Tronos de los Olímpicos

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Zeus: El rey Zeus tenía un enorme trono negro de mármol pulido de Egipto, decorado con oro. Siete escalones llevaban hasta él, cada uno esmaltado con uno de los siete colores del arco iris. En lo alto, una túnica azul brillante proclamaba que todo el cielo le pertenecía sólo a él; y sobre el reposa brazos derecho de su trono había un águila áurea con ojos de rubí, que blandía entre sus garras unas varas dentadas de estaño, lo que significaba que Zeus podía matar a cualquier enemigo que quisiera enviándole un rayo. Un manto púrpura de piel de carnero cubría el frío asiento; Zeus lo usaba para provocar lluvias mágicamente en épocas de sequía.

Hera: La reina Hera tenía un trono de marfil, al que se llegaba subiendo tres escalones. Cuclillos de oro y hojas de sauce decoraban el respaldo, y una luna llena colgaba sobre él. Hera se sentaba sobre una piel de vaca, que a veces utilizaba para provocar lluvias mágicamente, si Zeus no podía ser molestado para detener una sequía.

Estos dos tronos presidían la sala de consejos, al fondo de la cual una puerta daba a campo abierto. A ambos laterales de la sala, se encontraban otros diez tronos: para cinco diosas en el lado de Hera y para cinco dioses en el de Zeus.   

Poseidón: tenía el segundo trono más grande. Esta divinidad se sentaba sobre piel de foca y su trono, uno cuyos reposabrazos estaba esculpido con formas de criaturas marinas y decorado con coral, oro y madre perla, era de mármol verde y gris con listones blancos.

Frente a Poseidón se sentaba su hermana Deméter.

Deméter: Su trono era de brillante malaquita con espigas de cebada de oro y pequeños cerdos dorados.

Al lado de Poseidón, se sentaba Hefesto.

Hefestodios de los orfebres, los joyeros, los herreros, los albañiles y los carpinteros, él mismo había construido los tronos e hizo del suyo una obra maestra, con todos los metales y piedras preciosas que pudo encontrar. El asiento podía girar, los reposabrazos podían moverse arriba y abajo, y todo el trono podía rodar automáticamente cuando él lo deseara, igual que las mesas doradas con tres patas de su taller.

Frente a Hefesto se sentaba Atenea.

Atenea: Su trono de plata tenía una labor de cestería en oro, en el respaldo y a ambos lados, y una corona de violetas hecha de lapislázulis azules, encima. Los reposabrazos terminaban en sonrientes cabezas de gorgonas.

Al lado de Atenea se sentaba Afrodita. 

Afrodita: El trono de Afrodita era de plata con incrustaciones de berilos y aguamarinas: el respaldo tenía forma de concha, el asiento era de plumas de cisne y, bajo sus pies, había una estera de oro bordada con abejas doradas, manzanas y gorriones.

Frente a Afrodita se sentaba Ares. 

Ares: El trono de Ares, recio y feo, era de bronce, tenía unas calaveras en relieve ¡y estaba tapizado con piel humana!

Al lado de Ares se sentaba Apolo.  

ApoloSu trono áureo, extremadamente pulido, tenía grabadas unas inscripciones mágicas, un respaldo en forma de lira y una piel de pitón en el asiento. Encima del mismo, había colgado un sol de oro con veintiún rayos como flechas, porque Apolo decía que gobernaba el Sol.

Frente a Apolo se sentaba su hermana gemela Artemisa.

Artemisa: Su trono era de plata pura, con un asiento forrado de piel de lobo y un respaldo con la forma dedos ramas de palmera con perfiles de luna nueva, una a cada lado de una vasija.

El último de la fila de los dioses era Hermes.

Hermes: Su trono estaba esculpido en un único y sólido bloque de roca gris; los reposa brazos tenían forma de arietes y el asiento estaba tapizado con piel de cabra. En el respaldo había esculpida una esvástica que representaba una máquina para encender fuego inventada por él: la barrena de fuego.

La última de la fila de las diosas era la hermana mayor de Zeus, Hestia.  

Hestia: se sentaba en un sencillo trono de madera lisa, sobre un simple cojín de lana virgen.

Esto suma seis dioses y seis diosas. Pero un día Zeus anunció que Dionisos, hijo suyo y de una mujer mortal llamada Semele, había inventado el vino y que, por tanto, se le debía conceder un sitio en el consejo. Trece dioses olímpicos hubiese sido un número desafortunado, así que Hestia le ofreció su lugar, sólo para mantener la paz. Quedaban pues siete dioses y cinco diosas. Era una situación injusta, ya que cuando se trataba de cuestiones sobre mujeres, los dioses superaban en votos a las diosas.   

Dioniso: El trono de Dionisos era de madera de abeto dorada, decorado con racimos de uva esculpidos en amatista (una piedra de color violeta), serpientes esculpidas en serpentina (una piedra multicolor), jade (una piedra verde oscuro) y cornalina (una piedra de color rosa).

Referencias: 

Robert Graves "DIOSES Y HÉROES DE LA ANTIGUA GRECIA"










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