Resentimientos, peleas y odio.

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5. Resentimientos, peleas y odio

(Pov Gon)

Me desperté, sintiendo unos cálidos brazos en mi cintura. Abrí mis ojos y atrape sus brazos entre los míos, esos brazos que me hicieron sentir tan bien hace apenas unas horas. Los recuerdos llegaban a mi mente, reviviendo esas tentadoras y tiernas sensaciones. Mas el timbre del celular interrumpió la escena, no quería levantarme pero si no lo hacia ese molesto ruidito despertaría a Killua y todavía no estaba preparado para enfrentarlo. Con un poco de resignación me levante busque entre mis ropas mi teléfono, y de paso vistiéndome, al encontrarlo vi la pantalla del aparato. Era un mensaje de Kurapika, que decía lo de la hora de encuentro y esas cosas. En ese momento vi la hora, eran las 6 am, quien mandaba un mensaje a esa hora? Aún era muy temprano, podía volver a dormirme pero ya me había despabilado.

Aun con todo ese ruido Killua no se había despertado, seguía teniendo el sueño pesado. Me acerque lentamente y deje un pequeño beso en sus labios disfrutándolo lo más psible, por ahora sería el último ya que tenía que averiguar el porqué de sus acciones. Según yo él estaba disfrutando tanto o más como yo lo que hicimos, más no estaba seguro, y si Killua solo lo quería para esas cosas? Él no era de esas personas o sí ? Hace 5 años no lo veía el, pudo cambiar tanto para bien como para mal. Aunque eso haya sido repentino yo lo había disfrutado y deseaba que se repita, pero necesitaba saber sus sentimientos como intenciones. No más pensamientos negativos! Me iré a bañar, preparare el desayuno y esperare a que Killua despierte para hablar. Asentí convencido eso era lo correcto o lo que quería creer que era correcto, hablar...que le diría? Tendría que confesarse? Aun no estoy listo!

Entre a la ducha, me despoje de mi ropa y comencé a pensar que y como se lo diría. No se me ocurrió nada... estaba en blanco, así que al salir de la ducha y cambiarme nuevamente camine hacia la cocina. Mientras preparaba el desayuno seguiría pensando y así lo hice solo que algo interrumpió el proceso. De nuevo era mi celular solo que esta vez no era Kurapika, sino Ging. La desesperación me invadió que le diría, le había dicho a Killua que no me iría, pero tampoco podía dejar a Ging solo con eso. Sin más decidí improvisar, como último recurso solo tenía que llamarlo a "el" para que me ayude, "el" me lo debía.

-Hola..?- Atendí sin mucha confianza

-Y bien...que harás?- De nuevo la desesperación pero junto con el nerviosismo apareció

-P-Pues no est-toy muy s-seguro- Dije la verdad no sabía que hacer

-Te necesitamos urgentemente, ya casi no nos quedan hombres, estamos desesperados- Aunque me diga eso el no sonaba desesperado en lo absoluto, podía jurar que estaba de lo más tranquilo. Pero no podía irme, tampoco quería así que utilizaría mi último recurso, lo llamaría a "el" para ya no darle más vueltas al asunto

-No iré, pero llamare a alguien para que valla. Estoy seguro de que los ayudara, aunque sea un poco psicópata y engreído- Dije eso último en un murmullo que estoy casi seguro no escucho.

-Bien, lo esperamos en la agencia- Dijo cortando la llamada, jamás se le quitaría lo cortante. Suspire cansado, problema solucionado solo debía mandar un texto, ni siquiera una llamada, un texto nada más.

Mande el bendito texto, apagando el celular no sin antes ver la hora. Pronto seria la hora de encontrarse con Kurapika y los demás y Killua seguía durmiendo. Tenía que despertarlo o bien podría dejarlo dormir e irme solo, pero hacer eso era de desalmados, así que con un poco de valor me encamine a la habitación.

Todo estaba a oscuras, ya que había cerrado las persianas, probablemente por eso seguía durmiendo. Así que las abrí haciendo el mayor ruido posible, al hacerlo se removió levemente tapándose la cara con una de las almohadas para seguir durmiendo.

Oh no, no lo dejaría. Me acerque lo mas rápido posible y le saque esa almohada de la cara. Ganándome una mirada de odio juguetón, aun sin su almohada estaba dispuesto a seguir durmiendo, pero antes de que pudiera hacer algo le tire una almohada a la cara, comenzando una guerra de almohadas. La habitación era un desastre, con el relleno de las almohadas en todos lados, olvidándome de la vergüenza y de todo lo que había pensado hace unos minutos atrás.

-Buenos días- Dije con una sonrisa y un leve sonrojo

-Buenos días- Dijo devolviéndome una sonrisa- que hora es?- Pregunto acercándose un poco

-Las 10- Si el tiempo se pasa rápido cuando piensas mucho- Vine a despertarte porque dentro de poco hay que ir con Kurapika y los demás- Dije aun sonriendo y notando como Killua acortaba la distancia entre nosotros, si lo dejaba hacerlo las cosas terminarían como ayer...

Así que me aparte, un poco, notando su cara de confusión ante esto. Antes de que pudiera decir o hacer algo, me abrazo con fuerza dejando su rostro a escasos centímetros del mío. Podía ver como su rostro adquiría color casi al mismo tiempo que el mío, y nos quedamos así un rato, aunque quisiera salirme del abrazo él no me dejaría. Así que era mejor no insistir

Te amo- Dijo de repente, sin aviso, me dijo las palabras que faltaban para que lo de anoche fuera completamente perfecto

Antes de que pudiera responder el teléfono de línea sonó. Era Kurapika, una vez más, está pidiendo que nos veamos antes de la hora prevista. Así que salimos lo antes posible, yo un poco frustrado ya que no podía contestarle. Quería que cuando se lo dijera fuera especial, como hace unos segundos atrás pero no, Dios al parecer no estaba de acuerdo con eso.

Cuando llegamos al mismo parque de ayer, Kurapika lo primero que hizo fue arrastrar a Killua al lado suyo. Cosa que nos sorprendió a todos pero iba a dejarla pasar, solo por ahora, Fuimos al teatro, y "por casualidad" Kurapika se había equivocado de asientos. Había tres asientos juntos y otro dos filas mas atrás, como era de esperarse, a mí me mando al apartado. Para mi mala suerte la obra era una comedia de 3 horas (es por eso que era temprano), 3 horas de aburrimiento, pero por lo menos la obra era buena logro sacarme una que otra risa.

Después, fuimos a almorzar y Kurapika me ignoraba lo más posible y cuando me hablaba era con un odio disimulado que pude notar muy bien. Al contrario, Leorio y Killua me hablaban normalmente ganándose uno que otro bufido por parte del rubio. Luego, fuimos para un museo que quedaba cerca de ahí. En ese lugar no pasó nada fuera de lo normal salvo los constantes pisotones que Kurapika me regalaba, y que eran por ''accidente'' según el. Pobres de mis zapatillas de estreno que quedaron todas polvorientas y un poco embarradas.

Para terminar, volvimos al parque donde nos habíamos encontrado, ya que a todos nos quedaba cerca de nuestros hoteles. Allí, por alguna razón, los tres (Kurapika,Leorio,Killua) fueron a comprar helados. Dejándome solo en un banquito, que también estaba alejado de la multitud, me levante dispuesto a irme a cualquier lugar, no me quedaría allí a esperar. Estaba un tanto molesto, no había hecho nada para que me traten así. Empecé a caminar alrededor del parque, encontrando una linda fuente en el centro de este, me senté allí viendo los alrededores había bastante gente así que estaba perfectamente camuflado.

Este día había sido frustrante, excepto la mañana que había sido tan linda y especial. Suspire cansado, lo único que quería hacer ahora era relajarse un poco y olvidar este desastroso día. Cerré los ojos un momento tratando de olvidar y renovar energías. Pero alguien no iba a permitirlo, ese alguien era Kuroro, que se sentó a mi lado. Y podía sentir su mirada fija en mí, abrí mis ojos cansado de esas situaciones, más cuando lo hice el no hablo, ni se movió así que lo deje estar. En cualquier caso podía defenderme...

-Deprimido?- Dijo con cierto sarcasmo en sus palabras

-Algo así..- Respondí sin muchas ganas

-Puedo alegrarte el día?- Dijo con arrogancia

-Ni que pudieras- Conteste, retándolo. Aunque sea un poco esto me divertía el poder competir con alguien siempre era divertido

-Así?- Pregunto otra vez con arrogancia, por lo que veía el también se estaba divirtiendo

Con una mano me aplasto las mejillas, y acerco nuestros rostros, lo suficientemente cerca como para poder sentir su respiración. Lo miraba desafiándolo, sabía lo que podía pasar si se atrevía pero eso no era motivo para flaquear. De repente sentí las auras de los demás cerca, demasiado diría yo, gire un poco los ojos y ahí estaban, con cara de sorpresa. Estaba por alejarme cuando de golpe y sin aviso, Kuroro unió nuestros labios. En un pequeño pero atrevido contacto, gracias a mí que lo aparte lo mas rápido posible.


Reeconquistando al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora