Final de los finales

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HxH le perntenece a Togashi Yoshihiro

13. El final de los finales

(Pov general)

El albino estaba en shock total, luego de que el rubio con ojos escarlatas lo trajera, estuvo sumido en esa situación. No respondía ni daba señales de vida, lo único que afirmaba que estaba vivo, era el pausado ritmo de su corazón. El joven que respondía al nombre de Gon, no estaba en mejores condiciones, su cuerpo tenia moretones en todos lados, tenía una herida abierta, por la cual, había perdido mucha sangre. El rubio ante esa situación, no sabía qué hacer, se estaba desesperando literalmente, no fue antes de que su amigo apareciera, que se tranquilizó, un poco.

Los médicos de aquel hospital, aseguraban la recuperación del albino, pero del pelinegro, ya que, este se encontraba en estado neutro, no tan bien ni tan mal. Y la pérdida de sangre no ayudaba a su recuperación, no podían transferirle mas, ya que el pelinegro era un tipo de sangre, casi inexistente, muy pocas personas la tenían, y nadie en ese hospital contaba como ayuda para eso.

Varios días así iban pasando, el albino, salió del shock considerablemente rápido, pero el pelinegro seguía sin dar señales de recuperación. Tenía un montón de máquinas conectadas a él, el médico que lo atendía, temía que fuera un trauma psicológico que haga, que el enfermo no descubriera sus ojos nunca más. Al enterarse de esto, se creó una atmosfera muy fea, ya nadie tenía esperanzas, excepto cierto albino, que aunque nunca sea muy positivo, en los momentos que lo hacía era de gran ayuda.

Apenas levantándose un poco, pudo divisar que en la entrada de la habitación había mucho revuelo, sus piernas débiles intentaron levantarse, pero no respondieron como el albino esperaba, no se cayó en el suelo, por suerte, se cayó en la cama de la cual se levantaba. Sin mucho éxito, trato de levantarse, por lo menos, tres veces, pero no lo logro.

En su interior le decía, que algo no estaba bien, no lo sabía con exactitud, pero debería ser algo relacionado con Gon, su pecho se oprimía sin descanso, le ahorcaba el corazón. Cuando al fin pudo levantarse, con muchos esfuerzos a cuesta, camino hacia fuera de la habitación, donde se encontraba la reducida multitud, de solo tres personas. El albino, se quedó cerca, pero ellos no notaban su presencia, pues así era mejor, pensó el Joven Zoldyck. Escuchaba su conversación, estaban hablando de una supuesta muerte, eso extraño al joven de ojos claros.

¿Quién estaba muriendo? Pensó para sí, miro para todas partes algún indicio de ello, y lo encontró, aunque no fuera muy probable que fuera aquello. Se adentró a la habitación de al lado, sin ser notado, y encontró a su pareja o ex pareja, toda con heridas y maquinas en su cuerpo. Algo frustro y entristeció al albino, la noche pasada, había ido a buscarlo justamente para que esta situación no pasara. Las lágrimas, aunque eran inútiles ahora, salían sin control alguno, con ojos hinchados, tomo la mano de quien estaba recostado, y se quedó allí, a su lado, pidiendo a Dios internamente que él se encuentre bien.

Sintió un débil apretón en su mano, el albino alzo la vista y ahí estaba el pelinegro, con apenas un ojo abierto, levemente sudado por el solo esfuerzo de apretar su mano, pero tan escaso fue el momento, que al pestañear una vez, el pelinegro estaba igual que antes, tumbado sin señales de vida. Respiro profundo, no quería creer que eso era una alucinación, mas no podía comprobarlo, ya que el momento, había sido apenas un segundo.

Luego, de uno, dos, tres meses, el pelinegro estaba mejorando, no mucho, pero algo era algo, ustedes pensaran; ¿Tan grave fue el daño para que Gon se encontrara así? Si, era la respuesta, en ese intento de violación, al joven cazador, le habían roto tres vertebras, dos costillas, mas muchas lesiones leves pero no menos importantes, también, un crítico golpe en la cabeza que había atentado contra su vida, varias veces. Los médicos, especialistas, pudieron controlar la situación, sin dejar secuelas para el futuro. Por fin, en todo este tiempo, Gon estaba sentado, rodeado de dos de sus amigos, que lo había acompañado todo este tiempo, Leorio y Kurapika.

El pelinegro sentía que alguien faltaba, lo sabía perfectamente, era aquel albino de mirada zafiro, pero él no se encontraba allí, en todos estos días él no se había aparecido, pregunto por el a sus amigos presentes pero ellos solo se quedaron en silencio y cambiaron, bruscamente, de tema. Aún seguía sin poder recodar mucho de cómo había llegado a su situación actual, pero le habían asegurado que era mejor así, a lo cual obedeció, sin intentar recordar.

En su última noche en el hospital, el pelinegro dormía felizmente, por fin podría salir de aquel lugar, que estaba lleno de médicos que iban y venían, olor a medicamentos, inyecciones y demás cosas, por fin podría respirar aire puro, pensó en sueños el joven. Un ruido lo despertó, mas no se movió, por alguna razón, sentía que no era peligroso. Al cabo de unos minutos, sintió una respiración muy cerca suyo, el pelinegro se alarmo, mas no hizo nada, el extraño le hablo, era una voz suave, cálida, y hasta un poco ronca, que conocía a la perfección.

Es Killua, pensó el pelinegro, afirmativamente el albino se encontraba a solo centímetros de su rostro, haciendo relucir cada una de sus hermosas facciones. Contemplándolas todas, el pelinegro no pudo evitar, alzar una mano a ese bello rostro, acariciándolo, sintiendo la suavidad de su piel, a lo que el otro no se negó, al contrario, empujo un poco su rostro, haciendo más intensa la caricia. Mirándose a los ojos, sus rostros cada vez más cerca, se extrañaban eso era seguro, extrañaban los labios del otro, se anhelaban, los problemas, todo, fue olvidado, para dar paso a ese mágico momento, donde por fin, los labios volvieron a tocarse. Las lágrimas de ambos, brotaban sin razón, y abrazándose amorosamente, decidieron perdonarse silenciosamente, por las cosas pasadas.

Ahora solo había amor, nada de enojo e ira, se sentían completos con el otro a su lado, las manos inquietas empezaron a recorrer la piel, no podían llegar más lejos, por el estado de más joven. Pero aunque eso no fuera suficiente, calmaba un poco la sed de piel, y así, sin llegar a otras cosas, durmieron, felices, sin rencor, estando junto al otro.

Unos años habían pasado, más exactamente 5, pero estos últimos años eran los mejores, que la joven pareja podían pasar, habían pasado 3 años como pareja y dos de casados, estaban esperando un hijo, aunque el albino aún no se enteraba, ¿Cómo un hombre podía quedar embarazado? Pues la respuesta era simple, aunque muchos aun no estaban enterados, había ciertos hombres que si podían conceder una vida, pero eso solo se podía saber mediante estudios modernos, de los cuales solo sabían de su existencia, cazadores importantes, como lo era nuestro pelinegro.

Pues en estos años, Killua se había enterado de algo que no podía creer, el había sido la primera vez del pelinegro, pero no lo recordaba por una borrachera, sucedía que ese día, era el último antes de que Gon empezara el viaje con su padre, y para despedirnos, hicimos una pequeña fiesta donde, habíamos comprado la nueva bebida alcohólica con sabor a chocolate, y como era de esperar el albino, saboreo tres botellas de aquellas y las cosas simplemente sucedieron.

En fin, se enteraron cosas importantes, otras no tanto, pero sabían todo sobre el otro, el pelinegro había confesado lo que tanto quería decirle, y dejando el miedo al rechazo de lado, se lo dijo, obteniendo como respuesta un reconfortante abrazo lleno de amor. Enamorándose una y otra vez de ese gesto.

Nuestros chicos, eran muy felices juntos, tanto que no importa los obstáculos que vengan, su amor podrá más.

....

Y este fue mi primer fic de HunterxHunter

Sé que me tarde mucho en actualizar, pero aquí esta owo , espero que les haya gustado el final, como a mi me gusto escribirlo. Gracias por el apoyo. 

  Cuidense hermosuras! *3*  


Reeconquistando al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora