CAPITULO 1.

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Narrador POV:

Hace mucho tiempo después de la ida de los Reyes y Reinas del Antaño, Narnia fue atacada por los telmarinos. Después de aquello todo cambió, los árboles se durmieron, los animales dejaron de hablar y comenzaron a hacerse salvajes, los narnianos escasearon hasta tal punto que se comenzó a creer que se extinguieron. En resumen todo fue un desastre cuando los Reyes y Reinas se fueron por donde también llegaron.

Una noche en el castillo telmarino se escuchaban los gritos de Prunaprismia, la cual estaba dando a luz a su hija o hijo. Cuando ya nació y lo tuvo en sus brazos ella y sus doncellas vieron que era un niño. El General Glozell al enterarse fue a darle la noticia a Lord Miraz.

— Lord Miraz, es un niño. — le anunció cuando estaba delante de Miraz.

— Los cielos nos han bendecido. Ya conoces las órdenes, General Glozell. — dijo Miraz mirando por una ventana de la habitación.

— Sí mi Lord. — respondió el General para después salir de la habitación.

Por los oscuros pasillos del castillo un hombre con una capa caminaba rápidamente hacia su destino, la habitación del Príncipe Caspian X. Al llegar a su habitación Caspian estaba dormido. El hombre le puso la mano sobre la boca y este se despertó rápidamente asustado.

— ¿Cinco minutos más? — preguntó Caspian más tranquilo cuando se dio cuenta de quien era el hombre.

— Alteza esta noche no vais a poder dormir. Vamos daos prisa. — dijo el Profesor y él lo miró extrañado.

— ¿Profesor qué es lo que pasa? — le pregunta mientras lo seguía.

— Vuestro tío a traído al mundo a un varón. — le contestó y Caspian entonces comprendió todo.

Dicho eso entraron en un armario que, además, también era un túnel secreto. Caspian vio como entraban los soldados y Lord Glozell y disparaban con las ballestas hacia donde se supondría que estaría durmiendo. Después de ver eso corrieron hacia una sala y Caspian se equipó, luego fueron al establo y el joven montó encima de su fiel caballo.

— Debéis adentraros en el bosque. — le indicó el Profesor.

— ¿En el bosque? — preguntó este mirándolo.

— No os seguirán hasta allí. — le explicó el Profesor y sacó un cuerno. — He tardado muchos años en conseguir esto. No lo utilicéis salvo en caso de gran peligro.

— ¿Volveré a verte? — preguntó el Príncipe mirándolo.

— Eso espero mi Príncipe, me gustaría poder deciros tantas cosas. Todo lo que conocéis está a punto de cambiar. — dijo el Profesor y de pronto se escucharon a los soldados. — ¡Marchaos!

Caspian comenzó a cabalgar hasta salir del pueblo, ahí se paró y escuchó el anuncio del varón de Lord Miraz. Miró hacia atrás y vio a los soldados que lo seguían, le dio la orden de seguir corriendo a su caballo y se dirigió hacia el bosque. Entró y los soldados se pararon en la entrada.

— Viejas supersticiosas, ¿queréis pasar la noche en una celda? — preguntó el General Glozell a los demás soldados.

Caspian siguió su camino con los soldados siguiéndole. En una parte del bosque miró hacia atrás, por lo tanto, no vio una rama que estaba a la altura de su cabeza y se golpeó cayendo al suelo, pero su pie quedó encajado en las riendas del caballo. Intentó soltarse hasta que lo logró y el caballo siguió corriendo. Se sentó para ver donde estaba y de un árbol salieron dos enanos.

— Nos ha visto. — dijo uno de los enanos.

Caspian iba a coger su espada pero uno de ellos se acercó a él con su espada en alto. Miró el cuerno que tenía y luego escucharon a los soldados que llevaban persiguiendo al Príncipe desde el castillo.

Las Crónicas De Narnia: El Príncipe CaspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora