Capítulo 5 - Necesito aprender Italiano.

1.7K 171 60
                                    

Me tomó de la mano, sujetándome fuertemente y haciéndome sentir completamente seguro, era como si el infantil miedo de antes se hubiera evaporado como el aliento frío que sale de la boca y no tarda más de tres segundos en desaparecer.

Subí a la góndola y él se sentó a mi lado, mientras que las otras tres personas se situaban delante de nosotros. El gondolero comenzó a remar y el bote a moverse, me estremecí un poco. Jonghyun me miró, y en su mirada había una ternura que brillaba, ese par de ojos almendrados me brindaban una auténtica protección con el resplandor que soltaban.

-¿Estás bien?-preguntó y su voz se llenó de dulzura.

-Perfectamente-musité, atontado.

Me sonrió, y aquella sonrisa hizo que miles de burbujas se inflaran en mi estómago y flotaran en él.

Miré hacia arriba, sintiéndome más seguro que hace unos segundos y me topé con cielo grisáceo. Luego miré hacía mis lados, los ladrillos se elevaban formando un edificio barroco y arcaico de color beige. Oía el murmullo de las personas delante de nosotros, un murmullo ininteligible para mí, puesto que su idioma era diferente al mío; mientras que el gondolero pasaba el remo por el agua y hacía mover la góndola provocando que la brisa me acariciara el rostro bajo el gorro.

-¿Sabes por qué se llama El puente de los suspiros?- preguntó Jonghyun, interrumpiendo mi análisis del paisaje.

-¿Por qué?

-Bueno, este puente une al Palacio del Duque con la antigua prisión de la Inquisición. Da acceso a los calabozos del palacio y los prisioneros veían desde aquí el cielo y el mar por última vez, y suspiraban.

-Nada romántico- me reí.

-No, pero la gente le ha dado tanta fama que el nombre les sirvió a unos poetas para inspirarse en ese género literario.

Me reí, encantado por su brillante explicación.

-¿Por qué te ríes?-preguntó, divertido.

-Porque pareces de esos maestros de colegio y me haces sentir como si fuese un alumno.

-Perché in questo caso sono felice di essere il vostro insegnante- rio.

No sabía qué había dicho, pero sea lo que sea me hizo ruborizar, el acento italiano adornaba su melodiosa voz de terciopelo y hacía que las burbujas en mi estómago se agrandaran más.

-Tendré que aprender italiano- mascullé.

El soplo cálido de su risa me acarició el rostro, apartando la brisa de la gélida mañana -Lo que dije fue: Que en ese caso, yo estoy encantado de ser tu profesor- dijo -Y si quieres, puedo enseñarte italiano también.

-Me gustaría- mi sonrisa se volvió tímida y oculté el rubor debajo de mi gorro.

Jonghyun no sólo era un adonis en persona, sino que ¿tenía que resultar tan terriblemente encantador también?

Tomé la cámara fotográfica y saqué un par de fotografías a la construcción barroca que admiraba, por accidente o casualidad, mi lente capturó también el bello rostro de oro que tenía a mi lado.

Cuando el viaje terminó y pisamos tierra firme, el estómago me rugió de hambre, recordé entonces que no había desayunado ni tomado nada. Até mis brazos alrededor de mi barriga y rogué porque mi estómago se callara.

-¿Tienes hambre?- adivinó Jonghyun.

Hice un mohín por haber sido descubierto y luego asentí sin decir nada, completamente apenado.

-Conozco un buen restaurante aquí cerca, ven- me sonrió, emocionado. O al menos eso era lo que parecía y me hizo seguirlo. Dirigí una mirada al Chevrolet negro y Jjong volvió a adivinar mis expresiones.

El manual de lo prohibido (JongKey) Adaptado~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora