujeres vestidas de blanco lideradas por Rowena.

De pronto dos fuertes manos me tomaron de cada lado y me asuste. Al mirar vi a dos hombres vestidos de blanco

_ Que..._ empecé a decir pero Rowena se adelanto

_ Esta noche nuestro aquelarre se volverá el más poderoso de todo este país, la sangre pura de esta joven me dará el poder de todas las bujas muertas en nuestras eras pasadas_

Los hombres me arrastraron hasta la pira que estaba en el centro y me recostaron mientras me sostenian con fuerza. Yo temblaba de miedo. Rowena de acerco a mí con una daga afilada y dijo unas extrañas palabras.

La levanto sobre mí y cuando iba a clavarla sentimos un viento huracanado que hizo a todos detenerse. Entonces ante la presencia de todos los arboles se abrieron, las flores cayeron y una voz de trueno retumbo en todo el lugar

_ ELLA ES MÍA_ y cuando mire había un hombre. Velkan.






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